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— ¿Que pensas hacer vos con tu vida? — Preguntó Belén quien estaba acurrucada en el sillón. — ¡Luz! — obtuvo su atención. — ¡Te estoy hablando!

— ¿Que me dijiste? — Belén giro los ojos y bufó con molestia.

– Me dabas más atención cuando el idiota de Joaquín estaba acá. — Le reprochó sin sacar la vista de su rostro. — ¡Te pregunté ¿Que pensas hacer con tu vida Agustina?!

— Ni yo sé que voy a hacer de mi vida y queres que te lo diga amiga. — Todavía su voz tenía algo de tristeza al oírla. — Si me dejara llevar por mis instintos estaría ahora mismo arriba de un avión rumbo a Tucumán.

— ¿Pero?

— Pero tengo que acompañar a Paulo,  fue con la condición que Joaquín me trajo hasta acá, para aliviar el peso de la prensa sobre Paulo, ya tuvo suficiente con lo que dijo Antonella, no necesita más problemas.

— ¿Cuando termine todo esto y me estoy refiriendo al mundial, que vas a hacer?

— Tratar de ser feliz. — Su voz comenzaba a quebrarse nuevamente, Belén lo noto y se acercó a ella.

— Amiga deja de suprimir tu felicidad. — Levantó su cabeza, se sentó y la coloco sobre su regazo mientras acariciaba su cabello. — Por más que me arrepienta de esto, hasta la familia de Paulo sabe que tu felicidad es donde está Joaquín, vos sos la única que no se da cuenta.

— ¿Que no me doy cuenta? ¡Yo soy la primera que sabe que lo mejor para mí es Joaquín! — Exclamó furiosa rompiendo en lágrimas. — Pero estoy esperando un hijo de mi ex pareja, y el no tiene la culpa de que su padre sea un pelotudo, tampoco me voy a permitir el que crezca lejos de Paulo.

— Tu hijo puede crecer rodeado de felicidad ¿Pero tu felicidad no vale? — Belén sabía bien que se iba a arrepentir de todo esto, pero no podía verla así, no podía tirada en el sillón viendo Floricienta con helado y chocolates, completamente deprimida. — ¿No te parece un poquito hipócrita que tu hijo crezca viendo una mentira?

— En ningún momento dije que iba a volver con el, Belén voy a criar a mi hijo con el, para que crezca al menos lo mejor posible con un padre y una madre, pero no creo volver con el, tal vez si pudiera perdonarlo lo haría.

— ¡Si primero tenés que sacarte a Joaquín de tu cabeza, Luz!

— ¿Vos sos mi amiga o mi enemiga? — Belén la miró confundida sin entender a donde se estaba yendo. — Porque últimamente me querés más lejos de tu vida que cerca, ahora defendes a Joaquín. ¿Que te pasa Belén?

— ¿Sabes que me pasa? ¡Estoy harta de verte mal, de verte triste, de verte en cada rincón de la casa sufriendo porque no estás feliz, estoy harta de verte llorar Luz! — Cuando cayó en la cuenta de lo que acaba de decir se acercó a ella para suavizar sus palabras pero ya era tarde, Luz estaba completamente rota en lágrimas. — No Luz, no es así, no es lo que estás pensando.

Luz se soltó de su agarre y desapareció de la sala de un portazo con las lágrimas completamente descontroladas.

Comenzó a caminar por las calles de San Petersburgo bajo la noche cálida del verano ruso. Belén no dejaba de llamarla por lo que decidió apagar el celular para su tranquilidad.

— Ya hacía mucho tiempo que no peleabamos. — Emitio una voz a sus espaldas. Luz se giró y la miró con cierta desaprobación.

— ¿Que haces acá? — Pregunto dándole la espalda mientras seguía sentada en el columpio de la plaza jugando con el pasto. — Ya dejaste todo en claro.

