"Fresas para ti"

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—Las constelaciones que brillan en el cielo de invierno son: El cazador Orión, y encima está Tauro, además el can Mayor y el can Menor le acompañan. También están las Pléyades y las Híades, y...— detuvo el andar de su monólogo al reparar en la mirada enmarañada de su interlocutor, y sonrió avergonzado.

—El cazador Orión está rodeado de diversos animales, sin embargo presta su atención al enfadado toro que corre hacia él, ese es Tauro. Los canes son la compañía fiel de Orión. Las Pléyades son las siete hijas del rey Atlas. Híades son estrellas llamativas que forman un triángulo.

—Oh, entiendo. ¿Qué otras hay?

—¿De verdad quieres saber?

Le costaba creer que realmente le importaba lo que estaba relatando. Hablar del tema es un verdadero placer para alguien como él que está interesado en la mitología y las estrellas. ¿Pero lo era para Donghae?

—Anda— instó —Siento que a cada oración saliendo de tu boca me vuelvo más sabio.

HyukJae agrando su sonrisa.

—En ese caso... Los Gemelos, son los hijos de Zeus. El Cochero, se dice que los griegos lo nombraron así en honor al monarca Erictonio que fue el supuesto inventor de las carrozas. Erídano es el río donde el hijo de Helios se ahogó.

—Se ahogó, ¿Por qué?

—Fue castigado por no obedecer a su padre, Faetón era su nombre.

Donghae frunció los labios mirando un punto fijo al frente. Demasiado pensativo, creyó el zorro blanco.

—De modo que un hijo rebelde es condenado a muerte. Vaya— río quedamente —Supongo que de ser así, me habría ahogado en el río hace mucho ¿No?

—¿Eres un mal hijo?— Donghae se encogió de hombros en respuesta, despertando su curiosidad. —¿Tu relación con tu padre no es buena?

—No lo mal entiendas. Él es excelente. Me deja hacer mi vida en paz y raras veces cuestiona mis decisiones.

Aunque lo que expresó era una opinión positiva de su progenitor, la falta de convicción lo contradecía.

—Solo digo que todos hemos sido algo rebeldes. Un castigo como el que recibió Faetón es exagerado.

—Faetón quería demostrarle a sus amigos que su padre era un Dios, no le escuchó y tomó su carruaje el Sol causando el desastre que convirtió a África en desierto. Zeus dejó caer un rayo en el carro para detenerlo, y entonces Faetón se ahogó.

—¿Entonces fue un accidente?

—Fue producto de los arrebatos y la estupidez de un hijo deseoso por ser reconocido y aceptado— suspiró, dejando caer su cabeza hacia atrás con los ojos ligeramente cerrados. —Que un padre permita que su hijo haga lo que le venga en gana no lo hace excelente. Pienso que es alguien que duda de su capacidad para criar a un niño, o que no le interesa en lo más mínimo lo que suceda con él.

Donghae le miró por el rabillo del ojo, asimilando sus palabras y sintiéndolas enterrarse en su pecho.

—¿Cómo hemos terminado hablando de mi disfuncional familia? Pensé que estabas ilustrándome.

Encogió sus hombros restándole importancia, después de todo no puede evitarse que la conversación gire. Antes no había intentando indagar en la vida de Donghae y ahora que surgía la ocasión no pensaba desaprovecharlo.

—Creo que tu padre se preocupa por ti. Aunque me da la impresión de que no suele decírtelo a diario. También que es una persona silenciosa y serena, muy contrario a ti.

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