Mi pequeña Zu

¿Quién lo diría?

...

¿Qué saldrá de una pareja de un elfo con una demonio?

¿Un bebé elfo?, ¿un bebé demonio?, ¿un alien?...

¡No, señoritas y señoritos, algo más extraño que ello!

¿Te atreves a descubrirlo?

...

El rey elfo entra a la habitación, muriendo de ansiedad para ver a su pequeña diablilla. Mira a los que asistieron al parto, pues el no pudo llegar a tiempo. Su rostro pierde su color al ver a sus súbditos esquivar la mirada. 

Algo había salido mal.

—Kurt— lo llama su amada, ahogándose entre lágrimas y desdicha.

Queda pasmado al ver a la tan afamada diosa a los pies de la cama ensangrentada en la que reposa su esposa con su bebé en brazos.

—Nació muerta pero yo te concedo una nueva vida— con un gentil movimiento de su mano, una luz resplandeciente desprende de sus dedos e ilumina los ojos de aquellas desdichadas criaturas. Una risa angelical desprende de la luz que juguetea por la habitación. —Te bendigo con esta risa dichosa, Zu

...

¿Quién lo diría?