— ¡Por favor Luz! Sabes que las cosas no son así. — Se sentó delante de ella y la miró. — Yo quiero lo mejor para vos. — Está vez la que rompió en llanto a fue ella. — Cuando vos más me necesitas yo te dejo de lado, estoy agobiada de problemas con Matías y a pesar de todo lo que te pasa vos estás para mí y yo no puedo estar para vos. — Tomó las manos de Luz y no podía controlar las lágrimas. — Vos sabes que yo te quiero muchísimo a vos Luz, fue lo primero que me enseñó Matías cuando empecé a salir con el, te quiero bien y si tengo que suprimir todo mi odio hacia Joaquín con tal de verte bien lo voy a hacer pero por favor no suprimas tu felicidad, no lo hagas otra vez. Yo sé que estás esperando un hijo de Paulo, pero eso no significa que tengas que atarte a el.

— Deja de llorar Belén. — Luz levantó por primera vez su vista, tenía los ojos completamente rojos e hinchados. — Me bastaba con que me digas que era mentira que estabas harta de mi.

Ambas rieron y la morocha negó con su cabeza.

— ¿Cómo podría hartarme de vos enana? ¡Si sos lo mejor que me dió Matías!

— Hablando de Matías, ¿Que vas a hacer con eso? — Se sentó en el pasto al lado de ella mirando las estrellas.

— Ni yo sé que voy a hacer, no sé si vale la pena seguir intentándolo pero bueno eso lo veré cuando hable con el. — Suspiró cansada. — ¿Vos qué vas a hacer con tu vida?

— Interesante pregunta. — Se quedó mirando las estrellas. — Tu felicidad es casi tan importante como la mía Belén, ¿Vale la pena volver a intentarlo?

— ¿Vale la pena volver intentarlo? — Luz la fulminó con la mirada, odiaba que le respondan con una pregunta. — Vale toda la pena del mundo, nunca fui tan feliz como cuando estoy con el, cuando lo veo sonreír o lo veo dormido. — Largo una lágrima.

— Eso mismo es lo que siento yo cuando lo veo a Joaquín. — Emitió Luz suspirando. — Pero no quiero que me vuelva a lastimar.

— Si no lo intentas nunca lo vas a saber. Pero ante que todo habla con Paulo.

— ¡Quien te entiende! — Exclamó con una sonrisa y levantando los brazos. — Hace un minuto dijiste que vaya atrás de mi felicidad, osea atrás de Joaquín y ahora me decís que antes hablé con Paulito. Sos más bipolar que yo, y eso que la embarazada acá soy yo.

— ¡Quien te manda a enamorarte de dos amigos! Parece una novela esto.

— Necesito que el mundial terminé ya.

Belén iba a responder pero el celular de Luz que estaba recién encendido comenzó a sonar.

— ¡Genial, la que me faltaba! — Musitó mirando el celular.

— ¿Que pasó? — Pregunto Belén examinandola.

— Antonella, Oriana y la p... — La interrumpió.

— Bueno ya entendí. — Respondió Belén sonriendo. — ¿Que pasó con ellas?

— ¡Están en Rusia! — Suspiró. — Como si tuviera poco con mi vida ahora se me suman estás dos. Se supone que tengo que tener tranquilidad, pero es lo que menos tengo.

— Creo que deberías avisarle a Paulo. — Exclamó Belén.

Luz tomó su celular pero en ese mismo momento era Paulo el que se hacia presente.

Paulo
en línea

Me vas a odiar.

Si me vas a decir que tu ex y
Oriana llegaron a Rusia.
Ya lo sé.

¿Cómo lo sabes?

Tengo mis contactos.
Paulo necesito hablar con vos.

¿Es el bebé?
¿Está todo bien?

Si Paulo, el bebé está bien.
El tema es, nosotros...

Ya entendí.
¡Mañana hablamos!
¿Te parece?

Si, mañana hablamos.
Te veo en el partido.





Holi, ¿Cómo están? Espero que bien y que les guste.

Sé que por ahí este capítulo no tiene mucho que ver con Paulo, Luz y Joaquín, pero era necesario para lo que se viene.

Este capítulo está inspirado más que nada en la amistad y dedicado de piezas a cabeza a tucubebe que es una amiga excelente además de una persona maravillosa, las amistades son nuestro cable a tierra, nuestro respiro y en algunos casos nuestro peor escape, como es el caso de Belén y Luz, a veces uno por tratar de ayudar a sus amigos dice cosas que deben pero nunca es tarde para pedir perdón.

Amiga si vez esto, acá me vas a tener a mi siempre, te adoro.

Espero que les guste el próximo ya es mas relacionado a la novela.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora