Del otro lado

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Mientras un asustado WooHyun huía de sus responsabilidades, MyungSoo se encontraba de pie frente a la residencia Nam, demasiado temprano para su gusto pero creía lo suficiente para acorralar a su amigo antes de que escapara como los días anteriores.

Algo que al entrar, descubrió no logró hacer a tiempo.

Las ligeras ojeras que se asomaban debajo de sus ojos eran a penas una pequeña muestra del verdadero cansancio que sentía, porque en solo un mes, había descubierto que planificar una boda se sentía como el infierno.

Durante sus estudios había ayudado a planear eventos para la universidad, para algunos hoteles y algunos negocios que habían confiado en él a pesar de tratarse de un estudiante; había sido difícil y había tenido fallos, sin embargo una vez tomado el rumbo correcto todo se había visto claro y los resultados finales lo hacían sentir orgulloso.

Pero una boda...era complicada. No sentía ni el gusto ni la sensibilidad para planear algo de "ensueño" capaz de conmover los corazones de los asistentes, y habían demasiadas actividades que consideraba inútiles ¿para qué era necesario un ensayo de bodas? ¿por qué pedir el pastel con tantos meses de antelación? ¿por qué los anfitriones debían dar regalos en lugar de que fuera al revés? MyungSoo no lo entendía, y quizás no lograría hacerlo.

—Muchas gracias, iré a buscarlo.—Tras una ligera reverencia al ama de llaves que lo había recibido, se disponía a abandonar el lugar cuando una voz que sonaba demasiado extraña y casi desconocida le detuvo, pidiéndole un momento de su tiempo.


El recuerdo de su primer encuentro seguía vivo y más fresco que nunca, porque aquella misma fría y ausente mirada estaba colocada nuevamente sobre él, examinándolo, juzgándolo, haciéndolo sentir pequeño.

—Un matrimonio es de dos, he de suponer que le queda claro.— La voz de la mujer era clara, pero en un tono autoritario que lo ponía más nervioso, haciéndolo limitarse a asentir con la cabeza.— WooHyun y MiJoo deberían disfrutar organizar su boda juntos, volver más fuerte su unión y sentir como su amor crece con ésta experiencia, sin embargo...mi hijo permanece todo su tiempo junto a usted y no con ella.

—Fue MiJoo quien...

—Pero usted aceptó.— Interrumpió la mujer antes de que pudiera defenderse.—Debido a esa situación, su familia decidió que sería bueno para ella hacer un viaje por el mundo como regalo de bodas, un viaje sin mi hijo.—El semblante de por sí sombrío de la mujer se oscureció aún más, haciendo evidente su enojo por la separación de los prometidos. —Ustedes deberán tomar algunas de las tareas que le correspondían a ella, sin embargo, su trabajo es lento e ineficaz así que contacté a alguien para que los apoye. Mi hijo ya retrasó su boda lo suficiente por tu culpa, y eso es algo que debe cambiar.

La madre de su mejor amigo se levantó y sin decir nada más lo dejó ahí, completamente solo, perdido y también, indignado.

Desde la primera vez que fue a ese lugar el jardín había sido su parte favorita, por las plantas y flores que le daban un aire de libertad a aquella bonita y lujosa jaula que era la mansión, sin embargo, el ambiente que había dejado la mujer hacía que incluso aquel bello lugar perdiera su brillo.

—La señora Nam siempre ha sido así, no lo tomes personal.

Una bonita y pequeña chica se sentó frente a él en la mesa de la terraza, dedicándole una sonrisa cálida que la hacía parecer una muñeca de porcelana.

—Soy Jiyeon, amiga de MiJoo. Nos conocimos en su cumpleaños aunque creo que no me recuerdas. —Un poco apenado por la situación MyungSoo tuvo que negar, admitiéndose a sí mismo lo poco que recordaba de aquella fiesta fuera de la comida y la compañía de su hermano y su mejor amigo.—Está bien, no te preocupes. Y sobre la señora Nam, no es mala persona, sólo sabe lo enamorada que siempre ha estado MiJoo y por eso desea que ella sea feliz en su boda, ambas son muy unidas.

—MiJoo ¿siempre lo quiso? Me refiero a, Nam.

—Si, desde que eramos pequeñas siempre habló bien de él, de lo divertido que es, de lo guapo que se volvió con los años. No podría describirte lo feliz que fue cuando ambas familias acordaron su matrimonio.—JiYeon suspiró a la par que acomodaba su rostro entre sus manos, mirando con aire soñador hacia él. —Es normal que la mayoría de las familias arreglen matrimonios, pero ella tuvo la suerte de que fuera con la persona que siempre quiso ¿no es eso maravilloso?

Aunque MyungSoo sonreía mientras la chica frente a él seguía hablando, algo en su interior se sintió aún peor que antes. Porque aunque desde el principio fue consciente de que ese compromiso existía, nunca se detuvo a pensar en que estuviera de por medio aquella palabra llamada amor.

WooHyun nunca deseó casarse, y aún para él, era incomprensible el por qué lo hacía, pero estaba seguro que no era por amor. Mientras MiJoo, más allá de sus celos hacia él por robarle la atención de Nam, nunca había mostrado más aprecio por su prometido que el que mostraba por sus amigos y familiares.

Pero el hecho de descubrir que había amor de por medio, lo hizo sentir culpable de sus propios sentimientos.

—¡MyungSoo!

La voz que le gritó en el oído lo hizo saltar del susto, al igual que a JiYeon que retiró su mano de la suya ¿en qué momento la chica lo había tomado de la mano?

—¿Por qué no me dijiste que estabas de regreso? ¿Tiene mucho que llegaste? ¿Cómo va todo?

SungYeol arrastró una silla para sentarse cerca de él, observándolo fijamente con aquellos grandes ojos y aquella sonrisa burlona por haberlo espantado.

—Olvidé hacerlo, un poco más de un mes y...sigo vivo, es lo importante.—A comparación de la compostura que intentó mostrar cuando estaba solo con la chica, ésta vez MyungSoo azotó con un ligero golpe su frente sobre la mesa.—Estoy cansado, WooHyun se me escapó de nuevo porque es un vago desobligado y por más que he intentado comunicarme con la pastelería se niega a responderme.

—¿Cuál es el nombre? ¿Por qué no te quieren responder?

Tras responder la primera pregunta y que SungYeol le confirmara que era la favorita de su prima desde que eran muy jóvenes, con demasiada vergüenza se vio obligado a responder el por qué parecía estar vetado de aquel negocio.

—El repostero creyó que WooHyun y yo eramos pareja, y como no está de acuerdo con ese tipo de relación no aceptó hacer el pastel para "nuestra" boda.—Se despeinó al sentir como su rostro se sentía más caliente debido a la pena.—Nam se enojó por algunas cosas ofensivas que nos dijo y por eso no quiere regresar a aclarar las cosas, y a mi el repostero ni siquiera quiere darme una cita para hablar con él.

Con toda seguridad habría esperado que SungYeol comenzara a reírse de su mala suerte y su talento de ocasionar malos entendidos, sin embargo, lo sorprendió con una palmada en la espalda que intentaba reconfortarlo.

—Tengo un plan, conozco al pastelero así que los puedo ayudar. Ve a buscar a WooHyun y nos vemos en una hora en el local.

Pero justo una hora después MyungSoo se arrepintió de haber aceptado esa ayuda, justo cuando se dio cuenta que estaba a punto de ser besado por SungYeol en frente del pastelero y mucho peor, frente a WooHyun.

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