A cosmic child. «Yoonmin» [EDITANDO]

XII. De vuelta a la Tierra🌙 [Final]

“No me funcionan las ideas porque pienso todo el tiempo en vos”

Había escuchado de la boca de su abuela, que solía ser alguien demasiado impulsivo, que no media lo que hacía y decía hasta que era tarde; que saltaba sin paracaídas sin agua en el mar.

Un día, vas a herir tanto a alguien que te vas a arrepentir el restos de tus días le había dicho observándolo, en ese entonces, era un niñato de seis años, luciendo un pequeño rasguño cerca del ojo por la pelea de un juguete que había confundido como suyo. Otra cosa, otro defecto en él era que no sabía disculparse nunca incluso, cuando sabía que estaba equivocado. En eso te pareces a él le acariciaba los cabello y le miraba pensativa, quizás encontrando más similitudes entre él y su padre de lo que pensaba.

Ahora entendía lo que su abuela quería decir. Había estado los diecisiete años de su vida sin sentir remordimiento, durmiendo tan plácidamente por las noches que llegó a pensar que su abuela, más bien desvariaba. Pero ahora era distinto, porque se había enfrentado a la mirada de Jimin cuando soltó aquello siendo presa de los celos, la desesperación y el cansancio de sentirse solo. Realmente, extrañaba la ciudad.

Pero no tanto como extrañaba a Jimin observando las estrellas allá en lo alto, suspirando enamorado, deseando un día encontrarlas personalmente para alabarlas. En su mente, un astronauta con camisa hawaiana, flotaba alicaído buscando volver a la tierra, mientras qué él, desde él sol, no podía acercarse más por miedo de quemarlo por completo. La respuesta había estado ante sus ojos desde un principio. Alguien ya tenía el corazón de Jimin.

Esa noche se la pasó mirando la Luna, intentando encontrar la magia que veía Jimin en ella. Celoso, la culpó de todo. Y deseó que Jimin nunca hubiera pisado ese bosque porque quizás, solo quizás… la Luna le seguiría siendo indiferente.

Entrada la madrugada, decidió ir a buscarlo, angustiado de no verlo y temiendo lo peor. Miró sus cosas, con el remordimiento haciendo lo suyo en mente ¿Quién se creía él que era para romperle los sueños? Apenas lo conocía, no era justo que tan sólo por tener un encuentro íntimo quisiera reclamarlo como suyo. Las cosas no funcionaban de esa forma.

Tal y como pasó con su madre, se dió cuenta demasiado tarde de que no debía enamorarse de quién ya había encontrado a alguien. La Luna había estado mucho más antes de que sus caminos se cruzaran por esos azares del destino. Ella lo conocía mejor, mientras que él, todavía no terminaba de entender muchas cosas sobre él.

Fuiste un gran tonto, Yoongi diría su abuela, mirándolo con decepción. Yoongi le daría la razón. Sus intenciones de despertar de sus sueños a Jimin, habían fallado. Le había roto las ilusiones de flotar en el espacio.

Formuló las palabras correctas para disculparse, para decirle que lo sentía y callaría sus sentimientos por él, no dejaría que otra vez lo dominaran los celos. No le diría que le quería, que estaba enamorado, y que deseaba con todo el corazón, que le mirara de la misma forma que miraba a la Luna. Le diría en cambio, que había dicho aquello sin pensarlo, cansado por el bosque, la oscuridad y la monotonía.

Cuando se dispuso a caminar, luego de guardar todo en la mochila de Jimin y caminar con ella cargada sobre el hombro, Jimin apareció con las ojeras mucho más pronunciadas y los ojos opacos, como si las estrellas en su mirada hubieran muerto.

— Jimin -dijo, preocupado por su aspecto. Lucia una rodilla raspada y el pecho desnudo. Su camisa hawaiana estaba en la mochila. Yoongi se había encargado de guardarla — ¿Estás bien? -le preguntó, angustiado, más culpable.

— Si, no te preocupes -le contestó, con suavidad, suspirando cansado —. Caminé y encontré la carretera. No está tan lejos de aquí. Encontré algo de señal, y logré hablar con Tae y ya vienen a por nosotros. La policía de Daegu, al parecer tu madre también preguntaba por ti.