Comienza el asalto

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Una sirena en la playa comenzó a sonar mientras varios piratas encargados de la vigilancia corrían nerviosos de un lado para otro.

-¡Avisen a Don Banner, rápido!-

-¡De acuerdo!-

Este continuaba en su asiento de aquel despacho como si en la planta baja no estuviera pasando nada.

-¿No vas a bajar a poner orden?-le pidió James.

-¿Por?...no es algo que me incumba en absoluto-en ese momento le sonó el teléfono-¿diga?...vaya...esto huele a problemas-colgó.

-¿Qué ocurre?-le preguntó Lydia.

-Algo que si nos incumbe y a todos, vamos-se levantó-iré a por Nana y Rito, esto es serio-

Argent y su hermano, Cup Silb, se miraron fijamente y comenzaron a dar vueltas en círculos con los puños levantados, el joven se lanzó a por el mayor intentando golpearle en la cara con su derecha pero este le paró el golpe con el antebrazo y se lo devolvió con el otro puño, Cup retrocedió dolorido, pero enseguida respondió con una patada, que Argent volvió a parar cruzando los brazos, fue a golpearle de nuevo con el otro puño pero reventó un plato que Cup puso de escudo antes de propinarle una patada en el costado, Argent le agarró la pierna, sacó con la otra mano un cuchillo de su bolsillo y se lo clavó, Cup retrocedió dolorido, se lo arrancó y se echó sobre su hermano, tirándolo al suelo y propinándole varios puñetazos en la cara, intentó apuñalarle con el cuchillo que se quitó de la pierna pero Argent le sujetaba las manos impidiéndoselo.

-Has mejorado pero aun no eres capaz de vencerme-

-Eso ya lo veremos-ponía más fuerza para intentar clavárselo.

-¡Alto todo el mundo!-pegó varios tiros al aire Banner llamando la atención de todos los que se estaban peleando.

-Señor Banner-apartó a su hermano de encima de él y se sacudió la ropa-perdone la escenita, no era nuestra intención-

-Me dan igual tus intenciones, mercenario, tenemos problemas, acaban de comunicarme por teléfono que tenemos una flota de once galeones corsarios acercándose a esta costa y dudo que vengan a darse un baño y hacer castillos de arena, Rito, Nana, conmigo-les llamó-movilizad a todas vuestras tripulaciones, me temo que comienza la guerra-

-¿Once galeones corsarios?¿Malbec?-

-Sí y tú-le miró serio, quitándose las gafas de sol-mi hijo te hizo un favor entregándote la ubicación de este tipo, así que ahora, tú y tus agentes van a venir a ayudarnos a echar a esos perros del gobierno de aquí-

-Pero...-

-¿Pero?..¿Quieres que ordene tu detención por escándalo publico?¿Quien paga los destrozos del bar?-

-De acuerdo-agachó la cabeza.

-Señores-se dirigió a todos los presentes-todos aquellos que estén disponibles para luchar que me sigan, está en juego nuestra casa y no vamos a dejar que esos cabrones vendidos nos la arrebaten-

-¡Sí!-gritaron todos alzando los puños.

Mientras, Blake continuaba huyendo a toda la velocidad que podía de Gevadan que le seguía pisándole los talones.

-Mierda...-un coche se les cruzó y Blake tuvo que saltar con la moto, subiéndose como pudo a una tabla de madera apoyada, Gevadan se vio obligado a frenar, dio un golpe al volante, molesto, sacó una jeringuilla de su bolsillo y se la pinchó en una vena del brazo, a los segundos, mutó, transformándose en hombre lobo, estrelló la puerta del coche contra la pared de un edificio de una patada y salió de él corriendo.

Crónicas del MarWhere stories live. Discover now