Capitulo 21

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—¿Ya desayunaste algo?—nana estaba recargada en el pequeño comedor de la cocina.

—No—musitó Camila.

Nana la miró con ojos bondadosos.

—¿Qué quieres desayunar?—la miro expectante.

Camila hizo una mueca—Supongo que... ¿unos panqueques?

—Panqueques, buena elección, te los llevaré a tu habitación cuando estén listos—Sus labios se curvearon en una sonrisa burlona—Porque se supone que usted jovencita debería estar reposando en su cama.

—¿No puedo salir a caminar?—inquirió Camila.

Nana sonrió ampliamente, lo suficiente para que mostrara toda su dentadura.

—Déjame pensarlo.

—¿No me vas a dejar, cierto?—dijo Camila, pareciendo desconcertada.

Nana se dio la vuelta y la miro. Camila ya tenía claro que no la dejaría salir, si sus padres la protegían de más, nana no era otro caso. Era exactamente igual a ellos, hasta podía llegar a ser peor, pero para sorpresa de Camila, esta vez estaba equivocada.

—Si eso te hace feliz—contesto nana con ojos brillantes—pero solo si me prometes que te cuidarás y que esto no te perjudica en nada.

—Tenlo por seguro, de hecho me ayudará a despejarme.

—Tienes que volver en menos de unos cuarenta minutos ¿okay?

—Eres una mandona—dijo Camila, finalizando por fin su frase. Nana sabía que bromeaba así que solo se limito a reírse.

—Eres tan en cantadora—repuso nana con sarcasmo.—vete antes de que cambie de opinión.

Camila le dio un beso en la mejilla antes de salir por la puertas de la cocina—¡Gracias, te quiero!—le grito desde lejos mientras seguía cambiando hacia la puerta principal.

Levaba por lo menos cinco minutos caminando, viendo todo a su alrededor. Las plantas, el cielo, las aves que pasaban, los perros que paseaban por ahí con sus dueños, los locales de comida, las personas hablando por teléfono o simplemente cambiando, como hacía ella en ese instante.

—¡Cuidado!—Un joven en bicicleta pasó por su lado.

—Lo siento—El chico ya no la escuchaba así que siguió caminando.

—Creo que soy pro-propensa a los accide-accidentes—se dijo así misma.

—¿Camila?—volteó hacia su espalda, encontrándose con una ojiverde sonriente.

—Hola—Lauren la abrazó, soltó un suspiro inmediatamente.

—No puedo creer que te encuentre aquí.

—¿En la calle?—levantó una ceja.

—Suena extraño, pero si—afirmó—Deberías estar en tu casa, descansando.

—Ya suenas como mi nana.

—¿Tú nana?

—Si, es la persona que me cuido cuando era muy chiquita—sonrió dulcemente—Es una persona increíble, algún día te la presentaré.

—¿Y porque no ahora?—Camila se sorprendió, la pregunta y el interés de Lauren la puso muy feliz y se notaba en su sonrisa resplandeciente.

Camila no atinaba a decirle algo, simplemente estaba feliz—¿por qué me miras así?—A la ojiverde le gustaba la sonrisa que Camila le estaba dedicando,era hermosa, como ella.

Hasta el final (Camren G!P)Where stories live. Discover now