Te vi solo y triste durante el receso, ¿volvieron a molestarte esos chicos?
Ya te dije que no dejes que lo que te digan los demás te afecte, solo están celosos
A mí me parece demasiado lindo tu estilo, mi corazón salta cada vez que te veo usar camisas tallas más grandes
Pd: Me hubiera gustado animarte en persona, pero tuve un pequeño contratiempo y solo pude dejarte esta rápida nota, lo siento
—J.
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Seungmin sonrió a la nota, y limpió las pequeñas lágrimas habían estado saliendo de sus ojos.
Apenas vio la nota pegada en su mesa, la tomó y salió corriendo a los baños, no tenía ganas de regresar a clases.
Sus amigos habían faltado sin motivo alguno, y eso les había dado luz verde a los abusivos de su curso para molestarle.
Sus comentarios eran hirientes, si no lo molestaban por lo que usaba, lo molestaban por su muy "afeminado" rostro, tanto chicos como chicas se lo señalaban.
¿Había algo de malo en tener un rostro bonito?
Sus padres y amigos decían que no, pero ¿solo era para no lastimarle?
Si tan solo su rostro no luciera tan aniñado.
—¿Hay alguien ahí? —Seungmin aguantó la respiración cuando escuchó como tocaban la puerta del cubículo dónde estaba escondido.
—A-ah... sí, sí, lo siento... huh... saldré enseguida. —guardó la nota en su bolsillo trasero y trató de limpiar mejor su rostro.
Quitó el seguro de la puerta y la abrió lentamente, con la cabeza baja.
—L-lo siento. —se disculpó con voz suave.
—Oh..., ¿estás bien? —Seungmin elevó la mirada al sentir la mano del otro chico sobre su cabeza— ¿quieres hablar?
—Yo... —por alguna razón, el aura tranquila que el chico emanaba le dio seguridad.
—Soy Allen. —se presentó sonriendo cálidamente.
—Seungmin... —Allen parecía una buena persona..., necesitaba contarle a alguien lo mal que había ido su día.
—Bien, Seungmin, cuéntame por qué estabas llorando.
Así fue como ambos chicos perdieron las últimas clases del día platicando en el suelo de los baños.
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Mientras tanto, en la enfermería del colegio;
—¿Me estás diciendo que se intoxicó porque alguien lo hizo comer frijoles? ¿Es en serio?
—¡Qué sí! Ya supéralo, y no te rías, no es gracioso. —Hyunjin observó a Jeongin, quien dormía tranquilamente en la camilla.
—Sí lo es. —continuó riéndose el mayor.
—Minho, cállate, tú risa es horrible.
—No, no lo es, es hermosa. Como yo.
—Ajá...
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