Capítulo 12

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Capítulo 12:

Un fuerte golpe en mi mandíbula obligó a que mis ojos se abrieran, observando como un puño aterrizaba en mi estómago doblándome hacia delante.

Mi cuerpo reaccionó, pero apenas pude sentir el impacto.

Intenté esquivar un tercer golpe pero mis movimientos iban con demasiado retraso.

Escuchaba el eco de varias voces, varias personas.

Después de unos largos minutos empezaba a sentir el dolor. Intentaba esquivar mientras pensaba en por qué me estaban moliendo a golpes y maldije al recordar la larga lista de personas que desean mi muerte.

Todo lo que podía almacenar en mi cerebro era que había demasiada oscuridad, completamente de noche, que estaba en una especie de callejón en la calle, que me estaban lanzando golpes por todas partes y al parecer mi organismo estaba bajo los efectos de alguna droga.

Un empujón hizo que chocara contra el muro a mi espalda, clavándome algo en el costado. Palpé la zona afectada y encontré mi pistola.

"Vas a aprender a meterte con lo tuyo, hijo de puta." Grita uno y me da otro terrible golpe en la mandíbula y una chispa de ira prendió mi cuerpo.

Sonreí amargamente, agarré la pistola, apunte y disparé.

"No lo creo." Dije mientras veía como se desvanecía en el suelo.

Otros dos tipos me miraron horrorizados y salieron corriendo. Los dejé ir.

Me arrastré a la boca del callejón, siguiendo las luces del pub de enfrente y recordé como había llegado hasta aquí.

Me senté en la acera y apoyé mi espalda contra la pared de un edificio de ladrillo. La imagen de como llegué al pub con Jack discutiendo corrió en mi mente. Maldito Jack.

Cogí mi móvil y encendí la pantalla sin saber que hacer realmente. Hoy definitivamente había sido un día de mierda.

Trasteé en la luminosa pantalla y como siempre acabé con su número reflejado, pensé en apretar aquel botón verde y pedirle que viniera, pero no contestaría de todas formas, no después de no hablarme en todo el día.

Ella sigue enfadada, ella aún está enfadada por lo que dije, ella es como una niña pequeña incapaz de ver la realidad. Y para colmo, si le digo que su actitud es infantil (que se lo digo) todavía se enfada aún más, ella solo se cruza de brazos aparta la vista y hace un pequeño puchero inconsciente con los labios. Pequeña niña idiota.

Tuve que hacer como que no me hacía gracia sus gestos infantiles llevándola en mi coche todo el día mientras cumplía con unos pedidos. Nada peligroso pero por supuesto ella se mantuvo encerrada en el coche con los cristales blindados.

Agradecí que al llegar a su casa estuviera esperándome, enfadada pero esperándome al fin y al cabo. No podía o en el peor de los casos no quería dejarla un día entero sola por ahí, y no lo haría.

En el único momento que abrió su bonita boca fue para hacer el pedido al lugar de comida rápida al cual la llevé.

Nunca pensé que diría esto pero es todavía mas insoportable que este con la boca cerrada a que esté hablando y preguntando todo el jodido tiempo. Y más cuando sabes que no lo hace porque eres un maldito idiota.

Y por ella aquí me encuentro, pensando en sus estupideces, tirado en el suelo, con ropa llena de sangre y sin poder apenas moverme. Que patético.

Su número sigue en mi pantalla mientras lo observo y me hago una nota mental de hacerle una foto desprevenida para no tener que estar imaginando su cara a través de unos números.

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