Tiziano Améndola es un hombre de negocios y padre soltero. Desesperado por encontrar a alguien que cuide de su hijo mientras trabaja, conoce a la prima tímida pero con lengua afilada de su mejor amigo. Entre palabras directas e indirectas, ninguno d...
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Durante la mañana, Brunella saludó a Génesis y se tiró sobre la cama para conversar con la joven mientras esta se cepillaba los dientes y se vestía.
―Anoche quedé desconcertada cuando te vi darle dinero a Tiziano ―contestó mirando el techo y teniendo sus brazos extendidos.
―¿A qué te refieres? ―preguntó con la pasta dental en la boca y haciéndose la tonta.
―Tú sabes a qué. Creíste que nadie te había visto pero yo sí te vi. ¿Por qué lo hiciste? Se supone que los hombres pagan la comida de las mujeres.
―Pagan la comida de las mujeres que son familiares o parejas y no empleadas ―le respondió secándose los labios con la toalla y salió del baño.
―Pamplinas, si tanto insistes en que eres la empleada, debo decirte que el jefe paga tus cosas también, por ser empleada, valga la redundancia. Así que para la próxima no intentes meter tu manito en la cartera para pagar algo, porque te acordarás bien que al repetir siempre que solo eres una niñera vas a dejar que Tiziano pague por ti ―le emitió con una sonrisa de costado.
―Pues tienes razón, para la próxima lo haré.
―Perfecto ―le expresó levantándose de la cama y tomó al niño en brazos―. Iré con él a la sala.
―De acuerdo.
Tiziano vio pasar por el pasillo a su hermana con su sobrino y a ambos les dio un beso. Observando aquello, dedujo que Brunella y Génesis se llevaban muy bien.
―Parece que te cae simpática la niñera de Stefano ―comentó.
―Así es, me gusta mucho como persona, incluso para ti ―le entredijo en forma indirecta y luego lo miró a los ojos.
―Todos creen que ella y yo tenemos algo, no hay nada entre los dos y no lo habrá jamás.
―¿Estás seguro de eso hermanito? ―le inquirió con sarcasmo―, dudo mucho que tú te lo creas ―expresó con un tono de burla.
Los tres fueron hacia la sala donde sus padres estaban preparando el desayuno. Mientras que Alessandro y sus hijos estaban metidos en la piscina. Giulietta preguntó por Génesis y su hija le dijo que se estaba terminando de vestir.
La muchacha salió poco tiempo después de la pregunta de la madre de los hermanos y les dio los buenos días a todos. El vestido de verano naranja que tenía puesto le quedaba muy bien al criterio de Tiziano quien la miraba con más atención que antes.
―Trata de disimular tu cara de lobo, porque si en verdad me dijiste que no te pasaba nada con ella, entonces estás recontra jodido ―comentó entre dientes su hermana.
Tiziano la fulminó con la mirada y Brunella le regaló una sonrisa con sorna.
Durante el día se la pasaron desayunando y zambullidos en la piscina mientras que la vecina de Tiziano desfilaba cerca de la casa con una túnica transparente de playa y una diminuta bikini.
