Capítulo VIII [Amistad] (4)

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Parte 4


Arnus y Narea se encuentran solos en una de las habitaciones del hogar que estaba utilizando como base y refugio.

— ¿Y bien? ¿Qué fue eso? —pregunta la mujer, mirando seriamente a su príncipe, apoyada en una muralla y de brazos cruzados.

— ¿Qué fue qué, Narea? —responde su señor con otra pregunta.

—No me venga con eso. Declaró que asesinaría a su hermana si se filtra información. Puedo entender lo que significa ser un rey y probablemente fue la decisión correcta... Pero sus ojos no mostraban nada.

La afirmación de la demonio provocan la sorpresa del Shezenvalery, quien abre sus ojos por la impredecible situación y luego baja la mirada, pensativo.

—Así que no fue algo bueno, ¿cierto? —termina por comentar luego de su análisis.

— ¿Qué me está ocultando, señor? Pasó algo similar cuando torturó a Gendo —Narea se expresa en un tono serio, casi enfadado, algo inusual en ella, cosa que el príncipe pudo notar rápidamente.

— ¿Recuerdas que te pedí que fueras la reina de Urak?

—No desvíe el tema, no estamos hablando de eso ahora mismo.

—Es algo que está directamente relacionado. ¿Te preguntaste en algún momento por qué tenías que ser tú? ¿Por qué no hacer una selección de candidatas?

—Sí, lo hice. Pensé que quizás era porque soy la candidata más cercana.

— ¿Por qué dudaste? ¿Qué te hizo pensar que tú no serías digna de inmediato?

La pregunta del príncipe hace dudar por unos instantes a la mujer. Ella se mantiene pensativa, recordando sus experiencias pasadas. ¿Por qué era que ella no tenía confianza en sí misma para gobernar un país?

—No soy la mejor persona que alguien elegiría para gobernar a otros —responde finalmente—. Yo fui un soldado, fui entrenada para obedecer órdenes y no logré destacar como comandante para ser uno de ellos. Mis superiores lo mencionaron una vez, soy muy emocional en mis decisiones, muy impulsiva en ese aspecto, sin contar que me han dicho que soy demasiado inocente también. Debido a ello, puedo parecer extremadamente estúpida al realizar una acción. Una persona con demasiadas emociones no está hecha para... —Narea se detiene en su explicación, interrumpiéndola con un silencio, como si hubiese comprendido algo de repente que no le permitía continuar con su línea de pensamiento actual—. Alguien con demasiadas emociones no está hecho para liderar... Pero tampoco lo está quien no las tenga. Señor Arnus, no me diga que...

—Es un efecto secundario —responde sin haber recibido una pregunta el príncipe—. Una vez leí que todas las emociones derivaban del amor. La alegría es sentir amor por la vida y las situaciones diarias, tristeza es cuando pierdes algo que amas o no consigues ser correspondido, odio es cuando el amor es corrompido. Por el amor vivimos, por el amor luchamos, por el amor crecemos y por el amor morimos. Suena bastante bien si uno lo piensa así. Pero entonces, cuando te digo que mi maldición es no sentir amor...

— ¿Usted no tiene emociones? Pero eso no...

—De momento no es así, por suerte. Pero de vez en cuando no soy capaz de sentir nada. Ni dicha, ni tristeza, ni ira, ni odio, nada. En esos momentos me baso sólo en la lógica y lo que es mi deber. Tú misma fuiste testigo de ello hace poco tiempo. Luché a muerte contra el «Héroe de la guardia» para liberar a mi hermana y mi pueblo. Estaba enfadado con él por el daño que había cometido contra mi gente, estaba feliz de encontrarme con Kalatra y triste al saber que cometí un error al iniciar la batalla. Y sin embargo, ahora la amenazo de muerte junto con todos mis compatriotas de su lado. Es completamente inconsistente. Estoy agradecido de saber que no tomé la decisión equivocada contigo.

Exhekar Tales I: La Reina Esclava & El Príncipe Sin Reino (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora