Verdad

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Dos días habían transcurrido de manera lenta, haciendo de esas horas una carga que seguía haciéndose más y más pesada sobre sus hombros, una carga que llegaría a aplastarlo mientras más siguiera posponiendo el momento de decir la verdad.

Trece llamadas pérdidas y un número considerable de mensajes sin responder, era el saldo de haber desaparecido sin decir nada después de que WooHyun fuera a recogerlo aquella tarde al restaurante, después de haber prácticamente escapado al verlo y negarse a tener cualquier contacto con él.

¿Por qué era tan difícil decirle lo que ocurriría?

Era simplemente como un trabajo más, el primero desde que había salido de la universidad. WooHyun debería alegrarse por él, por tener la oportunidad de aplicar lo que había aprendido y la posibilidad de obtener buenas referencias, sin embargo ¿por qué sentía que se molestaría?

MyungSoo seguía girando sobre su cama, quedándose inmerso con la vista en el techo intentando buscar las palabras más adecuadas para decírselo, y en caso de conflicto, buscar la manera de contentar a su mejor amigo.



Fue al día siguiente que tal y como había previsto, Nam llegó a su casa en la tarde, con aquel semblante de preocupación por ser ignorado, cambiando a completo alivio al verlo abrirle la puerta.

—Sé que no me pediste que fuera a buscarte, pero un simple "no" hubiera bastado, no era necesario que salieras corriendo.

MyungSoo sonrió como respuesta, porque sabía bien que había exagerado, aunque ¿por qué se seguía sorprendiendo si sabía como era?

—Tenemos que hablar, vayamos a tu casa.

Sin esperar una respuesta cerró la puerta de su casa y negó al ver que su amigo se disponía a tomar las llaves del auto. Sin decir nada más tomó su mano y comenzó a caminar, restando importancia a la sorpresa en el rostro ajeno debido a su extraño comportamiento. 

WooHyun siempre había sido la clase de persona que gustaba de dar muestras de afecto todo el tiempo, siendo completamente lo contrario a él, que huía de ello.

—Tú quieres algo ¿qué es?

—¿Solamente porque te tomé de la mano piensas que quiero algo? Que malo eres, Woohyunnie.

Mintió descaradamente, una mentira que sabía era completamente transparente para aquella persona que lo conocía mejor en todo el mundo. Sin embargo al igual que todas las demás veces, no hubo un reclamo y en su lugar, el rubio prefirió disfrutar aquel cariño que aunque siempre presente, pocas veces podía ver tan claramente.

El sol iba dando paso a la noche, el aire fresco lentamente se convertía en un ligero frío que los hizo soltar un suspiro de alivio al por fin haber llegado a la residencia de la familia Nam.

A penas llegar las rejas se abrieron para darles paso al jardín, que tras ser cruzado les permitió finalmente verse envueltos en el calor de la gran mansión que desde años atrás había dejado de ser intimidante, convirtiéndose casi en su segundo hogar.

Con saludos de cortesía por parte de los empleados nuevos y bienvenidas más cálidas de aquellos que conocían a ambos desde la adolescencia, finalmente se dispusieron a subir las escaleras y recorrer los largos pasillos para entrar a aquel espacio en que más recuerdos compartían.

MyungSoo se quedó de pie en el umbral de la puerta, sintiéndose intimidado ante el cambio de aquella habitación que era tan diferente a la que había en sus memorias. Las cortinas antes blancas habían sido sustituidas por unas más opacas, que bloqueaban por completo la preciosa vista que siempre había adorado observar, un enorme librero ocupaba gran parte de la pared ¿desde cuándo a su flojo amigo le gustaba leer? y como esos, la mayor parte de las cosas habían cambiado, exceptuando las fotos que permanecían intactas en el tiempo y le dieron seguridad de entrar.

—Es raro que quisieras venir, ¿le avisaste a tus padres?... ¿Myung?

El menor observaba fijamente el librero, en un intento por fingir que inspeccionaba los libros cuando en realidad su mente intentaba contener el caos, uno que finalmente terminó por explotar y que todas las palabras salieran sin cuidado de entre sus labios.

—MiJoo me habló de que ustedes están organizando su boda y sus padres no les dejarían contratar a un organizador, a ella la están ayudando pero tú eres un vago que ni siquiera sabía la fecha de su boda así que me pidió ayuda porque piensa que soy al único al que le harás caso, sinceramente no quería aceptar pero sabes que cuando me pongo nervioso no pienso bien y ya me comprometí a hacerlo, es una buena oportunidad para mi para ganar experiencia así que espero lo veas como algo bueno aunque sé que te enojarás y pensarás que te estaré recordando lo idiota que eres por casarte con alguien que dices que no amas pero no lo haré, ve el lado bueno, pasaremos mucho tiempo juntos.

MyungSoo respiró profundamente tras soltar todo lo que pensaba, cerrando los ojos por no querer ver el rostro molesto de su mejor amigo. Contrario a todo lo que había esperado, a algún regaño o un jalón de orejas como los que había aprendido de SungKyu, terminó siendo rodeado por los brazos ajenos, haciéndolo abrir los ojos debido a la sorpresa.

—Lamento haberte metido en esto, no tienes que hacerlo, nadie te está obligando.

—¿Por qué no estás molesto?

WooHyun rió antes de depositar un beso en la mejilla del menor, uno de esos que lo hacían quejarse aunque en secreto siempre lograban hacer palpitar con fuerza su corazón.

—Preferiría que no tuviéramos que hacer esto juntos, pero algo bueno tendremos que ver en esto. Sé que si lo prometiste nada te hará cambiar de opinión, así que a cambio y para compensar que hayas tardado tanto en decirme, hay algo que quiero.

—¿Qué quieres?

—Un viaje juntos, solo nosotros, antes de que todo eso pase.

Tras la promesa de realizar aquel viaje antes de que la boda llegara, ambos terminaron hablando durante toda la noche, sobre todo lo vivido en el tiempo en que estuvieron separados, hasta que la madrugada llegó y ambos terminaron profundamente dormidos, con la felicidad de estar juntos pero sin lograr soltar el inevitable temor por el futuro.

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