Capítulo 14

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Rebekah sólo pudo abrir un portal a la habitación del chico y arrojarlo hacia allí. No podía creer lo que había hecho y su padre no debía saberlo. La mataría por semejante estupidez.
Se acomodó un poco el cabello, que se le había desordenado durante el ardiente beso. Aunque tampoco podía disimular mucho cuando tenía la boca hinchada y una sonrisa estúpida en ella.
Abrió la puerta, con los nervios a flor de piel, encontrándose con Magnus al otro lado.

-¿Y esa sonrisa?- preguntó Mags extrañado por ver a su hija en ese estado, cuando había estado tan mal los últimos días.

-Nada, pa- habló nerviosa la rubia, generando aún más curiosidad en el brujo- vamos. El juicio está por comenzar-

Magnus no dijo nada más. Después indagaría en que sucedía con su pequeña, ahora tenía una chica que defender.
Padre e hija salieron de la habitación hacía donde se haría el juicio. La Inquisidora había llegado hacía unos minutos y quería terminar lo más rápido posible con todo esto.
Bekah estaba demasiado nerviosa y ya no tenía nada que ver con el beso con Alec. Le preocupaba que a su amiga la despojaran de sus runas y quedara indefensa en el mundo humano.
Al llegar al lugar, la rubia tomó asiento lo más cerca posible de la morena y para su mala suerte, también al lado de Alec. Las manos le sudaban por la acumulación de situaciones para nada favorables e iba a colapsar en cualquier momento.

-Todo va a estar bien- susurró el moreno en su oído, provocando un escalofrío en su cuerpo.

-Lo sé. Papá va a sacar a Izz de esto. No puedo evitar ponerme nerviosa- contestó sin darse cuenta que estaban teniendo una tranquila conversación desde que todo lo había pasado.

Alec tomó la mano de la rubia, en un intento por darle un poco de tranquilidad y para recibir también, algo de apoyo. Él estaba a punto de perder la cabeza con todos los problemas que estaba teniendo últimamente. Y lo último que quería era perder a su hermana.
Pasaron el juicio agarrados de la mano, viendo como Magnus defendía a Izzy con una habilidad envidiable. Cuando llegaron a la posibilidad de poder relajarse, la Inquisidora decretó que Isabelle perdería sus runas sí Jace no regresaba con la Copa Mortal.
Rebekah corrió por los pasillos hasta llegar a la habitación donde encerraron a Izzy. Abrazó con fuerza a su amiga, conteniendo por primera vez el llanto en días. Todo estaba saliendo mal y ella no podía hacer nada para evitarlo.

-Lo siento, morena- susurró en el oído de su amiga.

-Nada de esto es tu culpa, Becky-

Alec apareció tras ellas y las abrazó a ambas. Su hermanita estaba en peligro si su parabatai no regresaba con la Copa. Las cosas con Jace no estaban nada bien y eso sumado al problema que tenía con Bekah e Izzy, estaban por destrozar al moreno.
Ambas chicas se aferraron al moreno en busca de consuelo. La rubia, por ahora, no quería pensar en otra cosa que no sea en solucionar el problema de su amiga. Luego pensaría en lo que había pasado con Alec y que sucedería en el futuro con ellos dos.
Se separó del abrazo, pensando en cualquier hechizo posible que recordaba para encontrar a Jace y con él también la Copa.

-Iré a ver si logro encontrar a Jace con magia o algo. Tenemos que lograrlo, Izz. No puedo dejar que te alejen de aquí-

-Yo lo buscaré con el vínculo parabatai- comentó Alec intentando ayudar a solucionar el problema.

-No, Alec. Su vínculo ya es demasiado débil. No puedes forzarlo más o se romperá- pidió Izzy con desesperación en su voz.

-Hazle caso a Izz, Gideon. No puedes forzar eso. Déjame intentarlo a mí primero-

El ojiazul intentó pasar por alto como lo había llamado la rubia, pero no pudo. Un calor agradable se formó en su pecho y fue incapaz de negarle lo que le pedía.

-Está bien. Pero si no pasa nada en una hora, lo haremos a mi manera. No voy a poner en peligro a Izz por proteger a Jace-

Ambas chicas asientieron, quedándose tranquilas por ahora. No querían que los parabatai estuvieran en peligro, menos cuando tenían tantos problemas.
La pequeña Bane besó las mejillas de los hermanos y salió en dirección a su habitación. Necesitaba concentración para encontrar al rubio. Tenía un mal presentimiento sobre él y, aparte de querer salvar a Izzy, quería saber si se encontraba bien.
Tomó una camiseta que el rubio le había prestado antes de irse y empezó a pensar en su amigo. Su magia le decía que estaba en peligro y herido. Eso la preocupó aún más de lo que estaba, pero seguía sin poder encontrar su ubicación. Se concentró aún más en el último recuerdo que tenía con el rubio y pudo obtener un vistazo de él siendo atacado por un demonio y herido. Pudo sentir que era en otra dimensión, una paralela. Tenía que encontrarlo para terminar con todo este problema de una vez y salvar a dos personas importantes para ella. Abrió un portal, pero este no era uno común. Era color dorado y servía para viajar entre dimensiones. Pocos segundos después, se encontraba frente a Jace, Clary y a su padre de otra dimensión.

-Bekah- gritó el rubio agitado por el veneno que tenía en la sangre.

-¿Quién es ella?- preguntó Magnus de la otra dimensión.

-Tu hija de otra dimensión- contestó con una dulce sonrisa.

Era tan diferente a su Magnus. Este no era nada extravagante o colorido como su padre lo era en la otra dimensión.

-Un gusto, Rebekah-

La rubia se arrojó sobre Jace para abrazarlo y luego darle un golpe en su cabeza. Tendría que haberle dicho lo que planeaba hacer y no ponerse en peligro a él ni a Izzy.

-Auch- se quejó el chico-¿Por qué tan ruda, rubia?-

-Eso es por no contarme todo esto y por poner en peligro a tu hermana. Ahora vamos, tenemos que curar esa herida y salvar a Izz-

-Primero debemos encontrar a Valentine, Becky. Hicimos todo esto para eso, que no sea en vano- habló la pelirroja por primera vez.

-Tiene que ser muy rápido, chicos. Por ahora esto debería servir-

La rubia envolvió con su magia a su amigo, haciendo que todos los síntomas del veneno se vayan. No era una cura, pero retrasaría la expansión de este.

-Guau. Nunca había visto una magia igual- comentó Magnus asombrado al ver a la rubia haciendo su hechizo.

Bekah sonrió en grande. Era un placer para ella que su padre la halagara en otra dimensión y sin conocerla.

-Muchas gracias, Mags- contestó aún sonriendo- Chicos, debemos irnos. No puedo demorar más o Izzy será exiliada-

Después de despedirse del otro Magnus, los chicos cruzaron el portal que los llevaría hasta Valentine. Encontraron un lugar oscuro, abandonado y lleno de experimentos fallidos en subterráneos. Estaban preocupados por no encontrar a nadie. Se suponía que el portal los llevaría a Valentine y no parecía haber nadie allí.

-No puede ser- dijo Jace frustrado por no encontrar a nadie- tenía que estar acá-

-Siento algo- susurró la rubia buscando la presencia que sentía en ese lugar- viene de allí-

Jace caminó un poco adolorido hasta donde su amiga apuntaba. Cuando abrió la puerta no podía creer lo que veía. Era nada más y nada menos que Michael Wayland. El padre del rubio que se suponía había muerto hace muchos años atrás.

Pequeña de ojos azules- Alec LightwoodWhere stories live. Discover now