Despedida temporal

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—Puedes iniciar explicándome porque lo has decidido de pronto.

—No ha sido algo repentino. Lo he traído en la cabeza mucho tiempo, y este es el momento adecuado para avanzar.

—¿E ir a dónde?—miró de reojo sus manos, llevaba las mangas de su camisa enrolladas por encima del codo por lo que estaban perfectamente visibles los rasguños en sus brazos, también repasó los pequeños hematomas en su mandíbula preguntándose en que otras partes del cuerpo le había hecho daño y que tal adolorido estaría. —Hablo de tu objetivo, ¿Qué es lo que buscas?

—Solo pretendo experimentar, vivir de verdad y por mi cuenta.

Lo sabía, pero no estaba nada mal confirmarlo. De hecho también lo entendía.

—¿Y qué fue eso de querer ir detrás de Aiden?

HyukJae sintió sus mejillas calentarse.

—Le envié un mensaje, le conté de mi plan y se ofreció a acompañarme. Dijo que era mejor si estaba con alguien que conocía el mundo— sonrió recordando la voz entusiasmada de su amigo al teléfono —Creo que tiene razón. Pero hice una mala elección de palabras contigo, no es que quiera seguir a Aiden, solo se ha sumado a mi aventura.

Escucharlo decir eso se había sentido como una aguja pinchándole el corazón, pero hizo un buen trabajo ocultando el pequeño dolor de los celos y la tristeza. HyukJae solo estaba siendo honesto, y la verdad es una mierda ¿cierto? El lado egoísta de su mente quería pedirle explicaciones de porque si estaba dispuesto a viajar con alguien más no lo llevaba con él también, ¿acaso no eran amigos? Llevaban más tiempo juntos que con ese sujeto y sin embargo sería Aiden quien lo acompañaría por su trayecto hacía la madurez.

—Adivino por tu mala cara que te molesta eso— Hyuk abrió el jugo de frutas que llevaba en el bolsillo y le dio un largo trago, tenía la garganta seca como un desierto después de haber gritado maldiciones en el bosque. —Pero tengo una buena razón para dejarte atrás, Hae.

El aludido agravó su ceño fruncido murmurando: —Golpe bajo. Decirme eso. Es una cruel bofetada, al menos finge que te importa.

—Me importa. La cosa es, que creo que necesitamos un tiempo para nosotros mismos. Es por eso que este es el momento adecuado para que me retire de tu jugada... temporalmente.

Donghae le miró -esta vez con curiosidad- pues lo que estaba diciendo no tenía sentido, se escuchaba más bien como una excusa barata que cualquiera usaría para deshacerse amablemente de alguien. Y cuando HyukJae notó su desconfianza no tuvo otra que ceder a sus sentimientos y escupirlo todo de una vez, solo así podía irse sin remordimientos.

—¡Eres un desgraciado zorro rojo!

—¡¿Qué?!

—Y un terco inmaduro. Eres todas esas cosas que no soporto, jamás me ha gustado estar pendiente de nadie, no he sido niñera constante ni de mi propia hermana. Aun así siempre estoy preguntándome si llegarás a salvo a casa, si habrás desayunado, comido o cenado adecuadamente antes de encontrarnos, si tuviste un buen sueño, si tienes problemas, si te sientes solo, ¡Es tan frustrante!

—¿T-Tú te preocupas por eso?

—No quiero una relación—mascullo afligido, sintiéndose cobarde y torpe —No quiero a un solo amor cuando aún no he salido de aquí. No puedo pasar de página contigo hasta que ambos estemos preparados para lo que sea que venga. Y la verdad es que aún no confió en ti para hacerte una promesa de ese peso, y tú aun no sabes lo que quieres.

Donghae apartó la mirada aceptando en silencio que tenía toda la razón. Joder, este sujeto podía leerlo igual que un libro y apenas estaba dándose cuenta; Eunhyuk nunca lo ignoró, tampoco lo uso, porque aprovechó todas las oportunidades que se le presentaban para hacer lo que secretamente deseaba: besarlo, abrazarlo, tenerlo pendiendo de un hilo por él, ayudó a Hae actuando desde las sombras, y jamás tuvo la auténtica intención de herirlo. Donghae comenzó a sonreír porque ahora estaba claro, debía ser muy difícil para él, por suerte habían llegado al nudo de sus problemas y ya sabían cómo arreglarlo.

VulpeculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora