XI. Como un meteorito🌙

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“Ámame ahora, tócame ahora… solo déjame amarte”

— ¿Por qué tan temprano? -fue lo primero que dijo Jimin cuando al día siguiente, Yoongi lo sacudió de un lado al otro para despertarlo.

— Queda un poco menos de la mitad de agua, y no podemos sobrevivir mirando tus estrellas y yo pensando en que demonios escribir -dijo y Jimin se encontró desconcertado con el cambio de actitud de Yoongi —. Así que andando, o quedate tu solito a disfrutar del bosque ¡Yo me largo!

— Ok… no debes ponerte así. Dejame que guarde las cosas y voy tras de ti.

Yoongi le dió una última mirada, antes de asentir y darle la espalda. Había despertado esa mañana, convencido de que si pasaba más tiempo con Jimin, adelantaría lo inevitable. Y necesitaba sacarse de la cabeza a ese extraño que injustamente, le había arrebatado los pensamientos. Le miró sobre su hombro derecho, cuando Jimin tenía montada en la espalda la mochila y comenzaron a caminar en completo silencio.

Parte de lo que hacía, estaba planeado. Si no se acercaba a Jimin entonces, no tendría porque sentir ese incómodo retorcijón en el vientre cuando lo tocaba, cuando le sonreia y sobre todo, cuando lo besaba. Tragó saliva audiblemente, escuchando tras suyo los pasos de Jimin.

— Estoy muriéndome de calor -exclamó Jimin a sus espaldas. No lo miró; lo escuchó bostezar — ¿Tu no?

Si, pero no lo iba a admitir. Llevaban poco más dos horas caminando sin saber a ciencia cierta si se dirigían al lugar correcto, o si es que había una salida de ese bosque. El calor se volvía insoportable y cada día, se convencía más de que nunca intentaría escribir una historia en el verano; le saldrían cosas horribles.

— ¿Oyes eso? -preguntó de repente Jimin, deteniendo sus pasos. Yoongi le miró confundido.

— ¿Qué cosa? -preguntó pero no obtuvo respuesta, Jimin se echó a correr desesperado hacia la izquierda, ignorando o no dándose cuenta de las ramas que rozaban sus brazos desnudos y dejaban hilos de sangre en su piel.

Contempló un par de segundos sus opciones; seguir y dejarlo y olvidarse de que alguna vez le había conocido.

— O seguirle y verificar que el imbécil este bien y seguir jodiendome la cabeza por él -murmuró en voz baja, y se echó a correr en su dirección.

Entonces escuchó lo que probablemente, Jimin había escuchado. Casi cae cuando llegó al borde de una pequeña colina; primero le deslumbró ver la cascada que caía entre un par de rocas musgosas. El río bajo de agua cristalina, se veía frescas a esas horas.

Jimin sin ropa a excepción del boxer que lo salvaba de la desnudez, tallando su cuerpo una y otra vez para quitar la tierra de su piel.

— ¡Yoongi ven! -exclamó cuando lo notó. Agitó su mano de un lado al otro, sonriendo sin notar como verlo semi desnudo, afectaba más de lo que debería a Yoongi.

Negó sutilmente con la cabeza, pero bajó de la colina y se acercó a la orilla para sentarse en un árbol caído y con olor a humedad. Jimin le daba la espalda mientras tallaba su cuerpo e intentaba sacar de su cabello, la tierra impregnada en él.

— ¿Por qué no vienes? - le preguntó sin mirarlo; probablemente sentía la intensa mirada de Yoongi sobre su magnifica espalda curvada y piernas interminables — Esta deliciosa el agua. Fresca ¡Podría estar todo el día aquí!

Yoongi no dudaba de ello. Se convenció de que hubiera sido mejor dejarlo solo que mirarlo bañarse bajo el sol, con la piel llena de raspones y moretones. Necesitaba alejarse pero ahí estaba, mirando su cuerpo sin poder quitarle vista de encima.

A cosmic child. «Yoonmin» [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora