🪶CAPÍTULO 6: Jofiel🪶

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—Calix, apenas eres una niña, no entiendes estas cosas —menciona. Ella no era una niña, tenía diez años, próximamente once, ya estaba grande.

—No soy una niña —Contradijo.

¿Por qué era tan bello?, ¿se suponía que todos los arcángeles eran bellos?, o solo lo era él.

—Si lo eres, y hay cosas que no puedes entender, cosas como estas —expone —. Por eso tienes que saber que llegará un momento en que me marche para intentar protegerte.

—Pero me puedes proteger de cerca también.

—Las cosas no funcionan así —murmura, haciendo entender a la pequeña de ojos grises.

—No quiero que me dejes —lloriquea desesperada.

Él la atrajo a sus brazos.

—No llores, yo siempre estaré contigo.

Pero él le mintió, y fue ahí donde entendió, que no podía confiar en nadie, ni siquiera en la palabra de un arcángel.

Calix abrió los ojos, contemplando el techo, mientras algunas lágrimas se escapan de sus ojos. Recordar aquello la ponía mal, dolía tanto que sentía que su corazón estaba a punto de explotar.

—Calix —escuchar su voz la tensa.

Volteo a su derecha, encontrándose con su mirada Azul. Él se inclinó hacia ella, para tomar su mano, pero Calix la retiró de su alcance.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? —pregunta.

—Toda la noche —responde, intentando tomar su mano, pero de nuevo, Calix crea distancia entre ambos.

—Calix, no por favor —ruega.

—No me pidas que no me aleje, cuando tú hiciste lo mismo —expone.

Él se levanta de la silla y se sienta a su lado, incómoda, se desliza hasta la esquina contraria de la cama.

Él no podía aparecer de nuevo en su vida, y fingir que nada había pasado. Olvidando fácilmente que ya habían pasado ocho años desde que cruzaron camino, malditos años en los que tuvo que escuchar las palabras de su terapeuta diciéndole que él no era real, tomando estúpidos medicamentos para calmar su ansiedad, pasando horas siendo vigilada para que no escapara al bosque y lo fuera a buscar, para luego resinarse, mintiéndole a sus seres queridos fingiendo que había aceptado que él no era real.

Fueron años difíciles, porque le costaba trabajo ignorar el nuevo mundo que había sido revelado ante ella, atreviéndose incluso a hablar con seres de ese mundo para poderlo encontrar, poniendo en más de una ocasión su vida en riesgo. Él había dicho que la protegería, pero mintió, él no estuvo ahí cuando aquel duende intento ahogarla, cuando una bruja quiso robársela. No estuvo ahí cuando Flynn llego a su vida a base de mentiras.

Él la había hecho sentir especial cuando le dijo lo diferente que era, le mostro lo maravilloso del mundo mágico, pero cuando se fue, todo lo bueno se convirtió en malo, dándose cuenta de que el mundo mágico no era de color rosa como había pensado, era cruel y despiadado, y ella no quería ser un monstruo como ellos. Y entonces comenzó a odiar ser diferente, comenzó a odiar todo lo que le recordaba a él.

—Jofiel, no puedes llegar y hacer como si nada pasara —dijo, saliendo de la cama, en busca de más distancia.

—Yo nunca te abandoné, siempre estuve contigo —confiesa —bajo las sombras, pero lo estuve.

—¡Y eso que!, tú no sabes lo que tuve que pasar después de que te fuiste, ¡de cuánto sufrí! De lo que pase yendo tres años con un terapeuta y el trabajo que le costó a él hacerme pensar que solo eras un producto de mi imaginación —lágrimas resbalan por sus mejillas —. ¡Fingí ante mis padres, ante todo el mundo, incluso me mentí a mí misma de que no eras real!

No le gustaba perder el control de sus emociones, pero con Jofiel era tan fácil.

—Por tu culpa me volví insegura y no confiaba en nadie, porque pensaba que me abandonarían como tú lo hiciste, que me mentirían de una forma tan dulce y despiadada a la vez —él guardó silencio, dejándola desahogarse.

—Calix, yo solo quería...

—Sí, sí, tú solo querías protegerme —termino la frase —¿cómo esperas que te crea eso después de lo que tuve que pasar últimamente? —preguntó —¿a dónde se suponía que estabas cuando apareció él?, ¿cuándo intentaron matarme?, ¿por qué tú siendo un arcángel nunca me dijiste lo que era en realidad? —lo bombardeó con preguntas.

—Las cosas no funcionan así —sonrió con ironía.

—Claro, las cosas no funcionan así —repito sus palabras —¡Entonces cómo diablos funcionan! —él permanece callado y eso la molesta aún más —¡Habla!, ¡di algo maldita sea! —grita.

Jofiel se levanta de la cama y avanza a ella, Calix retrocedió, pero él no se detuvo, y la tomo entre sus brazos. Calix quería aparto, pero no lo deseaba, por ello se aferró a su calidez, a esa sensación de sentirse protegida. El recuerdo de Ariel llego a su mente, aquel día que despertó la misma sensación en ella, ¿Por qué pensaba en él justo en este momento?, porque sentía algo desgarrándose al imaginar que estuviera muerto. Estaba frustrada, por sentir algo que parecía ajeno a ella, pero a su vez, tan propio.

—Lo siento, no pensé que fuera tan duro y difícil para ti —murmura —no creí que Ariel te lastimara de nuevo —suspira —. Nunca debí abandonarte, pero ¿cómo podría haber sabido que si te abandonaba las cosas empeorarían? Realmente lo lamento.

—No creo que lo lamentes más que yo —dice entre lágrimas.

Sí, deseaba que Jofiel nunca se hubiera alejado de ella, que nunca la hubiera abandonado, así no tendría que haber pasado por todos aquellos desagradables momentos. Pero como uno sabe más que bien, él hubiera no existe y nunca existirá, es una palabra que solo se pronuncia, pero no tiene ningún significado que haga que las cosas cambien. Simplemente es inexistente.

NOTA DE AUTOR:

Hola brujillxs, espero y les haya gustado el capítulo. 

Mi Secreto: El Reencuentro (Libro II) ⭐Where stories live. Discover now