La espera no puede seguir

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Es posible adaptarse a cualquier situación a la que te enfrentes una vez te has hecho a la idea de que las cosas no volverán a ser como antes. Donghae había aprendido a sobrellevar la soledad, bastaba con mirar al techo dónde estaban todas las constelaciones que HyukJae trazó para él y recordar que esto era algo inevitable para todos. En poco tiempo comenzó a retomar el ritmo de su vida, como el resto de personas que HyukJae había dejado atrás, y la transformación fue más evidente para sus viejos amigos de lo que fue para su familia o él mismo; decían que había tomado el lugar de Eunhyuk como vagabundo antisocial, que dejó atrás al zorro rojo que combinaba con ellos, que actuaba como ellos, pasando a ser otra sombra que se aleja en el bosque.

Las noticias de HyukJae escaseaban cada vez más, pero apenas podía preocuparse por ello cuando leía su felicidad en cada palabra, las aventuras que le hacían ganar más experiencia en la vida y lo convertían en un hombre verdadero despertaba a veces su envidia. En todas estas ocasiones HyukJae se aseguraba de dejar en claro que entre Aiden y él aun no cambiaba nada a manera de apagar cualquier duda que pudiera surgirle, lo cual agradecía infinitamente. En otras palabras Donghae no tenía razones para sentirse doblemente abandonado, sin embargo tanto tiempo libre estaba surtiendo efectos contradictorios. HyukJae había comenzado a cumplir sus sueños pero él continuaba estancado en el mismo sitio en dónde empezó, ¿Qué pasaría cuando regresara y lo encontrara igual? ¿No se suponía que debían vivir al límite hasta que se sintieran listos para establecerse? Eunhyuk estaba muchos pasos delante por lo que Donghae comenzaba a sentir la necesidad de alcanzarlo.

Todas las tardes iba a la cascada y en el camino cazaba ardillas por diversión, luego las ofrecería a Yunho y Junsu puesto que se había comenzado a cansarse del sabor. Con el ruido de la corriente y viendo el agua cristalina se dejaba llevar por pensamientos ensortijados hasta que el sol desaparecía en las montañas. Sentía como si algo estuviera llamándolo y sus pies quisieran correr a él sin su consentimiento. Donghae estaba seguro de que esto mismo había experimentado HyukJae antes de tomar su decisión, quizás esta era la señal que había estado esperando, aun así le preocupaba a donde podía llevarlo y si podría simplemente irse. La madre de Eunhyuk tenía a Sora, su padre solo lo tenía a él.

Como otras ocasiones esperó a que la luna se colocara en su posición más alta en el cielo para volver a casa, y apenas cruzó el umbral su móvil vibró en su bolsillo con un mensaje. Se trataba de HyukJae. Le había enviado una fotografía del cielo y debajo leía: "No cabe duda que siempre se mira diferente en todas partes. Es buen momento para ser poético, ¿no te parece?" Sonrió como un bobo y comparó la imagen con la que él había tomado en la cascada, realmente no habían estado observando las mismas estrellas.

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Se dirigían al bosque de dónde provenía su colega cruzando por un sendero escabroso en medio de la nada, se detuvo un momento para mirar arriba a donde las estrellas brillaban aglomeradas en todo el firmamento y alzó un brazo como si quisiera atraparlas. Aiden se giró hacía él con una sonrisa divertida.

—Eres un romántico incorregible —le dijo con un suspiro y luego intentó alentarlo: –Cuando lleguemos habrá más de ellas, y la luna se verá más grande de lo que nunca la has visto.

—Suena a que me volveré loco.

—Seguro que sí. Estás en tu derecho-ambos rieron quedamente —Y, ¿qué constelaciones podemos ver esta noche, señor astrónomo?

HyukJae fingió pensarlo y dio vueltas en su lugar buscando.

—Bueno, todas se encuentran dentro de un triángulo. Ahí está Leo, Hidra, y Virgo. Pero sería una pérdida de tiempo intentar que TÚ las identifiques.

—¿Ah? Eso no es justo, haces dibujos a Donghae para que las vea ¿Porque a mí no?

—Que molestia— resoplo retomando su andar y dejándolo atrás.

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