XV

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Habían pasado un par de meses y SeokJin ya se había habituado más que nunca a la vida en ese lugar, ahora salía más seguido que antes acompañando a su novio Runch a las peleas, al principio le parecía algo salvaje verlo pelear de esa manera pero con el tiempo incluso lo animaba a golpear más a sus contrincantes.

Su cabello seguía siendo rosado, y ahora le gustaba más, un par de perforaciones con aretes de argolla adornaban cada una de sus orejas, el cigarrillo en sus labios era un fiel acompañante en sus salidas al igual que una navaja rosada en su bolsillo, un regalo de Heemi por una vez que le había regalado galletas caseras; salir con el rubio implicaba que de vez en cuando tuviera que defenderse cuando querían sobrepasarse con él al verlo como alguien frágil, al ser de conocimiento público que "no podía hablar", ya había asustado y herido a más de uno a causa de eso.

Después del día que mantuvo un trío con sus dos menores había evitado lo más posible beber en exceso, no quería pasar por una situación como esa de nuevo, aunque el pelinaranja de vez en cuando le robaba algunos besos, estaba seguro que la atracción que el menor tenía hacia el rubio había pasado a ser hacia él.

Gracias a su cabello rosado y a que después de que Namjoon ganaba una pelea siempre le abrazaba, se le conocía como Pinkie la puta de Runch, aunque vistiera de una manera decente.

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Ese día fueron a donde Heechul de nuevo, tenía encargos para el rubio, SeokJin esperó fuera como siempre, sentado en el corredor con un cigarrillo entre sus dedos. Dio una profunda calada a su cigarro y soltó el humo, cerró los ojos y suspiró.

Hacia tanto había abandonado la idea de huir, si bien el estilo de vida que estaba comenzando a llevar no era el mejor, si que se sentía querido por el rubio y por su hermano, incluso con Jimin se llevaba mejor, todo lo contrario a su ex esposa, por que si, a través de Jimin se había enterado de que ella había utilizado todas sus influencias para hacer una demanda por abandono de hogar, logrando un divorcio rápido, y sus hijos ahora asistían a terapia en una clínica de rehabilitación, donde mejorarían después de aquellas sobredosis que tuvieron hacia un mes.

Disfrutaba demasiado la vida con Namjoon, tanto que realmente no sabría que hacer sin él a su lado, se había vuelto indispensable para su día a día, para sus noches cuando dormían abrazados uno al otro después de hacer el amor intensamente por horas sin cansarse, sus labios eran necesarios sobre los suyos, Namjoon era su necesidad, todo lo que quería en su vida.

-Te vuelvo a ver Pinkie- aquella voz le trajo de vuelta a la realidad- veo que te has hecho fama a lado de Runch, ¿sigues siendo su culo o eres su mujer?

El pelirrosa negó con la cabeza molesto, una de las cosas que odiaba en ese ambiente era ser tratado como la mujer de Namjoon, todo por su cabello rosado y la sobre protección del rubio hacia él.

-No te molestes muñeco, por lo menos ahora tengo como llamarte- sonrió ampliamente- Pinkie es un nombre lindo, pero no tan lindo como tu- acarició su mejilla suavemente

El pelirrosa hizo su rostro hacia un lado, evitando que lo tocara, negó con la cabeza de nuevo, señaló a la puerta y después a si mismo, tocó su brazo y negó con su dedo índice.

-¿Que no te toque porque dentro está tu padrote?- alzó una ceja, miró al pelirrosa asentir- entiendo, pero es que no me pude resistir, tienes una piel tan suave

SeokJin miró sorprendido como había entendido las simples señas que había hecho, al pasar el tiempo había aprendido a comunicarse a través de señas con los que rondaban por Omelas, pues todos creían que realmente no hablaba.

