Regreso

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Podemos huir de todo, excepto de nosotros mismos.

No se trataba de nada que no hubiera contemplado, tampoco de algo que no hubiera esperado que ocurriera en algún momento de su vida, sin embargo ¿por qué debía ser justo en esa situación?

No deseaba voltear a verlo a pesar de que sentía aquella mirada penetrante sobre sí, esa que con un millón de preguntas esperaba solamente el momento de atacarlo.

MyungSoo no deseaba que llegara ese momento.

—Estamos aquí todos reunidos para organizar el cómo dividiremos el trabajo que nadie pidió pero estamos haciendo.

SungYeol había comenzado a hablar, con un tono sarcástico que logró hacer reír a Jiyeon, restándole la incomodidad de ser la única mujer dentro de la sala de la familia Nam, lugar al que aparentemente ya habían tomado como el de reunión oficial para todo lo relacionado con aquel matrimonio.

Mientras el más alto de todos seguía hablando sobre supuestas reparticiones del trabajo que en realidad eran más quejas que verdaderas propuestas, él y Jiyeon parecían ser los únicos lo suficientemente perdidos en la organización como para ignorar el extraño ambiente que predominaba, un ambiente cuya causa venía de un solo hombre.

Para la familia Nam y sus cercanos aquel rostro era conocido, siendo SungKyu para el único con el cual seguía siendo un extraño, uno que ya había logrado ganarse su desagrado por la insistente mirada que le dedicaba a su hermano menor que, incómodo, trataba de estar lo suficientemente quieto como para fingir que no existía.

Su respiración era pausada al punto de parecer que ni un poco de aire entraba en su organismo, sus movimientos eran ligeros y solo su mirada era perceptible cuando de soslayo vigilaba la situación, como si estuviera buscando el momento justo para huir de aquella situación, siendo WooHyun y SungKyu los únicos que lograban verlo de aquella manera, como un pequeño gato asustado que intentaba huir del peligro.

Aunque Jiyeon y SungYeol siguieron hablando por varios minutos, fue cuando Howon comenzó a hablar que finalmente MyungSoo pareció regresar en sí, sobresaltandose al sentir como la mano ajena le dio una palmada en el hombro para pedir su atención, algo que le dedicó a pesar de no dignarse a dirigirle la mirada.

—Aunque sé que no tienen experiencia esto es algo que debemos hacer juntos para brindarles a nuestros amigos un día inolvidable, seamos un equipo.—El pelinegro se acercó a WooHyun para indicarle que se levantara, abrazándolo con fuerza a penas lo tuvo a su alcance.—Felicidades por tu matrimonio, primo, nos esforzaremos por darte la mejor boda de todas, ¿no es así, MyungSoo?

Fue cuando se separaron de aquel abrazo que notaron que el menor había desaparecido, ante la mirada incrédula de todos que no habían notado su ausencia hasta ese momento.













En la vida siempre existirían aquellos recuerdos difíciles de afrontar, aquellas decisiones difíciles de definir como buenas o malas y aquellas personas difíciles de borrar de nuestras memorias. Pero cuando todo aquello se unía en una sola persona, era el caos lo único que podía existir.

MyungSoo no había dudado de tomar la primera oportunidad que encontró para salir huyendo de aquella incómoda situación, volviendo a respirar cuando se sintió a salvo, en aquel solitario jardín siempre dispuesto a ser su refugio.

Sus pasos lo llevaron hasta la banca más lejana, aquella que por estar ligeramente escondida entre arbustos solía ser ignorada pero para él resultaba ser su favorita. Se dejó caer en ella, subiendo las piernas para poder abrazarlas y recargar su mentón sobre sus rodillas, observando las flores mientras al igual que algunas noches volvía a examinar su vida porque ¿no era aquello demasiada mala suerte?

De todas las decisiones que había tomado de manera apresurada en busca de escapar y cambiar sus sentimientos, solo había una de la cual aunque le costara admitir, se había arrepentido. Solo tres personas conocían la situación, siendo ninguno de ellos su hermano y mejor amigo, a los que se había negado a decirles algo por lo vergonzoso y difícil que hubiera resultado explicarles todo lo ocurrido, y porque simplemente, era algo que había intentado enterrar en lo más profundo de sus recuerdos, y en algún lugar escondido en su corazón el cual no había causado molestias hasta ahora.

—¡MyungSoo!

El escuchar la voz de WooHyun, tan agitada y preocupada fue lo que lo hizo levantar los brazos para llamar su atención, olvidándose de su idea de estar en soledad sólo para no preocuparlo más.

—¿Qué fue lo que pasó? Conoces a mi primo ¿cierto?

Aunque tomó aire para responder, ninguna palabra escapó de sus labios y en su lugar solo asintió, moviéndose para dejarle a Nam el espacio suficiente para sentarse a su lado, sintiendo como lo abrazaba fugazmente antes de soltarlo.

—Me sorprendió cuando te llamó por tu nombre siendo que aún no los presentaba, no sabía que se conocían pero...¿él te molestó en la universidad? Si él te hizo algo me encargaré de hacer que se vaya cuanto antes, si terminaste huyendo significa que de verdad no quieres verlo y no pienso darte más problemas de los que ya te he dado.

El ver molesto a WooHyun era algo que en muy rara ocasión llegaba a ocurrir, y aunque le gustaba sentir que lo defendía y que era realmente importante para él, suspiró con pesadez, porque no deseaba sentirse como una carga o alguien que causará conflicto por un asunto que tras un año, ya debería estar superado.

—Lo conozco de la universidad, estuvimos juntos en algunas clases y lo ayudé en algunas materias. No me molestaba de la forma en que tú piensas.

MyungSoo sonrió para tratar de aligerar la molestia de WooHyun, pero contrario a lo que siempre funcionaba, su ceño se frunció más porque a pesar de sus palabras y la veracidad de ellas, Nam sabía que había algo más, algo que con la mirada le pedía que le tuviera la confianza de decirle.

¿Qué tan difícil era decir algo tan natural?

Para MyungSoo era algo casi imposible, no porque sintiera pena de sus gustos, no porque fuera a sentirse juzgado, sino por el miedo de que su mejor amigo llegara a sospechar de sus sentimientos al enterarse de sus preferencias.

Jamás imaginó decirlo, y mucho menos que aquello quedaría implícito por aquella otra confesión que tampoco quería hacer, pero que terminó deslizándose de entre sus labios sin poder detenerla.

—HoWon es mi ex novio.

Always coming back Where stories live. Discover now