Destinos Cruzados (Lilo y Stitch)

Prólogo

"Las viejas costumbres siempre vuelven"

Había pasado un año desde aquella vez que lo vi. Se había cortado el pelo, pero de igual forma conservaba aquel azul ahora unos tonos mas oscuro, tenía un cigarrillo y el vapor que salia de su boca por el frío que hacía aquel día, se mezclaba con el humo que exhalaba. Sonreí al ver su nariz roja. Seguía con aquel estilo rockero y elegante de siempre.

Stitch trucho.

Sinceramente no se que estará haciendo ahora, y sobre todo no se si seguirá viviendo en Los Ángeles. ¿Realmente importa eso ahora?.

Me miré al espejo mientras me ponía la campera, afuera estaba nevando. En Londres casi siempre nieva en invierno, tenía que apurarme o llegaría tarde a la universidad, estaba en el tercer año de mi carrera de bioquímica, antes de salir le envié un mensaje de texto a Nani, aun que dudo que lo vea ahora por la diferencia de horarios entre Londres y Hawaii. Si, mi hermana volvió a Hawaii donde sigue trabajando en la misma empresa pero esta vez es vicepresidenta de tres sucursales en mi antiguo hogar. Hace cuatro años que esta allí. Por fin tiene la vida que se merecía tener, se casó con David y esta esperando su primer hijo. Una niña que llamaran Kailani que significa Mar y cielo.

En cuanto a mí, no me quejo. Termine la preparatoria y en seguida recibí la aceptación para esta universidad aquí en Londres, me fui de Los Ángeles sin despedirme de nadie excepto de Angie que fue la única que sabía de mi partida.

Ya no tengo que pensar en lo ocurrido hace cuatro años, es ridículo recordar ese tipo de cosas. Solo quiero terminar mi carrera y encontrar un trabajo, quizá conocer a alguien que no me mienta todo el tiempo, intentar apartar dos ojos azules oscuros de mi mente y solo capaz enamorarme de nuevo. Él debe de estar ahora mismo haciendo su vida seguramente, no puedo quedarme atascada en algo que nunca pudo ser y que desde un principio fue el error mas grande que pude haber cometido, y el mas hermoso.

Por eso mismo me alejé, de lo contrario hubiese seguido perdonando solo porque lo quería demasiado, quizá mas de lo que se merecía. Idiota.

Mis dedos estaban como témpanos de hielo, y no pude evitar ver la sangre que había en ellos, la sangre de aquel día cuando Seth llegó a casa con un tajo en el brazo. Me había prometido tantas veces alejarse de esa vida turbia y digna de una película de acción que se traía. Pero supongo que las viejas costumbres no se iban de un día para el otro. También supongo que yo era demasiado débil para aguantar su estilo de vida. Las fiestas a las que quería arrastrarme, cuando yo quería quedarme en su regazo mirando películas, abrazados. O las veces que nos encontrábamos juntos, aun que solo estemos acostados mirándonos, y el maldito celular sonaba. Y el tenía que salir corriendo hacia el laboratorio. La relación con Jumba había mejorado considerablemente hasta tal punto de dejarlo trabajar en uno de sus laboratorios.

Capaz debí poner mas de mi parte, pero... Yo también tenía cosas para hacer, los estudios, el trabajo de medio tiempo que había conseguido en una tienda de música, los exámenes de ingreso para la universidad. Y en cambio mis días libres los utilizaba para verle, sin importar quedarme hasta las dos, tres, cuatro y hasta seis de la madrugada estudiando por haberme pasado todo el santo día a su lado.

Pero a él no le interesaba pasar su tiempo conmigo, cada vez que nos veíamos y su teléfono sonaba, así sea su padre pidiéndole que DESPUÉS vaya al laboratorio, el decía que no estaba haciendo nada y se iba. Como huyendo de mí.

No me di ni cuenta cuando pasamos el año juntos, pero pareciera que nunca hubiese existido un novio con el cual contar meses. Era igual que estar sola. Se empeñaba en hacer horas extras en el laboratorio a pesar de que Jumba le decía que no era necesario.

Un día recibí la carta de aceptación de la Universidad, deje una carta sobre su cama, arregle los documentos correspondientes y me marché una semana después de haber recibido la carta de aceptación. Fueron dos horribles semanas donde me dedicaba a ignorar las llamadas y mensajes de Seth. No servía que se preocupara ahora que ya me había ido.

Después de esas dos semanas las llamadas y los mensajes dejaron de aparecer y entendí que debía seguir.

Entré a la universidad, el golpe me calor me sofocó un poco al entrar.

De igual forma me saqué la campera y me refugié en la cafetería, mientras tomaba un capuchino un recuerdo me vino a la mente e hizo que mis labios se curvaran en una sonrisa.

--Hasta que por fin alguien se digna a atenderme-- Dijo con fastidio y aires de niña rica.

Seth estuvo a punto de decir una de las suyas cuando cayó de pronto. ¿La razón? La que sería su jefa lo estaba mirando seriamente.
El peli-azul simplemente sonrió y condujo a la bruja.... Perdón. A la respetable señora unas dos mesas de donde yo estaba.

--Un licuado de frutilla sin azúcar y con leche desnatada. Y unas magdalenas bajas en calorías-- Dijo mirándose y retocándose el maquillaje en un espejo de mano.

Seth anoto el pedido en un pequeña libreta y se encamino hacia la cocina.

Al rato salió con una bandeja, un vaso con un contenido rosa pálido y dos magdalenas color beige.

La señora tomo el batido y arrugo el entrecejo.

--¡Esto tiene azúcar! -- Chillo golpeando el baso en la mesa-- Estúpido Mocoso ¿Por qué no haces bien tu trabajo?-- Pregunto alterada.

Seth agarró el vaso en silencio y lo poso en la charola donde traía las cosas.

Hizo unos pasos en dirección a la cocina y se detuvo abruptamente. Se volvió y cogió el vaso echándole el contenido a la señora en la cabeza.

--No entiendo para que se cuida tanto si esta mas cuadrada que una vaca-- Escupió burlonamente. Entró de nuevo a la cocina y salió en un abrir y cerrar de ojos con su ropa normal Jeans rasgados azules y una camisa blanca con una calavera negra.

--Renuncio-- Anunció con una sonrisa y salió de allí.

La señora a la que le había lanzado el batido aun estaba estupefacta. Y la dependienta del lugar trataba vanamente de retirarle un poco de aquel liquido rosa del cabello.

Ese día fue el primer y último día de trabajo de Seth en aquella cafetería para ricos.

-¡Lilo!-Voltee a ver y me encontré con dos ojos de color negro que me miraban expectantes- Señorita "Vivo en las nubes" tenemos que ir a la primera clase antes de que la bruja nos deje afuera- Y así me vi siendo arrastrada por mi amiga, Emily Swayer, hasta el salón de Química.
Mi primera clase de los Lunes, hibriese sido mucho pedir evitar el escrutiño de una intimidante mirada detrás de unos anteojos. Pero supongo que si las miradas mataran, mi profesora de Química ya hubriese cometido homicidio doble hacia mi persona y la de Emily.

-Que sea la última vez que osan aparecerse en MI clase a estas horas, la próxima vez ni siquiera se tomen el atrebimiento de acercarse al salón - Dijo en tono altanero, Emily y yo asentimos y maldiciéndola mentalmente me hubiqué en mi lugar en el ultimo lugar, arriba del todo ya que usamos ese diseño en forma de escalinata. Después de todo es una universidad de mucho prestigio.

Me defendía bastante bien en química, se lo debo a Seth por ayudarme cuando no entendía y me trababa en algunos conceptos. Pero es una verdad que mi orgullo y ego jamás me dejaran admitir.
Dejé esos pensamientos.de lado. Enfocandome en la estructura molecular proteíca que la bruja estaba diseñando en la pizarra.

Iba a ser un largo día.

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Lilo del futuro:
No tenía idea de cuan largo iba a ser.