La Calma Tras La Tormenta

Start from the beginning
                                    

- ¿Saber cuanto amas a alguien cuando ya es muy tarde?

- Escuché de una enfermera que no ha salido de su habitación desde que lo internaron.

Nick bajó la cabeza.

- Sólo resta esperar a que ocurra otro milagro – esbozó Judy todavía entristecida.

- Los milagros los crea uno mismo. ¿No es lo que dicen?

Judy sonrió hacia él dándole la razón.

- Iremos dentro de un rato a verlos, ¿verdad?

- Eso es obvio...

- No puedo creer que Nigel se haya puesto de nuestro lado.

Ella bufó.

- Parece que yo gané...

- ¿Qué?

- Nada, nada...

Luego de eso, ambos oficiales siguieron hablando un rato más. Las cosas habían sido atropelladas desde que llegaron a esa ciudad, pero ambos estaban satisfechos de decir que se había hecho un buen trabajo. Con los dos mafiosos imposibilitados la paz en la gran metrópolis lentamente podría ser reconstruida en su totalidad.

Un par de horas más tarde, Nick y Judy seguían conversando, dando detalles que no conocían sobre la misión y bromeando como era de costumbre cuando escucharon la puerta abrirse. Ambos se volvieron a ver y se sorprendieron al ver a dos de sus preciados amigos que habían pasado a visitarles.

Dan y Luna estaban llegando con un ramo de flores blancas y dos sonrisas iluminadas en sus rostros. Luna se había quitado su disfraz de recepcionista y ahora portaba el uniforme de la WCPD junto con su placa y una pistola eléctrica, su cabello estaba suelto y sus impactantes ojos grises brillaban con entusiasmo.

- De parte de todo el departamento de la WCPD, oficial Hopps – esbozó el tigre blanco entregando el presente.

- Crisantemos. Me encantan. Gracias, Danny – exclamó la coneja abrazando el ramo. Daniel se ruborizó un tanto rascando su cabeza.

- Todos estamos muy contentos y esperamos su pronta recuperación – siguió la loba igual de sonriente.

Nick los miró a los dos.

- No sabía que ustedes fueran compañeros – replicó mirando con picardía la pareja de loba y tigre albino.

- Bueno, sí – respondió indecisa la loba – pero estábamos trabajando en campos distintos y pues... la verdad no creímos que fuera necesario aclarar eso.

- Tienes una linda compañera, tigre – repuso el zorro hacia Daniel – cuídala, que cualquiera que llegue podría intentar robártela.

- Eso nunca – respondió desentendido el felino – yo sin Luna me volvería loco.

La loba se ruborizó inquieta.

- D-D-¡Daniel! ¡¿Qué tonterías dices?!

Él se volvió hacia ella y le sonrió.

- ¿Qué? Es la verdad.

La oficial bajó la mirada y las orejas avergonzada y esquivó la vista de todos los presentes. Nick y Judy se rieron por lo bajo al ver la repentina e inesperada declaración despistada del tigre hacia la pequeña loba gris.

En ese momento, alguien más entró a la habitación haciendo que el ambiente se tensara. El gran toro se presentó en la puerta, y los dos efectivos de su división se pusieron rectos como frente a un comandante. Bullock observó a los dos oficiales de la ciudad vecina con un severo rostro serio y mudo, luego se acercó a ellos y extendió su gran y pesada mano frente a ellos.

Zootopia: The New Wild City  [FINALIZADA]Where stories live. Discover now