— Dios... Suena tan genial... — sonreiste, Sans se agacho un poco y te beso, cosa que correspondiste.

Le abrazaste el cuello y el abrazo tu cintura, pero se separaron por falta de aire y sonriendo.

—Vamos, aun hay cosas que hacer apenas son las dos de la tarde. — te tomo de la mano entrelazando sus dedos con los tuyos.

Este camino ya lo conocías, te llevaba directo a el cuarto de plantaciones. Al entrar pudiste ver a dos personas: A Papyrus el cual  se encontraba acomodando unas figuras y a Timothy con su dragón, al entrar ambos inclinaron la cabeza en forma de saludo y Sans te hizo sentarte.

—¡Bien caballeros, hoy es un hermoso día para planear el futuro! — aplaudió sonriendo y acercándose a la mesa pudiste ver como todo el terreno de HailGarden ahora era parte de Undergraund. —Timothy dame buenas noticias.

—Claro Majestad. — su pose era típica de un valemadrista, una mano en la cintura y la otra en el mango de su espada, su voz seria y transmitía flojera, algo realmente desagradable — Lo ocurrido en HailGarden no fue gran noticia como se esperaba, al parecer solo los Nacidos de hierro se dieron cuenta de lo que ocurría, ya que navegaban cerca de esas costas. — acomodo una figura de madera de un barco justo a lado de las costas de HailGarden — Después de emprender mi búsqueda de Kanneth me encontré con un Lannister, curiosamente  fuera de sus territorios.  Es raro que uno de los leones salga de su territorio... Pero no le tome micha importancia, al final obtuve poca información con pequeños rumores de que Kanneth se encuentra mas allá de la muralla — tomo una figura de madera con forma del signo de interrogación y lo coloco después de la muralla que protegían los cuervos — Las buenas noticias son... Que el reino... — dudo un poco de lo que iba a decir — especial... No sospecha nada.

—Excelente, no podría esperar menos de ti, Dúnedain... ¿Paps? Te escuchó.

—Los demás Reinos no sospechan nada, a excepción de los mencionados Nacidos de Hierros, propongo realizar una reunión con los mismos para ofrecer algo por su silencio hasta que estemos listos para... Desaparecerlos del mapa.

Pasaste saliva al escuchar eso, no sabias bien de donde provenían pero al escuchar como hablaban y el tono de voz de los tres varones sabias que las cosas para ellos terminarían mal.

—Si me permites Sans — Timothy perdió toda educación y hablo — Opino que cuando eso pase guardemos los barcos, esos cerdos tienen la flota mas grande de todo el mundo... Mas de mil barcos... Y no son cualquier barco tienen buena madera y buena calidad...

—Sera difícil... Son fuertes y unas bestias... Pero... — sonrió con malicia — Nada que fuego salvaje no pueda arreglar. Eso combinada con magia... No creo que sea tan fácil viéndolos desde ese modo...

[...]

Te encontrabas en tu habitación mientras escogidas un vestido para la coronación de Sans, el Dúnedain te hacia compañía mientras alimentaba un poco a su dragón.

—¿Qué debería ponerme? ¿Qué color?

—El que sea, a tu rey le encantará como te veas...

— Eso me recuerda — lo viste de reojo — ¿No qué eras hombre libre de los hombres libres y de Reyes?

—Lo soy, Sans sabe que cuando se me hinchen las bolas me largo...

—Eres un vulgar — observarse un vestido azul.

—¿Tendria que importarme?

—Deberias tenerme respeto — Miraste un vestido color avellana. Y seguiste buscando.

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