Irresistiblemente Imposible

Capitulo 17

Holaa!! estoy de vuelta con ustedes y les dejo un nuevo capitulo!

Gracias por sus comentarios y apoyo, significa mucho que les guste mi historia :)

Ahora a leer! saludos

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Después de despedirme de Margherite corrí a mi habitación para prepararme para la fiesta. Si bien había tenido mis reservas en un principio, decidí que quería salir a divertirme, festejar mi reciente logro. Volví a tomar una ducha, ya que los nervios previos a la entrevista me habían dejado toda sudada y me enfrasqué en la eterna pelea con mi guardarropa.

Esta vez salí victoriosa, ya que no me fue difícil encontrar el vestuario adecuado para la ocasión. Ponte bella, me había dicho Caleb, seguiría su consejo al pie de la letra. No sabía por qué, pero me sentía osada. Por lo tanto escogí uno de los vestidos que Cassidy había elegido para mí y que supuse jamás me pondría. Era bastante revelador, ya que llegaba un poco más arriba de mis rodillas y no entendía cómo lograba ocultar mi trasero. Pero lo hacía, lo comprobé unas diez veces.

Era de un color borgoña, con un cinturón negro en la cintura y un enorme escote. Por lo general no acostumbraba usar ropa de ese estilo, que dejara poco a la imaginación y más teniendo en cuenta mi poco atributo delantero. Por lo general mi busto antes no me hubiese importado, pero ese día necesitaba resultar atractiva y digamos creía lograr mi objetivo si aumentaba el tamaño de mis senos. Bendito sean lo sostenes con relleno, sabía que era hacer trampa, pero de la noche a la mañana no podría conseguir unos senos talla 100.

Relajé mi postura frente al espejo, ya que tanto sacar cola, esconder panza y levantar pecho, estaba comenzando a entumecerme. Conseguí complementar el atuendo con unas sandalias de tirantes y opté por dejar caer mi cabello, luego de someterme a un alisado que casi me costó una oreja. El reto fue lograr que mi maquillaje no pareciera salido de una película de zombies, por lo que me tomé el tiempo necesario para aplicar el delineador de ojos, la sombra y el rubor. Cuando llegué al labial, me sentí exhausta. Ahora recordaba por qué no salía de fiesta. Tenía delante unos diez labiales distintos, de los cuales comencé a rechazar según la gama de colores. Descarté los rojos, ya llevaba demasiado con el vestido cómo para sumarle una imagen de femme fatal. Al final el rosa pálido fue la elección definitiva.

Teniendo todo resuelto me instalé frente al espejo por décimo novena vez y me encontré conforme con el producto final.

—¿Soy yo? —le pregunté a mi reflejo acunando mi rostro con ambas manos.

Por supuesto no obtuve respuesta, por lo que me limité a resoplar, necesitando que alguien cayera del cielo y aprobara mi intento de verme atractiva para Caleb. Era la primera vez que saldríamos como pareja y estaba con los nervios de punta. Un golpe en la puerta me sobresaltó y luego de dar un último vistazo a mi vestimenta, me apresuré en abrir.

Para mi completa frustración no era Caleb quien estaba allí, sino mi padre. Suspiré hondo y traté de encogerme, no quería que mi padre viera que mis pechos habían aumentado considerablemente en pocas horas. Tendría que haber tomado una chaqueta, pensé, pero ya era tarde. Joseph estaba mirándome con un pronunciado ceño fruncido.

—¿A dónde irás así vestida? —inquirió repasando mi cuerpo.

—Hola, papá. Me alegro de verte —ironicé rodando los ojos. Crucé mis brazos por encima de mi escote, aprovechando la postura para cubrirlo —. ¿Qué quieres?

Él dejó salir el aire entre dientes y frotó su rosto con sus manos, señal inequívoca de lo cansado que estaba. No supe si era por su trabajo o cansado de nuestras confrontaciones.