Capítulo 7

9.5K 426 34
                                    

NATASHA ROMANOFF
Dejo que me curen la herida sin oposición alguna. Me han puesto una anestesia local con spray porque si me ponían la que es una inyección podría hacerle daño al bebé. Esta anestesia de spray no tiene el mismo efecto que la de inyección, porque solo duerme la piel exterior y no la interior. Así que ahora mismo estoy mordiendo la sábana de la camilla de la ambulancia para aguantar el dolor que siento ahora mismo mientras me sacan la bala del brazo. ¡¿Por qué tiene que doler tanto?! Es decir, entiendo que es una bala, pero ¡¿tenía que perforar tanto mi piel?!

Los doctores no paran de decirme que si me duele demasiado me pondrán la anestesia de inyección aunque pueda hacer daño al bebé. No pienso dejar que le hagan daño, prefiero sufrir yo a que sufra él o ella.

-Bien, ya está la bala fuera, ahora solo falta coser la herida.-dice el doctor sacando la aguja y el hilo con el que me va a coser.-Es impresionante la voluntad que tiene una madre por cuidar de su hijo.-añade mirándome con una sonrisa. Yo asiento ofreciéndole una pequeña sonrisa también.

-Haría lo que fuese por tal de proteger a mi pequeño o pequeña...-digo quitándome la sábana de la boca.

-Ya casi está.-dice él. Ahora si que no sentía nada. El spray había dormido mi piel así que no sentía ni la aguja ni el hilo atravesar mi piel.-Ya hemos terminado.-concluye cortando el hilo de la aguja.

Coge unas gasas y las pone sobre mi herida con lentitud para evitar que se infecte. Lo engancha con esparadrapo a mi piel y luego recoge todas las gasas que ha usado antes para limpiar la herida.

-Doctor, hay un hombre que dice que quiere verla. Está histérico, dice que es el padre del bebé que lleva dentro.-dice una enfermera apareciendo. Me han curado en una ambulancia porque era el único sitio seguro para mí.

-¿Quieres que entre?-me pregunta. Yo asiento.-Bien, pues que entre.-responde el doctor a la enfermera.-Les dejo solos.-añade antes de salir de la ambulancia y que Steve entre rápidamente detrás de él.

-¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Quieres que te traiga algo?-pregunta Steve realmente nervioso.

-Tranquilo, relájate, estoy bien.-respondo acariciando su mejilla con mi mano del brazo que no tengo la herida.

-Ya no tienes de que preocuparte, han metido a Sharon en la cárcel y la ha echado de la CIA y de SHIELD.-me dice él apartando el mechón de pelo que tenía cayendo por la mejilla.

-Todo ha sido culpa mía, no tendría que haberme metido...-susurro más para mí que para él.

-Eh, ni se te ocurra decir eso.-me dice Steve enfadado.-Yo no quiero estar con ella si estoy enamorado de ti y mucho menos si ahora vamos a ser padres.-continúa él acariciando mi abdomen.-Así que no vuelvas a repetir eso jamás.-me dice apretando la mandíbula.

-Vale, vale, perdona.-digo sorprendida pero con una sonrisa posando una mano también mi mano sobre mi abdomen.

-Nos vamos a casa, allí estarás más segura.-dice Steve convencido.

-Vale.-respondo sorprendiéndolo.

-Espera, espera, ¿vas a aceptar así de fácil?-pregunta confuso.

-Odio los hospitales y también quiero lo mejor para nuestro bebé.-respondo encogiéndome de hombros.

-Vale, pues decidido.-responde dándome un beso en los labios.
************************************************
Steve me coge en brazos como una princesa y entramos en el piso. Después de haber recogido todas mis cosas del hospital, hemos ido a comer a un restaurante todos los Vengadores juntos y luego ya hemos venido hacia aquí. Los demás se ha ido a sus respectivos pisos y ahora nos toca a Steve y mí.

Steve me ha ofrecido irme a vivir con él, dice que es lo mejor, que su piso es más grande y tiene más habitaciones, además de que dice que si me tiene a su lado no podrían hacerme daño de ninguna manera, que él no piensa permitirlo, que nos va a proteger al bebé y a mí.

-Gracias, capitán. Eres todo un caballero...-digo sonriente.

-Me enseñaron bien entonces.-responde él. Yo lo miro confusa.-Cuando era niño siempre nos decían que a las mujeres teníamos que tratarlas como princesas.-me explica. Yo sonrío asintiendo.-Pero solo te trataré así a ti.-añade susurrándome en el oído.

Sonrío feliz y beso sus labios.

-¿Podrías contarme más historias de cuando eras niño? O de la guerra, o de lo que hacías antes de que quedaras...-empiezo pero ahí me callo.

-¿Congelado?-pregunta terminando mi frase. Yo asiento nerviosa. Steve agarra mi mentón y lo alza para que le mire a los ojos.-No te incomodes por decirlo, pasó lo que tuvo que pasar y gracias a ello estoy un siglo más adelante y te he conocido, así que me alegro de haberme quedado congelado por tantos años.-dice con una sonrisa.

Me tumba en el sofá y él se tumba mi lado.

-¿De verdad quieres oír mis historias?-pregunta confuso. Yo asiento rápidamente.

-Claro que sí, quiero saber de tu vida.-respondo totalmente convencida apoyando mi cabeza sobre su pecho.

-Bien...-dice besando mi frente y empezando a acariciar su pelo.-Pero hoy quiero que descanses, te cuento todas las historias cuando despiertes.-añade él.

-Bueno, vale, pero cuando me despierte quiero que estés a mi lado...-me quejo.

-No me voy a mover de tu lado...-susurra en mi oído y posando una mano sobre mi barriguita. Por fin los 3 juntos.

El error perfecto (Romanogers) #TerminadaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz