Capítulo 28

15.2K 730 68
                                    

John:

Después de rebuscar por cada bar y club de mierda de esta ciudad, lo tengo que encontrar en el peor de todos, las cuatro mugrientas paredes que me han visto crecer y perderme.

Lo primero que hago cuando lo veo tirado en un sillón con una manga remangada, los ojos semiabiertos, y en compañía de una panda de desgraciados mucho mayor que él es sonreír. Dulce, amarga e irónica vida; casi puedo verme en él hace un par de años.

Escaneo la barra. Los ojos de Jeff no tardan en encontrarse con los míos, todo lo que he tenido hacia el hasta ahora es respeto, pero ahora solo me estoy aguantando las ganas de matarles a todos. Despacio paso por un lado del chico y me acerco al viejo hombre que me metió en esta mierda.

"Ojos que te ven, chaval." Su voz ronca, quizá un poco más de como la recordaba. Estoy odiando el hecho de que me ha reconocido después de tanto tiempo.

"Hola Jeff, ha pasado un tiempo." Asiento.

"¿Y bien? ¿Qué quieres?" Sus dientes amarillos se asoman en su fría sonrisa.

"¿No me puedo pasar a saludar? He de decir que está todo exactamente igual, cada mierda en su sitio."

"Cómo deber ser." Una cerveza es abierta enfrente de mi, le agradezco con la mirada mientras la llevo a mis labios. "Ahora dime la verdadera razón de porqué estás aquí, John." Casi me sorprende de que se acuerde de mi nombre, no puedo ni imaginarme a cuantos críos como yo a llevado a la mierda.

"He venido a recoger algo que no debería estar en tus manos." Digo tranquilamente mientras apoyo la base de la botella en la madera con un sonido hueco y saco un cigarrillo.

"La droga es cien por cien mía, lo sabes."

"No estoy hablando de la droga, Jeff."

"¿Y qué es, chaval?" Suelto en una fina linea todo el humo antes de contestar.

"Él." Señalo con la cabeza la dirección en la que el crío esta intentando recordar su nombre.

"¿Quién? ¿El chaval? ¿Bruno?" Mira la dirección y luego la respuesta en mi mirada, donde la encuentra rápidamente. De repente sonríe ampliamente, para luego reír a plena carcajada. "No me creerás si te digo que no me sorprende, la primera vez que piso mi bar me recordó tanto a alguien que...." Sigue riendo. "A ti, eso es." Parece encantado, como si hubiera resuelto un rompecabezas en su mente, pero a mí su comparación solo me ha llevado a tener ganas de escupirle la cerveza.

"No es igual que yo, Jeff." Le corto en su intensa risa. "Él no pertenece a este lugar."

"Al principio tu tampoco encajabas en el ambiente, amigo." Tomo una amplia y profunda calada antes de apagar el cigarro en la madera de la barra, consciente de que ha quedado una bonita mancha negra en su lugar.

"Mira Jeff, me agrada que me recuerdes tan bien, es algo mutuo, pero si te digo que no me gusta que le des de tu mierda, es que no quiero tener que volver a por el a este vertedero, las cosas han cambiado mucho desde que me fui, ¿Sabías eso, colega?"

"Todo el mundo te conoce ahora, el crío se ha hecho grande." Afirma, escupiendo las palabras.

Sonrío como sólo él me ha enseñado hacer, me alegra que sepa que me tiene que respetar. "Exacto, ahora dime jeff, ¿ha pasado la noche aquí alguna vez?"

"Hoy, trajo dinero y me pidió quedarse unos días, las cosas las tiene arriba."

"Bien, ahora me darás la llave de la habitación y cuando baje quiero el dinero sobre la mesa, ¿está claro?"

AléjateWhere stories live. Discover now