III. Como una estrella fugaz.

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Taehyung era bueno ignorando los malos presentimientos

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Taehyung era bueno ignorando los malos presentimientos. Aunque sabía y la sensación llegaba a volverse molesta, nunca le prestaba atención a esas señales que indicaban que algo no andaba bien sino hasta que era muy tarde.

Su mañana comenzó de forma habitual. Estiró su cuerpo, apagó la alarma y se tomó su tiempo en la ducha. Se vistió como haría normalmente. Caminó hacia la cocina, saludando al paso a su abuela que siempre estaba sentada en un rincón mirando a la ventana, sorda y amargada pero que Taehyung amaba intensamente aunque nunca había recibido de ella una muestra sincera de afecto.

Encontró a su madre en la cocina, medio apurada porque era fanática de dormirse tarde aunque tuviera compromisos importantes al día siguiente. Lo saludó mientras le servía el desayuno y hablaba por teléfono explicando su tardanza, repitiendo Ahora mismo voy, mi hijo estaba enfermo pero creo que ya se siente mejor, si, en media hora estaré ahí. Taehyung rodaba los ojos porque había usado la misma excusa seis veces en ese mes.

— ¿Por qué se fue tan temprano Jimin hoy? -preguntó su madre mientras se peinaba descuidadamente.

Taehyung entonces recordó de golpe la noche anterior. Cuando Jimin llegó de sorpresa por la madruga con una excusa que no recordaba pero que tenía que ver con una pelea con su madre o padre, no lo recuerda. Taehyung medio dormido le había dicho que si y después de acomodarse y dormir plácidamente, se había olvidado por completo que Jimin había pasado la noche ahí.

— No… no lo sé.

Entonces decidió volver a su habitación. La cosa más extrañas fue saber que se había levantado temprano ¿Qué hiciste? Pensaba mientras le daba una vista superficial a la habitación y no encontró nada fuera de lo normal hasta que se le ocurrió revisar debajo de la cama y fue cuando todas las señales de alarmas se encendieron.

Porque Park Jimin vivia con la mente en las nubes, eso era cierto, pero por nada del mundo se olvidaría su tan preciado telescopio.

No paraba de preguntarse en dónde podía estar ¿Había sido capaz de irse tras ese meteorito? No, imposible se repetía y sacudía la cabeza cuando imágenes de su amigo deambulando por ahí en busca de un meteorito llegaban a su mente. Prefería pensar que solo estaba siendo paranoico, que tal vez esa supuesta pelea había sido lo suficientemente seria como para hacerlo volver temprano y es que tampoco le resultaba raro de oír. A los señores Park no les gustaba mucho ese pasatiempo que le robaba horas de estudios a su hijo y las peleas eran inevitables. Seguro está en casa y yo aquí pensando estupideces se repetía sin darse cuenta de que la clase había terminado y no había puesto atención.

Cuando el timbre anunciando el receso llegó, Taehyung se dispuso a recoger sus cosas como de costumbre. Tenía pensado llamar a Jimin para asegurarse de que estaba bien y además, necesitaba quitarse de la cabeza la idea de que algo extraño estaba pasando.

— Joven Kim ¿Puede venir un momento?

Taehyung asintió procurando ocultar el temblor que se instaló en sus manos. Podía imaginarse a su buen amigo recordándole que no era bueno disimulando y en otra ocasión hubiera reído. Tragó saliva y trató de actuar normal, como sí no estuviera nervioso y con las manos húmedas.

— ¿Si profesor? -preguntó, alzando más de lo que debería la voz.


Jeon Jungkook se tomó su tiempo para mirarlo; seguía garabateando en una pila de hojas. Dejó con tranquilidad el bolígrafo sobre la mesa, cruzó sus manos y lo miró un segundo en silencio.

— Hoy lo noté muy distraído -comentó quitándose las gafas — ¿Se debe a que Park faltó hoy?

Taehyung asistió — ¿Dónde iba? -le preguntó el profesor sin quitarle la vista de encima — Park -aclaró —. Lo vi muy temprano esta mañana, en la estación de trenes. ¿Dónde fue?

— ¿Está seguro que lo vió? -preguntó interesado.

— Pasaba a saludar a un viejo amigo. Lo vi sentado, creo que no me notó. Llevaba una guitarra pequeña.

— Ukelele -corrigió Taehyung.

— Eso. Y su mochila. Se lo veía muy cansado. Más de lo habitual.

Sólo le bastó unir los puntos para saber que planeaba su amigo. Se fue sin despedirse.

Su madre fue la que encontró la carta de despedida escrita en un papel arrugado, que descansaba sobre la almohada. Taehyung había llegado después de la escuela, fingiendo sorpresa, decía que estaba ahí porqué le había extrañado su ausencia, No me esperaba que se fuera ¿Está segura de lo que dice, señora Park? Déjeme leer la carta, debe estar equivocada. La carta efectivamente hablaba sobre un viaje hacía un lugar no mencionado pero lo que ayudaría a cumplir sus sueños, repetía al principio y al final el deseo de no ser odiado y que volvería pronto.

Llegaron unos oficiales más tarde para tomarles la denuncia. Nadie parecía asustado, los oficiales aseguraban que esos casos eran comunes esos días y que los adolescentes tarde o temprano vuelven. Taehyung no quiso mencionar que su amigo no era de esos, si no más bien de los otros, a los que se le mete una idea en la cabeza y no cambian de opinión por nada del mundo.

Paseó por la habitación notando la ausencia de alguna de sus prendas y el tan preciado ukelele que no sabía tocar. Espero que esto sirva para que deje de soñar con imposibles, pensaba.

A cosmic child. «Yoonmin» [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora