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Unos días después, las cosas marchan con normalidad. Theodore y Clare, llegaban juntos a la oficina, ocupaban el tiempo libre en dar los últimos toques a su viaje. Sólo había una cosa que aún estaba pendiente, decirle a los señores Grey sobre su relación. Y si, debía ser antes de tomar el vuelo a Boston, puesto que lógicamente, en algún momento ambas familias tendrían que estar juntos en alguna reunión. Ese mismo día, querían hacerlo oficial, claro, si no era más que evidente que algo ocurría entre ambos, lo más normal era verle juntos en todo momento, y no necesariamente por compromisos de trabajo. Él llamó a su madre para planear alguna cena con ellos, Phoebe no estaría, pero ella está más que de acuerdo con su relación, Ana aceptó sin pensarlo, y unos minutos después dirigió una breve llamada a la casa para que preparasen todo.

Ir de Müller a Grey Enterprises, era bastante cansado, pero era un reto ya asumido por ambos. Mientras Paul no regresara, todo recae sobre el mayor de los Grey. Tras el almuerzo debían volver a la oficina, donde Grey House, les esperaba con las puertas abiertas. Estando ahí, Clare aprovechó para hacer una nueva cita con el doctor Flynn, pese a que todo parece ir a las mil maravillas, se ha propuesto llegar hasta el final con sus sesiones.

Clare es una mujer comprensiva y adorable, muy carismática, con ello, mantiene atraído al mayor de los Grey. Hasta para tomar una simple taza de café, tiene una gracia que no le abandona. Ella hace su mayor esfuerzos para hacerle entender todo lo que ha redactado y corregido, pero él parece no prestar demasiada atención.

- ¡Theodore! -Exclama un tanto enfadada, puesto que no es fácil desgastarse tanto. -Ponme atención de una buena vez. Concéntrate, muchacho.

-Es tu culpa, tú me distraes.

-Siendo así, llamaré a Max para que trabaje contigo. Estás imposible hoy, y mira que tengo una paciencia enorme.

-Ni se te ocurra, porque al tipo ese no lo puedo ver ni en pintura. De no ser porque hace bien su trabajo, créeme que ya le habría hecho causar baja en la empresa. -Dice bastante serio, cualquier se sentiría intimidado con su expresión, pero Clare no, parece estar acostumbrada a lo que el chico puede ser. -Mira, ven, toma asiento, yo me colocaré a tu lado y seré el hombre más concentrado del mundo.

-Un día, saldrás volando por ese ventanal, Theodore. -Murmura en tono de broma.

Ambos toman asiento, uno al lado del otro. La chica cierra los ojos cuando él le deposita un beso en la frente, como símbolo de paz. Retoman su atención en la pantalla del monitor, y en segundos, Theodore se siente como si estuviese de regreso en la primaria, donde debían explicarle absolutamente todo. Las letras suben y bajan mientras el documento se mueve en la pantalla, en ocasiones, ella deben ayudarle con la pronunciación de algunas. «Ventajas de tener una novia inteligente» se decía a sí mismo, él. Tenía la sensación de ser un tipo sumamente dichoso de tenerle en su vida, dejaba atrás aquello de la belleza, cuando de su boca emanaba tanta palabrería correcta, haciéndole ver como un ser supremo. Thed conseguía ponerle nerviosa, sobre todo si le descubría viéndole de vez en cuando, el par de ojos azules le resultaban no solo atrayentes, tenían algo que la subleva. Había algo entre ellos que le parecía irreal, su vida había cambiado de un tiempo al presente, aquello con lo que había dejado de soñar o simplemente ya no creía en ello, estaba ahí, de regreso, más fuerte que nunca, como si no se hubiese ido antes. "El camino al paraíso comienza en el infierno..." Jamás había entendido tanto aquella frase que su padre le decía cuando pretendía consolarle en su mal momento, más allá que en medio de su enojo, no lo tomaba de buena forma, en ese momento, solo eran simples palabras sacada de un libro por el profesor Emerson, podía ser que estar especializado en Dante, le haya dejado muchas enseñanzas. Aquél hombre, no era el adecuado, le tocó entenderlo de la manera más cruel y para nada deseable, en medio del sufrimiento agónico que amenazó con acabar con ella. Tal vez debía pasar una experiencia así para comprender que en la vida no es todo felicidad, no tampoco es fácil de llevar, que cada situación te hace fuerte, y sacas una enseñanza de ellos. Las cosas ocurren con un propósito, y está en tí descubrir cuál es. Todo pasa por una razón, y sucede en el monto justo en que te encuentres listo para ello. Abstraída en sus pensamientos, pero también un poco en su trabajo, no se puede hacer las dos cosas a a la vez. «Clare, reflexiona sobre la vida con el doctor Flynn o en la soledad de tu habitación» se regaña así misma. El vibrar el móvil de Thed, le permite volver de una vez a la tierra, nota como él sonríe al ver el mensaje que le ha llegado, pero decide que no hay lugar para los celos, ni las dudas.

UN GREY ENAMORADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora