Parte 12

57 8 3
                                    

Sí, si, ya sé. Pepsi, no Coca-Cola. Dije tajante. No puedo creer que prefieras pepsi, para ser honesta. Dije risueña.

Oh, C, cállate y apurate que tengo bastante hambre. Liss me reclamó y yo reí.

Ya lo he pedido, esperaré por ello. Te veo en casa. Dije para luego colgar.

Me encontraba en el lugar de Mcdonalds, esperando por mi comida. Había tenido que salir desprevenida, cuando a Liss se le quemó el pollo frito en casa.

No acostumbraba a la comida chatarra de McDonald, no era porque no me gustaba, si no porque era excesivamente en pequeñas raciones. Es por eso que las pocas veces que venía aquí, era para pedir varias raciones de papas fritas.

De alguna manera mis pensamientos viajaron y se posaron en Steeve. En la conversación que tuvimos ayer, la que tuvimos hace días y las que posiblemente tendremos en el futuro.

Steve era un chico genial, era amable y totalmente lindo. No lo podía negar, lo aprecio y quiero mucho. Sin embargo, creo que su único defecto era su problema con la bebida, que lo ponía o muy tonto o muy hostil. 

Creo que no había, ni soy sincera conmigo misma cuando hablo de nuestra relación a otras personas, principalmente porque ni yo sabía qué pensar o decir. 

He tratado de ser la mala del cuento, he tratado de que nada me haga sentir mal y tratar de hacer la que no me interesa. Pero no es así.

Steeve por un momento pensaba que era el chico perfecto para mí, pero luego de que lo vi besar a esa chica, el sueño se desmoronó. Sé que lo siente, y sé que está arrepentido. Pero no puedo seguir con alguien así, si tanto yo le gustaba, no hubiese permitido eso.

Estaba dolida, pero vaya que era buena ocultandolo. Entre todo el mar de pensamientos, algo me sacó de sí, la sensación de mi teléfono vibrando en mi bolsillo. Lo saqué, pensando que era Liss, pero no. Era un numero desconocido.

¿Hola? Pregunté al contestar. Sin embargo escuché un silencio.

¿Habla Acacia? Preguntó una voz femenina del otro lado de la línea, y traté de reconocerla, pero no, no pude.

Sí, ¿quien habla? Pregunté atacante, pero tuve como respuesta solo una respiración. ¿Hola? Volví a preguntar y el telefono había colgado.

Traté de releer el mensaje, para ver si podía reconocer el número, pero no.

"Acacia Hudson, último llamado" Dijo el empleado, haciendome sacar de mis pensamientos. 

Con paso apresurado, casi salté de mi asiento para ir a buscar mi comida, solo agradecí y a la misma vez me disculpé con el empleado por ser despistada.

Hice mi camino de vuelta a casa, y volví a sumir mis pensamientos en la nada. Pero justo en un semaforo en rojo, mi telefono volvió a sonar. Otra vez el numero desconocido.

¿Hola? Hablé, pero solo escuché silencio. ¿Quien habla? ¿quien eres? Dije rápidamente, pero solo escuché silencio, alejé mi telefono, para ver si la llamada seguía en línea y efectivamente así era, sin embargo luego de dos segundos. Colgó.

En el registro de llamadas pude ver que era el mismo telefono que me llamó hace  poco.

El claxon del auto de atrás me sobresaltó, haciendo que tirara mi teléfono, emprendí otra vez mi camino a casa. Siendo distraída por mi telefono en el suelo avisando que habían llamadas entrantes.

Al llegar al departamento me sentí un poco más aliviada.

"¡Llegue!" Grité y escuché un gritillo de parte de Liss.

dear agony »benjamin burnley »breaking benjaminWhere stories live. Discover now