Constelaciones

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Conforme el cielo oscurecía sobre ellos, la temperatura bajaba hasta que el viento se sentía como una caricia de hielo en la piel. Por suerte para ellos el zorro es un animal versátil y estaban listos para el invierno gélido, aunque aún era otoño. Ser un híbrido de un animal tan asombroso solo podía ser una bendición, al menos eso creía Donghae.

Cada paso era un crujir de hojarasca, posiblemente lo más divertido de los paseos en el bosque mientras no tenían ánimos para cazar. Llevaban todo un día sumergidos entre los árboles, incluso si HyukJae solía hacerlo desde siempre era un poco distinto hacerlo en compañía de Donghae, pero eso lo había descubierto desde la primera vez.

Subieron una empinada colina, una vez en la cima ambos disidieron acostarse rodeados de hortensias azules que desprendían un aroma exquisito. De un momento a otro, y sin darse cuenta, habían terminado su conversación reflexiva e inteligente para permanecer suspendidos en el cielo ahora totalmente oscuro y cubierto por un manto de estrellas.

Donghae escuchó a HyukJae suspirar cual joven enamorado a su lado y despertó en él la insaciable curiosidad.

-He notado que disfrutas mucho estar así de noche. Pero hoy luces más radiante.

Como respuesta HyukJae agrandó su sonrisa. Luego de algunos minutos su brazo se estiró tanto como pudo queriendo alcanzar los brillantes puntos blancos y cerrando su puño en dirección a la luna. Su expresión le recordó a Donghae un niño que por primera vez es testigo de la belleza del firmamento.

-¿Sabes lo que es una constelación?- Donghae negó con la cabeza, sin apartar su mirada de su rostro iluminado. -En total son ochenta y ocho, y cada una combina todo tipo de estrellas para forman figuras sobre nosotros.

-¿Figuras?

-Personajes de historias, seres místicos, hay un mundo ahí- musitó.

Donghae le dio un vistazo desinteresado al cielo. -Un mundo dices, pero yo no veo nada. Están esparcidas por doquier, además dudo que sean las mismas todo el tiempo.

-Es verdad, no siempre vemos el cielo de la misma forma. Las constelaciones cambian de posición a lo largo del año y no son las mismas que se ven en la otra mitad del mundo.

-No lo entiendo- suspiró, esperando que la conversación girara en torno a un tema en que no se sintiera tan ignorante. Pero HyukJae estaba decidido a contarle a alguien un poco de lo que había estudiado por sí mismo en secreto.

-Hay constelaciones que jamás desaparecen y que solo se encuentran en el hemisferio norte. Donde estamos. Se les llaman constelaciones circumpolares, como la Osa Mayor. El resto varían de acuerdo a la estación... ¿sabes? Sería asombroso poder verlas todas al mismo tiempo.

Donghae enarco una ceja. ¿De dónde venía ese éxtasis? En el tiempo que llevaba estudiando el comportamiento del zorro ártico, no había escuchado su voz agitada por la emoción o visto sus ojos abriéndose más de la cuenta por razones diferentes al enfado o la sorpresa.

Se había transformado en un humano, que es el único ser en la tierra más preocupado por las cosas inalcanzables y que pierde su tiempo en reflexiones sin consumación.

¿Dónde estaba el zorro reservado?

-Vale- rió quedamente, acomodándose mejor en la hierba. -Dime todo lo que sabes de esto.

HyukJae giró la cabeza a su derecha y su rostro volvió a iluminarse al verlo dispuesto a escuchar. -Están la Osa mayor, la osa menor, Cefeo, el Dragón, Casiopea, y la jirafa entre las constelaciones que nunca se ocultan, después en primavera y otoño es...

-Espera, espera. Estas hablando muy rápido, ¿Sabes el nombre de cada una? Suena un poco complicado memorizar tantas.

-No lo es. Sus historias y significados son verdaderamente fascinantes- exclamó rebosando satisfacción.

VulpeculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora