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Había huido de la verdad y no tenía idea de que sucedió luego, sólo recordaba haber llegado a casa empapado en lágrimas, hundiéndose en el silencio que ahora si sería permanente y para siempre...sus padres se habían ido, y no había podido despedirse. Destruyó todo a su paso, en una forma de liberarse de todo el sufrimiento que tenía dentro, estaba perdido, y no había vuelta atrás en ello.

Desconocía quién se había hecho cargo de todo lo que vino después, sólo sabía que había rechazado la idea de un velorio en su hogar, y pasó directo hasta el funeral. Si el resto de sus familiares se había enterado de la noticia o no, lo cierto era que no le importaba...le habían dado la espalda hace muchos años y no quería más falsedad en el último momento que tendría junto a sus padres.

La lluvia no había cesado y siendo así las diez de la mañana, llegó hasta el cementerio en compañía de KyungSoo, que lo había encontrado unos veinte minutos después de llegar a casa tirado en el piso llorando; se quedó junto a él hasta que amaneció, y se aseguró de que comiera algo antes de salir al largo día que les venía encima. Habían unas pocas personas alrededor de ambas tumbas, una de ellas era la hermana mayor de su madre, quién años atrás había viajado fuera del país, y para cuando volvió no tuvo la decencia de avisar, sin embargo, ahora estaba de pie frente a él, llorando por alguien que apenas había visto en el último tiempo. Nunca vio a los que proclamaban ser amigos de sus padres, aquellos con los que habían pasado más tiempo de fiesta en fiesta, en vez de preocuparse por él.

Nadie tuvo el valor de decir alguna palabra linda o de consuelo por ellos para despedirlos, ni siquiera él, su único hijo, quién estaba destrozado por dentro y apenas estaba dejando mostrar su dolor. El pelirrojo y su novio lo acompañaban desde un costado, aguardando en silencio y mostrando respeto por la situación. Minutos después, miró hacia un costado y notó a BaekHyun caminando hacia su dirección con cuidado por el césped, vestido completamente de negro y un ramo de flores en sus manos, que depositó con delicadeza en los dos ataúdes una vez que estuvo frente a ellos. Se mantuvo en una esquina hasta el termino de la ceremonia, incluso cuando ya todos se habían ido y sólo quedaban él, KyungSoo y Jongin.

Más tarde, los siguió desde su auto y los acompañó hasta la casa del más alto, que parecía tener mejor aspecto luego de que el de labios de corazón limpiara el desastre que había provocado durante la madrugada después de la noticia.

-¿Te sientes más tranquilo? -preguntó con delicadeza el pelirrojo, que ya se había sentado a su lado.

-Si...gracias Kyung, por todo.  -respondió más bajo. Forzó una semi-sonrisa y acarició su brazo en modo de agradecimiento.

-No tienes que agradecer, Yeol.

Ambos levantaron la vista y alcanzaron a ver a Jongin y BaekHyun hablando desde la cocina, el segundo de ellos se había quitado la chaqueta negra que aparentemente estaba húmeda a causa de la lluvia y sostenía una taza de café en sus manos.

-Creo que tienes que hablar con él. -sugirió el más bajo, dándole algo de ánimo.

-No sé si es el momento...

-No habrá otro momento, y él te escuchara, créeme que sí. -tomó su mano y la masajeó. Era un gesto extraño, pero se sentía como si estuviera traspasándole energía y cariño.- No olvides que ambos se quieren.

-De acuerdo. -asintió. Esta vez si sonrió de verdad, a pesar del dolor que aún cargaba dentro.

-¡Jongin! -llamó, y el moreno detuvo su charla con el peligris hasta llegar a su lado.- creo que es tiempo de que nos vamos a casa.

Fuck the Karma. || ChanBaek ✨ Where stories live. Discover now