Capítulo 42 - Ignorada y dudosa confidencia

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—Está bien, Sung Jong, si eso es lo que quieres hacer, yo te apoyo.

—Gracias.

—De todas formas Myung Soo no me agrada.

—¡Sung Yeol!

—¡Es broma! Sólo no me cae bien.

Y Sung Jong hizo un lindo puchero mientras el mayor le guiñaba un ojo.

◇◇

Woo Hyun y Myung Soo llegaron a la nueva construcción de otro restaurante que había iniciado Nam meses atrás. Ya estaba casi listo; lo único que faltaba era terminar el estacionamiento y pintar todo el complejo. Se encontraron con el encargado y éste les confirmó la fecha de entrega.

—En un par de semanas será mi aniversario de bodas y quiero regalarle este lugar a Sung Kyu —mencionó, demasiado entusiasmado con la idea. Myung Soo le escuchó y sonrió a sus palabras—. Y por supuesto quiero que te hagas cargo de la fiesta de inauguración. Quiero que sea una sorpresa.

El gerente volvió a asentir y entonces el móvil de Woo Hyun comenzó a sonar con el tono de llamada; era Sung Kyu, así que contestó enseguida. Myung Soo le vio alejarse algunos pasos y luego a su mente llegó el recuerdo de la tarde anterior; cuando había ido al cuarto de empleados a decirles a los hermanos Lee que otro grupo grande de estudiantes había llegado y necesitaba apoyo.

No había querido interrumpirles cuando estaban hablando, y mucho menos escuchar lo que confesó Sung Jong, pero no había podido evitarlo.

Fue entonces que las piezas del rompecabezas que le rodeaban, por fin pudieron encajar. Kim comprendió al instante el comportamiento de Sung Jong, sus mejillas rosas cuando le hablaba, su leve tartamudeo, su tierna torpeza y, sobre todo, la molestia de Sung Yeol. Ahora sabía por qué el mayor le "odiaba", y no era para menos, puesto que en el tiempo que tenía de conocer a los muchachos, había entendido que Sung Jong lo era todo para su hermano. Seguramente Sung Yeol estaba enfadado con él por no notar a su hermano pequeño.

Pero es que, a Myung Soo no le interesaba tener un romance, de hecho, sólo había tenido una novia hasta ese momento; fue en el último año en la universidad. En aquel entonces, las cosas no resultaron del todo bien y Kim optó por dejar a un lado su vida amorosa; ahora estaba concentrado en su trabajo, pero más aún, en pensar cómo construir una vida al lado de su hermano una vez que le dijera su secreto. Aunque, después de descubrir los sentimientos de Sung Jong, ya no sabía cómo iba a continuar su relación jefe-empleado.

El menor de los Lee no le era del todo indiferente si era sincero consigo mismo, pero no estaba seguro de que fuera correcto que hubiera algo más que una amistad laboral entre ellos, tal vez a Sung Jong le perjudicaría, y ni hablar de la diferencia de edad. Sung Jong era apenas un jovencito, y Myung Soo pensó que sería mejor si se relacionaba con chicos de su misma edad. Además, Kim era fiel a la creencia de que no había algo más importante que el estudio y que Sung Jong sólo debía concentrarse en eso.

—Myung Soo, ¿me estás escuchando? —preguntó Woo Hyun, sacándole de sus ensoñaciones.

—Sí, disculpa, yo... me distraje un momento.

—¿Sucede algo malo?

—Oh, no, para nada. Gracias por preocuparte, pero, no es nada.

—Está bien.

Suspirando, el gerente le regaló una nerviosa sonrisa a Woo Hyun, quien guardó su móvil para continuar con el recorrido en el nuevo edificio.

—Y, ¿cómo van mis fastidiosos primos en sus empleos? —cuestionó de pronto el dueño del restaurante.

Myung Soo soltó una leve risita; Woo Hyun siempre se dirigía a los muchachos con aparente hastío, pero sabía que en realidad no lo decía en serio.

—De hecho, son muy buenos chicos; son atentos y obedientes.

—No quiero que seas condescendiente con ellos sólo porque son mis parientes.

—No lo soy, y en ningún momento lo he pensado. Ellos se han ganado mi respeto y mi gratitud. Son chicos inteligentes, sobre todo Sung Yeol; él es una persona muy hábil, estoy seguro que en el futuro será un hombre exitoso.

Woo Hyun se detuvo un momento y sonrió asintiendo a las palabras del gerente.

—Tienes razón en todo, y es por eso que no he dejado que mi tío se los lleve. Además, yo también les estoy muy agradecido; ellos fueron un gran apoyo para mí durante la convalecencia de Sung Kyu. —Myung Soo le mostró un serio y comprensivo semblante a Nam mientras le escuchaba hablar—. No quiero que vuelvan al internado, a pesar de que no fue tan duro para ellos porque siempre estuvieron juntos. Cuando yo estuve ahí, fue el infierno.

—¿Tú estuviste ahí también? —preguntó Myung Soo con sorpresa.

—Sí. Mi padre me llevó y estuve cinco años durante mi adolescencia. Y si hubiera tenido un hermano, las cosas hubieran sido muy diferentes. Yo no quiero separar a mis primos, ni tampoco quiero que alguien les haga daño. Ellos son muy importantes para mí.

Entonces Myung Soo le miró fijamente y supo que, si alguien lastimaba a los chicos, Woo Hyun los defendería a capa y espada.

Sintió los nervios recorrerle la columna y asintió a las serias palabras de Woo Hyun, pensando en lo cuidadoso que tenía que ser con sus futuras acciones. No creía que su jefe fuera capaz de contenerse con él si le hacía daño a Sung Jong, aunque fuera hermano de Sung Kyu.

—¿Sabes? —pronunció Nam, atrayendo la atención de su empleado otra vez—, me alegró mucho saber que Sung Kyu tiene un hermano, y deseo en verdad que ustedes dos lleguen a ser tan unidos como Sung Yeol y Sung Jong.

Myung Soo le sonrió a su jefe y una mezcla de felicidad y expectación se aglomeró en su pecho, desplazando al nerviosismo. Porque no iba a ser tan estúpido como para arruinar las cosas con esa nueva familia que se había conseguido. Él haría todo lo posible por ser parte de la vida de todos, y por eso también los defendería, los cuidaría y los amaría tanto como Woo Hyun lo hacía. De eso estaba completamente seguro.

El Contrato | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora