Una noche complicada

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-¿Quién era ese tío?-le preguntó Lucy a Alice cuando volvieron a montar en el coche-era muy raro, creía que las brujas no teníais a nadie por encima, que erais la mente superior de todo esto pero le has hecho varias reverencias y ha hablado como si lo que ocurre fuese plan suyo-

-Lucy...yo actúo como creo que debo actuar ante otras personas, si quiero que crea que le respeto lo haré, todo sea por nuestros proyectos, nosotras, las nueve brujas solo nos hemos arrodillado ante un hombre en toda nuestra historia y no ha sido ese tipo-

-Pero, ¿entonces?-

-Hace muchos años vino a mí y me sugirió colaborar ya que, según él, nuestro objetivo era común, pero ya le escuchaste, es un empresario, vende armas a ambos bandos de una guerra, le interesa que existan, si hay conflictos entre razas y una de ellas decide atacar a otra él les proporcionará el material-

-Nosotras no somos así-

-Lo sé, nuestro propósito va más allá que el dinero pero aún así, eso es solo apariencia, sé que busca algo más allá que simples billetes, como consejo te diré una cosa, no te fíes nunca de ese hombre, no sabes hasta donde podría llegar su influencia, cualquiera puede ser sus ojos u oídos, yo lo soy para muchos casos, él lo es para mí en otros-

-No entiendo nada...y encima, ¿qué clase de sitio para reunirse es el sótano secreto de una hamburguesería de un barrio de estudiantes?, flipando estoy-

-Todo a su tiempo, querida, todo a su tiempo, chófer, arranque, tenemos prisa-le pidió y el coche se puso en marcha.

Verónica, Lana y las demás terminaron de comer y se fueron en taxi hacia la discoteca donde habían quedado.

-Aún es temprano, quedé con él dentro de media hora-miró su móvil.

-No pasa nada, vamos pidiéndonos algo mientras les esperamos-

-¿Les esperamos?¿A quiénes?-

-¿No dijo que iba a traerse a algunos amigos de su equipo de baloncesto?, la mayoría están cañón-

-¿Ah, lo dijo?, ni idea, a mi mientras me pague las copas-se desentendió Verónica.

-Que cara-le dio un golpe Lana-no te aproveches del muchacho-

-Yo no me aprovecho de nadie, soy muy buena-sonrió.

Llegaron a la discoteca, La Mediterranean, se bajaron y pidieron varias copas a la camarera, que era una conocida de ellas, de su misma clase de la universidad, así que las invitó a un chupito.En ese momento llegaron el chico del baloncesto y varios de sus amigos, Verónica le dio dos besos y un abrazo y fingió alegrarse de verlo para que le pagara las siguientes copas, Lana se quedó embobada viéndoles y se puso a hablar con uno de ellos, tirándole la caña.

-¿Tienes novia?-

-Que va, estoy soltero-

Lana le metió boca al escucharle decirlo.

-Vaya, tu amiga no pierde el tiempo-se rio el chico.

-Oye-hizo una pausa para beber de la cerveza que le acababan de pagar-¿Cómo te llamas?, no me lo has dicho todavía y me siento mal, me has invitado a cosas-

-Ah...cierto...ni me he presentado...es que como siempre me cortas...yo....-

-Excusas, venga, dime tu nombre-

-Fre...Fred...puedes llamarme Fred-

-Vale, Fred,vente, vamos a bailar-le cogió de las manos y lo sacó a la pista, en ese momento comenzó a sonar uno de los últimos éxitos de Nana Havana.

Crónicas del MarWhere stories live. Discover now