Los suegros

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Narra Yuuri

Habían pasado dos semanas y Victor aún no despertaba, los médicos dijieron que si pasaban más de dos meses sería muy difícil que despierte.

Había estado aplazando los arreglos de la boda, no quería cancelar todo en lo que Victor y yo estuvimos trabajando. Era doloroso, pero no podía seguir preparando una boda en la que podría llegar a faltar el novio. Tomé el metro para ir a cancelarlo todo.

Me senté en uno de los asientos del fondo, me quedé pálido al ver que a mi izquierda estaba el alfa que nos topamos con Victor semanas atrás mirandome fijamente. Sonreía, como si hubiera resuelto algo el muy desgraciado.

Vi como lentamente iba acercando su mano a mi entrepierna, me levanté antes de que llegara, pero me agarró de la cintura y me sentó encima suyo.

-¿Qué pasó con ese omega? ¿Te dejó?- Victor jamás me haría eso, este imbécil no sabe de quien está hablando. Al recordarlo me puse muy triste, empezó a apretar mis nalgas con fuerza por debajo del pantalón, tenía tantas ganas de llorar que comenzé a temblar.

-S-suéltame, ya basta- metió un dedo en mi entrada y tuve que ahogar un gemido, miré hacia todos lados buscando ayuda, pero estabamos tan arrinconados que nadie podía ver lo que pasaba.

-No sabes las ganas que tengo de tomarte de nuevo.

¿De nuevo? Ahí fue cuando lo entendí todo, era él que me había violado años atrás ¿Como pude no darme cuenta? Una ira incontrolable se apoderó de mí, no lo iba dejar hacer lo que antes no pudo, no lo voy a dejar marcarme. Me safé de su agarre y le pegé, no recuerdo cuantos golpes le habré dado, no podía controlarme.

Hubiera seguido infinitamente, pero unos fuertes brazos me agarraron de la cintura alejándome de él. Era Otabek, que me sentó en el piso y me abrazaba para calmarme, al ver como había dejado a aquel hombre comenzé a llorar. Estuvimos unos minutos asi hasta que Otabek me preguntó si quería que nos bajasemos y yo le dije que si.

Le dije que no hacía falta que me acompañara, pero insistió, estaba por cancelar los preparativos pero él me detubo.

-Yuuri, no lo hagas, que tal si despierta y no tiene como casarse contigo.

-Pero Otabek, yo no sé si se va a despertar a tiempo, nisiquiera sé si despertará en algún momento . . .

-Mira Yuuri, yo no te voy a dar el discurso de fé que todos te dieron, aunque en el fondo no creyeran lo que te decían, yo voy a ser sincero. Puede que despierte, puede que muera, o que se quede en coma toda la vida, pero vas a estar ahí para él si llega a despertar, esperándolo con la boda armada y con tu hermoso traje de novio puesto ¿Entendiste?- nunca nadie había sido tan honesto conmigo, me hablaban como si fuera un jarrón a punto de romperse, pero el enserio me estaba ayudando. Derramé un par de lágrimas traicioneras y lo abrazé con fuerza.

-Tienes razón, voy a esperarlo, él no me va a dejar plantado.

Narro yo

Mientras tanto en Rusia

-¿Victor entró en coma?- preguntó una rusa anciana de pelos plateados.

-Si señora, aquí está su prometido, pero le corresponde a la familia decidir si lo desconectamos o no.

-Comprendo, iremos para allá, no es una decisión sencilla, pero es lo que hay que hacer.

-La esperamos señora de Nikiforov- cuelga el teléfono.

-¿Escuchaste todo verdad Joseph?

-Si querida, pediré un vuelo a Japón en nuestro avión privado.

-Esto le pasó por querer hacerse patinador en lugar de trabajar en la empresa familiar.

-Es nuestra oportunidad para devolvérselo.

-Es la vergüenza de la familia, tenemos que ir a desconectarlo.

Un omega para un omega~♥Where stories live. Discover now