-Ojalá pudieras tener una voz, seguramente sería hermosa- suspiró- por favor, ven conmigo, te daré todo lo que quieras, no tienes que ser prostituto nunca más, todo el dinero, toda la comida, todo lo que quieras- acarició sus piernas

SeokJin se levantó inmediatamente, incómodo por el tacto sobre sus piernas. Sacó la navaja de su bolsillo y la abrió, mostrándola al mayor.

-Wow, una navaja rosada, ¿dónde conseguiste una de esas? No son muy comunes por aquí

SeokJin señaló dentro.

-¿Runch?- lo miró negar- ¿Heemi?- asintió- si que debe tenerte aprecio, es bonita, ¿me la prestas?

El pelirrosa dio un paso atrás y negó con la cabeza sin dejar de apuntarle.

-Ok entiendo, no te pongas así, pero es peligroso que vayas por ahí con algo así en tus bolsillos, lo ideal sería llevar una de estas- el castaño sacó del interior de su saco una pistola, la mostró al pelirrosa- ¿quieres una? Yo te la puedo dar, y en color rosado si quieres...

-¿Tú de nuevo BunnyDeul?- se colocó frente al pelirrosa- deja a mi chico en paz, él no se irá contigo no importa lo mucho que le ofrezcas- miró enojado al mencionado

-Lo siento, es que es tan lindo... ¿De verdad no me lo quieres vender?

-No- dio media vuelta y tomó la mano del mayor- vamos al auto, iremos por los encargos- comenzó a caminar rápidamente para salir

SeokJin miró hacia atrás, de nuevo miró al castaño despidiéndose de él alegremente con la mano, ya había guardado su arma. Esta vez no le respondió, volvió su vista al frente hasta salir y llegar al auto, subieron.

-¿Te hizo algo para que mostraras tu navaja?- el rubio preguntó preocupado

-Comenzó a tocarme el rostro y las piernas, además de decir que si yo era tu mujer, carajo, quería partirle la cara- encendió un cigarrillo

-Bien hecho, me alegra que esta vez no hayas pensado en irte- rió un poco

-No me iré de tu lado Runchie, ya lo sabes- rió también

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Volvieron a casa después de las dos de la mañana, Namjoon había terminado todos sus encargos y habían conseguido una bolsa de marihuana para consumirla entre todos.

Cuando llegaron lo recibieron los sonidos habituales, arriba Hoseok tenía un cliente, por lo que se sentaron a esperar en la sala a que se fuera, platicaron un rato y luego un tipo bajó y salió sin siquiera verlos.

Últimamente el pelirrojo había estado recibiendo a sus clientes en su casa puesto que siempre se decía cansado como para ir al bar, además de que estaba mas delgado, los cardenales de su cuerpo tardaban demasiado en irse y su rostro lucía demacrado, profundas ojeras adornaban sus ojos, el brillo opaco de su piel, labios resecos. Era preocupante para todos, sin embargo él insistía en estar bien, por lo que cuando le sugerían llamar a Jackson él siempre se negaba.

-Volvieron temprano chicos- el pelirrojo bajó lentamente, su cuerpo le dolía y le pesaba- ¿trajeron algo?

-Si Hopi, hierba, me la regalaron- rió un poco- ven, fumemos un poco

-Seguro- había bajado con solo sus bóxer, mostrando sus marcadas costillas y escasa masa muscular. Se acercó despacio a ellos

-¿Hoseok estás bien?- el mayor se levantó para ayudarlo acercarse, le tomó del brazo- Hopi estás...- puso su mano en la frente del menor- tienes una fiebre muy alta, debes subir a tomar un baño y...

-Estoy bien Jin, solo... solo...

En ese momento sus ojos se pusieron en blanco y se desplomó, siendo apenas sostenido por el pelirrosa.

-¡Hoseok!- el rubio se levantó apresurado

-¡Hobi!- Jimin hizo lo mismo para acercarse

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LizzyKimBTS 🍃

Hacker [NamJin]Where stories live. Discover now