Mi Secreto: El Reencuentro (Libro II) ⭐

🪶CAPÍTULO 28: La oscuridad de Calix🪶

Ariel intentaba tranquilizarse, porque la pequeña Luz sostenía su brazo con el temor de que golpeara a Jofiel.

Pero ¿cómo se suponía que debía reaccionar a esta situación?, ¿calmadamente?, ¿compresible?, no, no lo creía, estaba bastante furioso, su corazón palpitaba demasiado rápido como si estuviera a punto de salirse de su pecho, en su mente solo había una cosa y era acabar con Jofiel.

No entendía por qué siempre arruinaba su vida y complicaba su existencia, como aquella ocasión en la que perdió la rosa después de ser asignado a ella, y tuvo que tomar toda la responsabilidad por ello. Pero, ahora había rebasado su límite, al provocar que Calix vaya tras un plan suicida.

—Por favor, no inicien una pelea —pide Mariza.

—¿Y qué se supone que deba hacer?, por culpa de este idiota, Calix está ahora en un plan suicida —expone el ángel.

—Ya dije que no fue mi intención —expreso Jofiel.

—¿No lo fue? —pregunta irónico —. Entonces que tratabas de hacer al decirle tales cosas —dice a la defensiva.

—En vez de discutir deberían pensar en lo que haremos ahora —propuso Franco, quien lucía ansioso.

—No sabemos a dónde se dirige, ¿Cómo lograremos encontrarla? —comenta Marisol. A ella no le agradaba Calix, pero tampoco quería que le pasara algo malo.

—Tenemos que buscar pistas que nos lleven a ella, tenemos que pensar como Calix —menciona Mariza —. Ella quería terminar con la guerra, ¿no?, pero para hacerlo tiene que exterminar a la persona que está detrás de todo.

—Va a cazar —murmuro para sí mismo Martin —. Ella va a cazar a Lucila —dice en voz alta, para que todos escuchen —. Si ella quiere terminar con la guerra, primero tiene que matar a Lucila.

—Pero Lucila nunca ha sido vista, ¿cómo planea hacer eso? —pregunta Marisol.

—Calix sabe eso —expone pensativo Martin, y lo que está a punto de decir le causa escalofríos—es por eso por lo que va a donde se oculta. Ella va a entrar a la ciudad oscura —un silencio se apodera del lugar y después todo estalla en voces

—¿Cómo se supone que hará eso?

—Ella está loca.

—¿Acaso quiere morir?

—Tenemos que detenerla.

—¿Cómo piensa entrar a ese lugar?

Todos hablan a la misma vez que es incomprensible entenderles a todos, por lo que Luz mira a Jofiel y a Ariel, comenzando a sentir mucho miedo. Ella quería a Calix, y temía que le pasara algo, ya había perdido a su mamá, y no quería perder ahora a Calix. Su corazoncito se empezó a acelerar y sintió como las lágrimas salía de sus ojos derramándose por sus mejillas.

—Quiero a mi mami —dijo entre llanto —. No quiero que muera.

Todos callaron y miraron a Luz, sintiendo culpa y compasión. Culpa por hablar del asunto de Calix enfrente de ella, y compasión porque era tan pequeña y Calix, quien veía como una segunda madre, no estaba a su lado.

Ariel se inclinó y la tomó entre sus brazos, para luego voltear a ver a Jofiel.

—Más te vale que pienses en algo para traerla de vuelta —dice, saliendo de la oficina en dirección al cuarto de Calix para alejar a la niña de aquel gran desconcierto.

—Tiene razón, tenemos que pensar en algo —expone Marisol, al cerrarse la puerta detrás de Ariel.

—¿Y tú porque ahora estás tan preocupada?, pensé que no te agradaba —mira a Mariza.

—No me agrada, pero tampoco quiero verla muerta —comenta con toda sinceridad.

—Ella no va a morir, es bastante fuerte —menciona Jofiel, mientras se sienta en la silla mirando a todos.

—Intenta entrar a la ciudad oscura, como quieres que pensemos que no va a morir —expresa Franco —la mataran si se dan cuenta de su presencia.

—No lo harán, pasará desapercibida como cualquier otro ser oscuro —informa.

—Estás loco, eso no es posible —sostiene Mariza.

—Créanme, Calix encontrara ese lugar sin problema y al igual entrara en él.

—Tú sabes algo que nosotros no, ¿verdad? —pregunta Marisol —. Dilo ahora —exige.

—Tiene razón Marisol, no luces tan preocupado como los demás —comenta José.

—A él no le importa si vive o muere, por algo le dijo esas cosas, ¿no creen? —musita Martin molesto —. Tal vez ese era su plan, matarla.

Ante aquellas palabras, Jofiel se levanta bruscamente de la silla.

—¡Estoy tan preocupado como ustedes! —exclama —pero a diferencia de ustedes, yo creo en ella, porque siempre logra todo lo que se propone, porque es diferente, eso es lo que ustedes no entienden aún, piensan que es débil, que no es tan especial como parece, pero se equivocan.

—Entonces confiesa lo que sabes, haznos creer que lo lograra, que no es débil —Jofiel duda ante la propuesta de Franco, pero sabe que tendrá que decirles la verdad, porque de todos modos algún día lo descubrirán.

Les contó sobre los poderes de Calix y su pasado, todos escucharon atentamente sin interrumpirlo, cuando termino de hablar los chicos parecían hundidos en sus pensamientos, hasta que Marisol decide hablar, rompiendo el silencio.

—Ella no debe entrar a la ciudad oscura —Jofiel dirige toda su atención a la pelirroja.

—¿Te he contado quien es, y aun así crees que es débil? —preguntó molesto.

—No, no es eso —responde —ella tiene un poco de oscuridad en su ser por aquellos poderes, y sé que su ser oscuro es bastante poderoso, porque lo sentí aquella vez que la desafié, no lo entendí en esa ocasión, hasta ahora —deja viajar su mirada por cada ser mágico de la habitación —. Si Calix entra a la ciudad oscura sus poderes se fortalecerán y la dominarán —expone —no importa cuánto control tenga sobre ellos, tampoco importa si es más luz que oscuridad, cuando entre ahí ella se volverá en contra de todo lo bueno que era, y la oscuridad la dominara.

—¿Cómo sabes eso? —pregunta Jofiel, luciendo más preocupado que antes.

La naturaleza no le había mencionado eso, o es que ¿él tampoco era consciente de ello? O su plan consistía en crear un caos en vez de equilibrio. Qué demonios estaba planeando la naturaleza.

—Eso fue lo que le paso a mi padre —confiesa —así que no pueden tomar esto como teoría, sé los que les ocurre después de ser puros a oscuros.

—Tenemos que detenerla —se apresura a decir Mariza.

—Pero como llegaremos a la ciudad oscura —pregunta José.

—Yo los llevaré —todo miran a Franco—. He estado antes ahí, sé cómo llegar.

GRACIAS POR LEERME

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