Capítulo 1

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La rubia quedó sumida en sus pensamientos, pensando en las razones de Alec para huir de esa manera. Hasta que su padre la sacó de su ensueño, mirándola con preocupación.

—¿Estás bien, hija?—

—Si, pa. Sólo algo cansada por la cantidad de energía que usé—dijo ella agotada.

—Ve a acostarte. Yo despediré a los Shadowhunters—contestó con una sonrisa, besando su cabeza.

Se acercó a los chicos que fijaron su mirada en ella al instante.

—¿De dónde conoces a mi hermano?—preguntó curiosa la morena.

—Es una larga historia que él debería contarles—contestó la rubia en voz baja.

El agotamiento sumado a la sorpresa de haberse reencontrado con Gideon estaban haciendo estragos en su cuerpo.

—¿Te sucede algo?—preguntó, para sorpresa de todos, Jace.

—Es solo la cantidad de energía que usé—logró contestar antes de desmayarse.

El rubio la agarró antes de que cayera al suelo, preocupado por el estado de la chica. No entendía porqué, él no solía preocuparse por desconocidos.
Antes de poder entender la extraña conexión que había sentido con ella, alguien se la arrebató de los brazos. Magnus había entrado en la sala, alterado al ver a su pequeña inconsciente en brazos del Shadowhunter rubio.

 Magnus había entrado en la sala, alterado al ver a su pequeña inconsciente en brazos del Shadowhunter rubio

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Era obvio que iba a terminar así, después de la cantidad de energía que usó. Pero Magnus no podía evitar asustarse cuando eso sucedía.
El antiguo brujo podía ver en las caras de los cazadores que no comprendían lo que sucedía con su niña y que iban a querer una explicación, que estaba pensando darles más tarde.

—¿Está bien?—preguntó Jace, con la preocupación brillando en sus ojos.Algo raro en ese vanidoso cazador.

—Siempre le sucede. Despertará en unas horas. A más tardar, mañana—

—¿Cómo puedes decirlo tan tranquilo?—dijo indignada la pelirroja.

—No me hables así, pequeña zanahoria—contestó molesto—Lo digo así porque ya es algo normal debido a su naturaleza—

—¿Qué es?—preguntó Isabelle con curiosidad.

—Se los contaré todo, pero llama a tu hermano. Debe saber lo que le pasó a Bekah, aunque no lo merezca—

Al instante, la morocha se alejó para llamarlo. Aunque al brujo no le agrade, sabe que Bekah lo querría allí, junto a ella.
Jace no le quitaba la vista de encima, como si pudiera leer en él la verdad sobre su pequeña Rebekah. Lo ignoró pensando que antes de acomodarla en su cuarto, debía darle un poco de sangre para acelerar el proceso de sanación. Hizo aparecer una bolsa entre sus manos, mientras los Shadowhunters presentes miraron todo con asco y curiosidad a la vez.

Pequeña de ojos azules- Alec LightwoodWhere stories live. Discover now