Pequeña de ojos azules- Alec Lightwood

Capítulo 16

Cuando la rubia se aseguró que ambos chicos estuvieran mejor, abrió un portal hacia el Instituto lo más rápido posible. Tenían que entregarle la copa a la Inquisidora o Izzy sería exiliada del Mundo de las Sombras. Y eso era algo que no se perdonaría jamás en la vida.
El rubio se encargaría de entregar la copa junto a Clary. Gracias a eso, Bekah pudo salir corriendo en dirección a su amiga. Tenía que contarle que ya era libre y también tenía una propuesta para hacerle. Una muy importante y que sinceramente esperaba que la morena no rechazara. Cuando Rebekah entró en la habitación, la pequeña Lightwood caminaba de un lado para el otro consumida por los nervios. Al verla no pudo más que arrojarse a sus brazos, con el alivio recorriendo su cuerpo ahora que su amiga estaba a salvo.

-Eres libre, Izz- susurró en el oído de la otra.

Ambas comenzaron a saltar y gritar sin soltarse aún. Estaban felices y no había nada que pudiera opacar eso en este momento.

-Gracias, gracias, gracias- repetía Isabelle a su rubia amiga.

-Pensé que no lo lograría, Izz. Tenía tanto miedo- contestó Bekah cuando se separaron- quiero proponerte algo, morena-

-Dime, rubia-

-Sé mi parabatai- soltó la chica con nervios- en este corto tiempo te has vuelto una persona sumamente importante para mí, Izzy. Me apoyaste cuando más lo necesité y te preocupaste por mí siempre. Cuando todo esto pasó, creí que moriría si algo llegara a pasarte-

Isabelle se había quedado totalmente conmovida por las palabras de su amiga. No podía negar que ella había estado pensando en esa posibilidad y ahora que podía ser real la llenaba de felicidad.

-Claro que seré tu parabatai, Rebekah Bane- exclamó saltando otra vez a los brazos de su amiga.

Ambas chicas pudieron sentir como su piel comenzaba a quemar en una determinada parte de su cuerpo. Isabelle no sabía que pasaba, pero Bekah tenía una idea de lo que sucedía y hasta había supuesto que pasaría.
Cuando se separaron, miraron donde la piel les había ardido y allí se hallaba dibujada una perfecta runa parabatai.

-¿Qué demonios acaba de pasar?- preguntó algo asustada la morena.

-Puedo decírtelo. Pero debes prometer que no dirás nada, Izz-

-Somos parabatai ahora, Becky. Puedes confiar en mí-

Isabelle mira atenta como su rubia amiga cierra los ojos y habla en voz sumamente baja. Sino fuera por lo cerca que estaban, jamás podría haberla escuchado.

-¿Podrías hacerte visible, Brat?-

Esas palabras sorprendieron a la Shadowhunter. Pero no tuvo comparación cuando una especie niebla color azul brillante salió del cuerpo de Rebekah y tomó la forma de un gran lobo. Izzy pegó un salto, alejándose de la rubia cuando el lobo rugió con fuerza.

-Él es Brat. Mi protector, mi magia, mi otra mitad- dijo Bekah con voz sumamente cariñosa, acariciando las orejas del lobo.

-¿Qué? ¿Desde cuando lo tienes?- preguntó incrédula la otra chica.

-Desde que nací. Cuando papá me encontró en su puerta, él estaba allí protegiéndome. La gente se suele asustar al verlo así que lo mantengo oculto-

Antes de que alguna pudiera decir algo más, la puerta de la habitación fue abierta con fuerza.

-Izzy eres...- gritó Alec cuando entró, pero se quedó mudo al ver a Brat corretear al lado de Bekah-¿Qué demonios sucede aquí?-

El moreno se acercó algunos pasos. Pero el gran lobo azul frente a él, comenzó a gruñirle enojado, tomando una coloración rojiza. El protector seguía enojado con Alec por haber herido a su pequeña rubia.