Cosme y Belén asintieron y una vez que Vicente se fue mascullando un "Esto no se va a quedar así", Aitana corrió hasta sus padres y los abrazó mientras rompía a llorar.

- Siento muchísimo no haberos contado nada de esto. De verdad, pero es que todo fue muy rápido y no quería que sufrierais por mí. Ya sé que queréis mucho a Vicente, pero os prometo que desde que salí de la academia, no es el mismo que conocemos. – balbuceó, a causa de las lágrimas.

- No tienes que pedir perdón por nada, cariño. Respetamos cada una de tus decisiones. Aparte, ya sabes que le hemos cogido cariño, pero que siempre te hemos dicho que no era para ti. – dijo Belén, secándose una lágrima mientras acariciaba el flequillo de su hija.

- Y recuerda Aiti, somos tus padres. A veces no hace falta contar con palabras lo que, con gestos, es más que obvio. – Cosme se giró hacia donde yo estaba y me guiñó un ojo.

Yo solo pude sonreír ante ese gesto. Y pensar para mis adentros lo afortunada que era Aitana por los padres que tenía.


Aitana

Salimos a cenar con mis padres a un restaurante de Madrid. Y digo salimos, porque mis padres se encabezonaron con que Luis también tenía que venir.

Y él aceptó encantado.

Fue una velada agradable. Hablamos de muchas cosas y de nada a la vez, sin ningún tipo de vergüenza o tapujos.

Mis padres no preguntaron nada acerca del beso. Supongo que después de lo ocurrido, no querían sacar el tema de conversación para no causar más tensión.

Aunque si me hubiera preguntado, ¿qué hubiera contestado?

Sí, le había besado delante de todo el mundo. Pero no éramos novios. ¿No?

Apartando esos interrogantes de mi cabeza, despedí a mis padres en la puerta del restaurante. Alegaron que tenían el vuelo muy temprano y que debían de descansar.

Se despidieron efusivamente de Luis y nos quedamos solos. En una fría noche de Madrid. Tiritando.

- Estás helada. – dijo Luis, cogiendo mi mano y entrelazándola con la suya mientras frotaba su mano en mi espalda intentando darme calor.

- Un poquito. – dije, mirando nuestras manos unidas.

Era extraño como mi cuerpo y el de Luis encajaban tan bien. Éramos como dos piezas de un puzle. Muy distintas pero que juntas, encajan a la perfección.

- Vámonos. – dijo él, tirando de mí, pero sin separar nuestras manos.

- Espera, Luis. Yo tengo que pedirte perdón porque... - no me dejo terminar de hablar, poniendo su mano en mi boca.

- En casa. – solo pronunció esas dos palabras y siguió andando.

¿Estaba enfadado conmigo? Tenía todas las razones. Él me había escrito una canción y lo había preparado todo para cantármela en el concierto. Y yo, ¿qué le había dado a cambio? Un exnovio despechado insultándole y yo llorando como una magdalena.

Y lo peor de todo, es que aún no le había contado que Vicente me había mandado decenas de mensajes al día.

Algunos amenazándome a mí y otros, a él.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al imaginar su reacción cuando se lo contara.


Cepeda

Llegamos a el piso y solté la mano de Aitana. Miles de pensamientos y sensaciones se amontonaban en mi cabeza.

Me quité la chaqueta y la solté en el sofá, para más tarde sentarme en este y decirle con un gesto a Aitana que se sentara a mi lado.

- ¿Sabías que iba a venir? – dije, utilizando el singular.

No me importaba que los padres de Aitana hubieran venido. Eran encantadores y solo querían proteger a su hija. Además, verlos alegraba mucho a Aitana.

- ¿Vicente? – dijo, abriendo los ojos en un gesto de sorpresa. – No, por dios. Claro que no.

Suspiré aliviado. Mi yo celoso había salido a la luz por una milésima de segundo, pero ya volvía a estar escondido de nuevo.

- Pero tengo que contarte algo. – dijo Aitana, bajando la cabeza evitando mi mirada.

Oh, oh.

- Primero de todo, lo siento muchísimo Luis. Jo, es que siempre lo arruino todo. – empezó a hablar.

No la dejé terminar. Otra vez.

- No seas tonta y no vuelvas a decir eso nunca jamás. ¿Me oyes? Tú no tienes la culpa de que ese tío no se entere de las cosas y se quiera presentar en el concierto para hacerte daño. No has arruinado nada, ¿vale? – dije, cogiendo su cara entre mis manos para así, poder mirarla.

- Bueno, independientemente de eso. Te quiero dar las gracias. Por lo que has hecho hoy. Por escribirme una canción y cantarla delante de tanta gente. Por tu valentía y seguridad. Por ser tú y por cómo me quieres. De verdad, me siento tan afortunada. – dijo ella, sonriendo. – Y antes de que me beses, tengo que contarte algo. Y si ya después te quedan ganas, me besas.

Fruncí el ceño ante sus últimas palabras.

- Siempre querré besarte, Aitana. – dije, suspirando.

Esta niña no llegaba a entender lo perdido que estaba por ella. Ni por asomo.

- Vicente me ha estado mandando mensajes desde nuestra última conversación. Todos los días. Varios.

- ¿Qué?

Me quedé en shock. ¿Por qué coño no me lo había contado?

- ¿Ves? Si es que le tenía que haber partido la boca. – dije, intentando respirar hondo y así, calmarme.

- Lo siento mucho, Luis. No te dije nada porque estábamos pasando unos días tan mágicos. Tan bonitos. Y nos ha costado tanto llegar hasta aquí, que no quería joderlo todo. Y menos por Vicente. – dijo, más en un susurro.

¿Y cómo podía enfadarme con Aitana? ¿Cómo podía enfadarme con una persona que prefería sufrir en silencio a hacerle daño a alguien más?

- Solo prométeme que la próxima vez me lo dirás, Aitana. Sin ningún secreto. Sinceridad plena. – dije, acercándome a ella.

- Te lo prometo, Luisín.

Sonreí ante cómo me había llamado.

- Bueno, como resulta que aún tengo ganas de besarte... - dije, pegando su cuerpo al mío.

Ella rio antes de romper con la poca distancia que nos separaba y unió nuestros labios, deseosos de sentirse de nuevo. Una danza en nuestras bocas. Dulce y salvaje al mismo tiempo.

Mis manos acariciaban su espalda y sus muslos cuando ella, de repente, se separó de mí.

Y sentándose encima de mí, preguntó:

- ¿Qué somos, Luis?


-----

¡Hello!

Bueno, aquí os traigo un capítulo largito bastante dramático. Igual no es tan interesante, pero es importante para la historia ya que Aitana tenía que quitar de en medio al Vissent (por lo menos, por ahora).

En el próximo habrá más salseo, jeje.

Siempre digo lo mismo, pero muchísimas gracias por leer, votar y comentar. Leer vuestros comentarios me da la vida y me motiva a seguir, de verdad.

Y aparte, ¡ya somos 2K! Qué ilusión me hace todo jaja

Bueno, espero que os guste y nos vemos en el próximo capítulo, muy prontito :)

Yo quiero más || AitedaWhere stories live. Discover now