Capítulo III [La calma antes de la tormenta] (3)

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Parte 3


— ¡Es por aquí, ven! —dice alegremente una pequeña niña, dando unos cortos saltitos felices y moviendo sus maltratadas alitas mientras arrastra de la mano al hombre que la acompaña. Tina tira de Arnus hasta una gran fogata ubicada en el centro de una plaza. Alrededor de esta se encuentran varias parejas preparándose para bailar. Los músicos comienzan a usar sus instrumentos, tambores, violines, guitarras e instrumentos de viento, todos juntos en una alegre melodía. Varias personas se reúnen sólo para mirar el baile y otras por simple curiosidad al ver a una mujer-hipopótamo entre los participantes.

—Espera Tina, yo... —comienza a decir Arnus mientras se resiste sin una fuerza real—. ¡No sé bailar!

Arnus siente vergüenza de su confesión, sonrojándose ligeramente. Tina se sorprende ante sus palabras y muestra un rostro complicado.

—Pues lo habrías dicho antes. Vaya, esto será un problema —Tina baja la cabeza, pensativa—. Sería contraproducente que no te divirtieras... —murmura al final.

«Uff, pensé que no me libraría de esta, Tina puede ser considerada cuando quiere», piensa el príncipe, creyendo haberse salvado de tener que bailar y soltando un suspiro.

— ¡Bueno, como sea, yo te enseñaré!

— ¡¿Qué?!

Ante la declaración final de Tina, Arnus comienza a sudar nerviosamente.

El baile ya ha iniciado y Tina comienza a instruir a su acompañante.

—Primero, ponte recto, luego mueves los brazos así... —Tina comienza a bailar la coreografía, mientras Arnus la sigue infructuosamente—. Luego das un giro... ¡y aplaudes!

Arnus da media vuelta y aplaude, sus movimientos son muy tensos y con poca gracia.

—La vuelta era completa... —corrige su compañera, quien comienza a soltar pequeñas risitas—. ¡Jajaja, en verdad eres malo!

—No eres muy alentadora con tus alumnos —replica el príncipe, completamente desmotivado.

—Debes mover tus brazos y piernas de este modo, das otro giro y otro aplauso —Tina ignora las quejas de Arnus y muestra nuevamente la coreografía, sincronizándose con el resto de bailarines—. Luego extiendes tus brazos y te inclinas, así...

—Creo, que estoy entendiendo el ritmo... —dice el demonio, quien se ve ligeramente feliz luego de captar la esencia de algunos pasos...

—Eso es bueno, porque pronto será el momento de cambiar de pareja.

...Sin embargo, su felicidad tiene una duración efímera, pues su pequeña pareja le menciona una cruel realidad, la que le pone más nervioso.

— ¡¿C-Cambio de pareja?! ¡Nadie me habló de eso! —exclama el príncipe. Se puede notar el sudor en su rostro y sus ojos que miran a los observadores del baile con envidia.

—Ahora lo digo, ¿no? —responde maliciosamente la niña—. ¿Hmm? Oh, ¿estás nervioso? Jiji —soltando pequeñas risitas burlonas, Tina extiende sus brazos, apuntando al cielo alegremente—. ¡Es tiempo del cambio!

— ¡¿Por qué eres tú quien da la señal?!

Tina se aleja feliz mientras Arnus entra en pánico.

«Debo salir de aquí...», piensa el demonio, pero una Serevalery se le adelanta y comienza a bailar frente a él.

«Mier...»

— ¿Es tu primer baile de la cosecha? —pregunta su nueva compañera con una sonrisa al ver que su pareja de baile se mueve toscamente.

—Ah, bueno... Sí...

Exhekar Tales I: La Reina Esclava & El Príncipe Sin Reino (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora