The Styles Twins: The Final Challenge (Final)

Boda

Paul conducía lo más rápido que sus habilidades de conductor le permitían, pues además el tráfico estaba terrible y varias fans solían atravesarse en el camino a pesar del intento de los escoltas de apartarlas. Los chicos tampoco ayudaban a Paul, pues le apresuraban todo el tiempo mientras Niall tenía los pelos de punta, atemorizado si llegaría tarde a su propia boda.

-          ¡¿Quieren callarse un segundo?!- les gritó Paul por el espejo retrovisor-. Me van a hacer chocar.

-          Tranquilo Paul, no chocarás- le aseguró Liam de copiloto-. Pero solo faltan treinta minutos para la boda y…

-          ¡¿Qué?!- chilló Niall mucho más aterrorizado.

-          ¡Liam, cállate!- le ordenaron todos.

-          Nos hubiéramos tardado menos sino fuera por Andy y su manía de teñirse una permanente- dijo Zayn en voz alta.

-          Oh, lo dice el que no tiene moral- le acusó el rubio-. Tú eres el que más se tarda en este auto. Y además- agregó, alzando su dedo índice-. Lamentablemente, no estaba consiente en ese momento.

-          Pero tú te ganaste el primer lugar hoy- el moreno se cruzó de brazos-. Y para nada, porque tu cabello sigue igual de rosado.

-          Es rosa  muy pero muy pálido, ignorante- masculló Andy mientras se tocaba su cuero cabelludo con orgullo-. Y no se nota tanto como antes.

-          ¡Aquí es!- señaló Greg a Paul.

Justo a tiempo para que Paul frenara, pues iba a pasarse de casa. Los cauchos dieron un chirrido y los pasajeros casi se caen del asiento. A regañadientes y a prisa, salieron del auto mientras entraban corriendo al lugar donde se celebraría la ceremonia. 

La boda se llevaría a cabo en un amplio y hermoso jardín, que se dividía en varias partes. Habían alquilado una casa antigua, pero que estaba bien conservada y bien amueblada para la ceremonia. La bandera irlandesa ondeaba en la parte más alta del techo de la casa. Cuando se entraba al jardín, encontrabas unas tres cómodas antiguas y que tenían fotos de los novios juntos y de cuando eran niños. Un libro azul pastel titulado “Libro de los Deseos” el cual los invitados escribían felicitaciones a la feliz pareja. Había a un costado de la casa un paraban donde podía tomarse fotos. Un gran arco blanco marcaba la caminata hasta los asientos y el estrado. El gran jardín trasero tenía muchos arbustos de flores blancas y de colores pasteles. Había un caminito hecho con una tela color champagne que era por donde pasaría la novia, el novio y el cortejo. Las sillas blancas perfectamente alineadas y ubicadas frente a una tarima de dos escalones, que tenía un techo de terraza con enredaderas, flores blancas, telas de colores pasteles que cubrían la parte trasera y caían graciosa y elegantemente por los costados y además, una lámpara de araña hecha de acrílico. Habían lámparas de farol y lámparas de araña al estilo vintage dispuestos junto a los arbustos y árboles. Por otro caminito, esta vez de piedra, conducía a un gran toldo de organza rectangular con suelo de madera. El espacio era tan abundante, que una vez dentro podías creer que estabas en un auténtico salón de fiestas de un lugar importante.

Aunque la decoración era realmente impresionante para ser al aire libre, los chicos apenas pudieron detallar la recepción, puesto que estaban agitados y nerviosos por su terrible puntualidad. Habían entrado a la casa y tuvieron que sentarse unos minutos en los muebles de la sala para cobrar el aliento.

-          Uff, llegamos- bramó Liam, jadeante del cansancio.

-          Tiempo record. No creí que lo lograríamos- asintió Edward quitándose el sudor de la frente.