🪶CAPÍTULO 34: El plan equivocado🪶

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Las personas no siempre eran tan puras o buenas, como muchas veces aparentaban, la mayoría resguardaba un poco de maldad en su interior, porque al final, nadie es perfecto, pero ella temía haber ansiado causar daño.

Mientras avanzaba entre la maleza, no pudo contener sus pensamientos, en ellos solo se veía lastimando a la chica, imaginando la satisfacción de aquello. Sus pensamientos se nublaron cada vez más, al recordar cada momento en el que se sintió tan miserable a causa de los deseos de alguien más.

La habían engañado, utilizado y juzgado. El mundo había sido muy ruin con ella, entonces porque trataba de salvarlo, no lo merecían, los seres que habitaban en él le había arrebato lo poco que tenía, lo único que merecían era ser destruidos, y anhelaba que llegara el suceso, para mostrarles que no era un juego y si se metían con ella, estaban condenados a la miseria.

Porque de nada servía hacer el bien, porque, aunque en las películas y libros decían que el bien siempre triunfaba, la realidad era muy distinta.

Un ruido la saca de sus pensamientos, por lo que deja viajar la miro a su alrededor, percatándose del gran silencioso que la envolvía. Incluso la atmosfera se sentía pesada, y el clima había cambiado, mostrándose más sombrío.

Una vibración extraña comenzó a percibir su cuerpo, como si fuera llamada. Su mirada se mantuvo fija en algún punto entre la oscuridad del bosque, para luego avanzar hacia él.

La oscuridad comenzó a envolverla lentamente, pero no temió, porque era como volver a casa, así lo sentía a cada paso que daba.

Un reflejo en medio de toda aquella oscuridad acaparo su atención, por lo que avanzo hacia ella, y cuando estuve frente a él, miro con interés el delgado escudo. Estiro la mano para tocarlo. Y su cuerpo vibro, causándole una sensación de satisfacción. Con una sonrisa, atreves el escudo, por fin había vuelto a casa, al lugar donde realmente pertenecía.

🪶🪶🪶

Jul miraba como las pequeñas niñas jugaban en lo que se consideraba el jardín del cuartel, al igual que el lugar del entrenamiento. Observo como el frío viento chocaba con el cabello color chocolate de Luz, despeinándola un poco, pero parecía no importarle porque siempre se lo apartaba con alegría mientras perseguía a Paty.

Luz cayó al suelo cuando tropezó con algo del césped, pero en vez de llorar se levantó de nuevo y siguió corriendo detrás de su amiga.

Todo era tan normal, hasta que su perspectiva cambio al ver como el escudo refleja una onda de luz, como si hubiera sido atravesado por cien personas. Las pequeñas niñas gritaron y corrieron hacia Jul. La morena tomo a las pequeñas entre sus brazos y las tres miraron expectantes el escudo, al igual que otros seres que se encontraban en el jardín. Algo no está bien y todos lo sabían.

El celular de Mariza empezó a sonar en su bolsillo trasero, todos la miran, pues había olvidado quitarle el volumen y ponerlo en vibración para evitar riesgos.

—¿Has traído celular? —pregunta Franco.

—Sí, ¿y ustedes? —niegan.

Ignorando la mirada de todos, contesta.

—¿Qué pasa Jul? —pregunta, e inmediatamente José se acerca a ella.

Jul le explica lo sucedido, y Mariza no puedo evitar tensarse. Los chicos la contemplan inquietos.

—¿Qué ha dicho mi padre? —pregunta. Jul le informa que Marco se estaba preparando para trasladar a todos a la ciudad de luz si es necesario —. Bien, les informaré a todos —colgó.

—¿Qué pasa? —pregunta José —¿le ha pasado algo?, ¿ella está bien?

—Ella está bien, todos los están, pero no por mucho tiempo —expone, mirando a todos—. El escudo está mostrando comportamientos extraños.

Mi Secreto: El Reencuentro (Libro II) ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora