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— ¡No te imaginas el esfuerzo que estoy haciendo para que nadie sospeche nada! — Emitio Paulo mientras se tiraba de palomita a la cama y abrazaba su panza.

— ¡Hola Paulo! Si, estoy bien. ¿Vos cómo estás? — Emitio Luz con ironía mientras sonreía y dejaba el libro que estaba leyendo sobre la cama. — ¿Vos te pensas que para mí es fácil? ¡Dolo me está torturando desde hace días, Paulo!

— ¿Porque es tan complicado mantener lo nuestro en secreto? — Preguntó mientras se acomodaba en la cama a su lado.

— ¡Porque es el precio de querer hacer las cosas bien Paulito! — Respondió suspirando mientras lo miraba y Paulo con delicadeza se acerca sus labios a lo de ella.

— ¡Voy a pagar el precio que sea necesario entonces! — Susurró sobre sus labios antes de capturarlos.

— ¡Sabes que no es necesario eso, no tenes que pagar ni un precio por estar conmigo, ni tampoco perder a nadie! — Respondió ella mientras sus ojos se fundían en los de el.

— Luz yo no voy a perder a nadie por vos, ni tampoco voy a perderte a vos. Al que no le guste esta relación, se va a tener que hacer la idea de aceptarla si realmente me quiere. — Emitio el cordobés mientras acariciaba su mejilla.

Este tipo de charlas eran las que surgían cada vez que se tocaba el tema de su relación. Luz no quería que Paulo pierda a gente que él quiere por ella, como es el caso de Joaquín, Luz sabía que cuando el lo sepa iba a poner el grito en el cielo porque estaba con su amigo y todo ese discurso barato que ya sabía de memoria, pero a Paulo no le importó eso, ya que siempre le respondía lo mismo: "Luz yo no voy a perder a nadie por vos, ni tampoco voy a perderte a vos. Al que no le guste esta relación, se va a tener que hacer la idea de aceptarla si realmente me quiere."

La charla fue interrumpida por el celular de Paulo que sonaba.

Hola Ma, ¿Que pasó? — Rápidamente Luz hizo silencio tratando de no darle ningún indicio de con quién se encontraba su hijo.

– ¡Nada Paulo! Quería decirte que le dijeras a Luz que venga esta noche a casa, no quiero que empiece el año sola.

– ¿Y porque no se lo decís vos?

– ¡Porque vos sos el amigo. Además no me diste su número como para decírselo!

– ¡Está bien, ahora le mando un mensaje y le digo!

– ¡Pensé que estabas con ella!

– Pensaste mal, muy mal. Te veo en un rato.

Se escuchó el corte de llamada y Luz comenzó a reírse.

— ¿Te parece a vos mentirle a tu mamá de esa forma? — Emitio entre risas y comenzó a negar con la cabeza mientras se reía.

— ¡Dijo que vayas esta noche a casa porque no quiere que empieces el año sola! — Levantó su vista y Luz solo lo miraba.

— ¿Acaso no le contaste a tu mamá que ese fue el motivo de nuestra primera discusión? — Mencionó haciendo referencia a la discusión que habían tenido hace unos días atrás donde Paulo se negaba rotundamente a que ella comience el año sola, Luz no quería ir a pasar a lo nuevo a la casa de los Dybala por el motivo que sabe disimular, pero cuando está nerviosa hace todo lo contrario, por lo que Paulo le dijo que si no iba a pasar año nuevo con el, el venía a pasar año nuevo con ella, los dos solos y eso trajo una discusión en la que salió triunfante el cordobés. — ¡Ya falta poco, Paulito!

— Si amor, faltan solo horas. — Emitio mirándola, haciendo referencia al pacto que habían hecho, en el que los dos estaban de acuerdo de confirmar su relación al menos para la familia el primero de enero, es decir comenzar el año de verdad juntos.

— ¿Que tengo en la cara? — Preguntó Paulo al notar que ella no dejaba de mirarlo.

— ¡Que no tenes en la cara! — Emitio ella con una risa de por medio. — ¡Es imposible mirarte y no perderme en tus ojos, Paulo!

El jugador se sonrojo y sonrió con un color en sus mejillas.

— ¡Digo lo mismo cada vez que te veo, es imposible no perderse en tanta perfección! — Ella sonrió y le robó un beso, pero el momento se terminó cuando se escuchó el ruido de trueno produciendo que Luz abrace a Paulo.

— ¡Es solo un trueno! — Emitio burlándose de ella.

— ¡Le tengo miedo Paulo. Y NO ME DIGAS ES SOLO UN TRUENO PORQUE ME VA A SEGUIR DANDO MIEDO! — Respondió ella sin soltarlo.

— ¡Está bien Luz! — Emitio el y acarició su cabello. — ¿Que puedo hacer? ¿Te compro tapones de cera o gotas para dormir?

— ¡Quédate a dormir la siesta conmigo, más tarde veo que hago. — Paulo rió y comenzó a acariciar su cabello, provocando que poco a poco se quede dormida en su pecho al igual que el.

– ¿Hola? — Emitio Luz con la voz adormilada, al notar que el teléfono sonaba y nadie atendía.

– ¡YO SABÍA, MIRA A QUIEN SE LO QUERIAS OCULTAR! — Rápidamente abrió los ojos al escuchar esa voz y noto que no era su teléfono, era el de Paulo y comenzó a putearlo internamente por tener los mismos sonidos que el tuyo. No quería mencionar una sola palabra más, estaba haciendo puntitas de pie para no ahogarse. – Decile a mi tío, que la abuela lo anda buscando. Y que si no le responde los mensajes o aparece en diez minutos en su casa va a salir a buscarlo con una orden de allanamiento y gendarmería nacional, besos tía. ¡Nos vemos a la noche! — Finalizó con una sonrisa maliciosa y corto la llamada.

— ¿Quien era? — Preguntó dormido, mientras intentaba abrir los ojos.

— ¡Era Dolo! — Emitio y Paulo pego un salto de cama mirándolo con si fuera una joda.

— ¡No Paulo, no es una joda! — Emitio acostándose de vuelta. — ¿Porque tú celular suena igual que el mío?

— ¡Todos los celulares suenan igual Luz. — Emitio levantándose de apoco. — ¿Que quería?

— ¡Ha si, dijo que tú mamá te está buscando y que si no apareces en diez minutos va a salir a buscarte con una orden de allanamiento y gendarmería nacional! — Respondió y tomó su celular.

— ¡Va a ser mejor que me vaya, te veo a la noche! — Saludo y dejó un beso en sus labios abandonando la habitación.

Luego de unos segundos escuchó a Simba llorar mientras rasgaba la puerta queriendo ir con Paulo y tomó la decisión de que ya no era hora de seguir en la cama.

Cómo están? Espero que les guste. Abrazos ❣️

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora