🌼 38 🍦

13.1K 950 77
                                    

Al día siguiente, la rutina de Tiziano había sido desayunar con su amigo y niñera y Stefano tomaba su biberón en brazos de la muchacha

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al día siguiente, la rutina de Tiziano había sido desayunar con su amigo y niñera y Stefano tomaba su biberón en brazos de la muchacha.

El día de los primos junto con el bebé iba a ser muy productivo, mientras que Tiziano iba a encargarse de llamar a sus padres y a su hermana para la cena de esa misma noche, ellos pasarían casi todo el día fuera, comprando alimentos y ropa para el niño.

Dentro de una de las tiendas de bebés, Alejo revisaba los percheros mientras le hablaba a su prima.

―¿Nunca fue contigo a comprar ropa para Stefano?

―No, por eso necesitaba una niñera, tenía que volver a la oficina, no podía dejárselo siempre a su hermana, tiene su propia vida con su familia.

―Pero un día o dos cada dos meses por lo menos podía acompañarte.

―No tenía porqué hacerlo, si ya tiene una niñera que cuide de su hijo, él puede volver a su trabajo.

―Sí, pero sabiendo que era la primera vez que salías y no era el idioma propio tuyo, tenía que haberte acompañado.

―Bueno, digamos que se ofreció a acompañarme, pero yo no quise.

―No quisiste dar el brazo a torcer, que es diferente ―contestó con énfasis y certeza.

―Tarde o temprano iba a tener que salir sola o con Stefano, debía arreglármelas como podía.

―Me encanta que seas valiente, Génesis. ¿Qué te parece éste abrigo?

―Está muy bonito. Me encanta para Stefano ―le dijo ella con una sonrisa mientras lo miraba y se lo mostraba al bebé―, per favore, metti il cappotto alla conta (por favor, pon el abrigo en la cuenta) ―le respondió entregándoselo a la dependienta.

―Certo, signora. (Sí, señora.)

Mientras Génesis, Alejo y el bebé continuaban con sus cosas, dentro de la oficina de Tiziano, la secretaria le estaba reprochando cosas que él nunca le había dicho de un principio.

―Me has tenido todo el día de ayer y hoy sin un mensaje tuyo.

―Te dejé bien claras las cosas, no iba a haber nada entre tú y yo, fue solo una noche, tú estabas de acuerdo también. No pretendas que te mensajeé o te lleve a cenar o tengamos algo más, Ottavia.

―No soy de las mujeres que sales una noche para el ocio y luego no hay más nada ―le contestó con seriedad y frunciendo el ceño con enojo.

―Yo diría que sí, ayer le coqueteaste bastante al hombre que llegó al mediodía. Tú y yo sabemos bien que solo fue una noche de placer, nada más, tú querías saber lo que era estar conmigo y yo quería ahogar mis penas.

―Ya veo... la niñera de tu hijo es tu debilidad ―le dijo con una sonrisa de costado y arqueando una ceja―. Puedo decirle muchas cosas ―le contestó mientras se miraba las uñas con interés simulado―. Como por ejemplo; que la madre de tu hijo es tu exsecretaria.

De Margaritas y Un Amor italiano ©Where stories live. Discover now