"Invierno de amigos"

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Era otro día en el bosque. Una gruesa capa de nieve cubría los caminos, el río se había congelado casi totalmente en menos de una semana, y de pronto todo a su alrededor se volvió silencioso y solitario.

Sin nada mejor que hacer, HyukJae se recostó entre dos sauces, cubriéndose con su abrigo hasta la nariz y colocándose la peluda capucha con la intención de no sentir al viento enfriando sus mejillas. Tal vez era un zorro pero en mayor medida era humano y solía ser bastante sensible a los cambios de temperatura, sus labios violáceos y resecos eran evidencia de ello. Lo detestaba.

Pasó alrededor de una hora antes de que la insoportable criatura envuelta en una gabardina naranja y botas militares perturbara la paz. Se acuclilló frente a él y ladeó la cabeza con una sonrisa retozona, hasta que HyukJae se dignó en saludarlo.

—He ido con los chicos a comer un poco de guisado, cuando volví ya no estabas. Seguí tu rastro hasta aquí.

—Felicidades —dijo sin emoción.

—Traje un poco del postre —.Donghae se sacó del bolso un pequeño cesto, le mostró a HyukJae un montoncito de frutas confitadas y trozos de chocolate. El zorro blanco abrió con interés los ojos y acercó una mano lentamente para tomar alguna.

—¡No! son mías —le detuvo, alejando el cesto de su alcance.

HyukJae bufo y se cruzó de brazos totalmente indignado. No podía mostrarle algo tan tentador y luego negárselo. Volvió a ignorarlo.

Más tarde lo sintió acercarse, y a los segundos se encontraba acurrucado junto a él con una pierna sobre las suyas y su cabeza apoyada en su hombro. Frunció el ceño un poco incómodo, pero recordó que Donghae era un tipo pegajoso, incluso llegaba a compararlo con una sanguijuela ¡Jodidamente difíciles de apartar!

—Puedes tomar las que quieras.

—¿Quién te ha dicho que quiero? Atragántate con ellas, no me importa.

Donghae rodó los ojos, tomó una uva y la dirigió a los labios del mayor. —Venga, compartiré contigo ya que has compartido conmigo una de esas deliciosas leches rosadas. Abre la boca, obstinado.

HyukJae aceptó la fruta, pero en el proceso mordió los dedos del zorro en venganza. Luego de eso ambos comieron el postre en silencio y tranquilamente.

Un poco de nieve se había acumulado en la cabeza de Donghae, sus orejas se sacudieron y de pronto sintió un frío estremeciéndolo. Se abrazó a sí mismo y frotó su nariz. Se dio cuenta de que HyukJae estaba observándolo.

—¿Qué?

—No se te ha ocurrido usar guantes y gorra —dijo, riéndose un poco —Vas a regresas igual que un cubo de hielo. Ya estas poniéndote azul.

—-¡No es verdad!— protestó.

—¡Oh, Donghae creo que estas transformándote en un Pitufo!— exclamó exagerado, señalándolo con asombro y preocupación muy bien actuadas.

—Ya basta, Hyuk.

HyukJae reía viendo cómo ni la vergüenza podía calentar esas mejillas, también porque Donghae estaba teniendo problemas para hablar con los dientes castañeándole.

—De verdad eres bobo. Nadie en su sano juicio saldría sin cubrirse perfectamente. No cuidas bien de ti mismo, no es culpa mía.

El zorro rojo mordisqueó su labio inferior, pensando cómo resolver su problema sin tener que volver a casa. Se pegó un poco más al costado de HyukJae y sintió alivio inmediato en su brazo izquierdo gracias al calor que emanaba de él. Casi suspira complacido, pero aún estaba temblado.

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