Visita

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Camus Diamond, un joven de cabellera aguamarina, ojos amatistas y una piel blanca, como la nieve, de origen francés, Camus siempre a pasado su vida solo, bueno, a menos cuando se independizó.

Su mente piensa que tener una relación puede ser una miserable pérdida de tiempo y que la persona quien se pueda encontrar a su lado pueda fastidiarlo a futuro.

Trabaja como secretario del dueño de una corporación, tiene alrededor de 3 años de trabajo, hasta que le dieron vacaciones.

* * *

Camus ha ido a visitar las ruinas de Grecia, aquellos monumentos del país, en donde templos y arquitectura floreció de una manera asombrosa, había sido capaz de leer miles de libros referentes a esa cultura y por ese motivo había ido a vivir a ese país, no entendía pero le agradaba.

Caminaba entre las ruinas hasta donde los turistas tenían permitido, se encontraba emocionando, aunque para él no lo demostraba, tomaba fotografías como recuerdo de aquel viaje.

—¡Bien, aquí tenemos los templos en donde veneraban a la diosa de la sabiduría, Atenea! —dijo por medio de un altavoz.

Los turistas veían asombrados mientras tomaban fotografías, Camus por su parte ya sabia aquellos detalles, hasta que los siguió, su recorrido sería algo largo.

Durante su camino, en donde escuchaba murmullos de los demás turistas, el simplemente tomaba fotos, hasta que se detuvo, miró al líder de la excursión que se detuvo, explico un poco y se dedicó a proseguir, se disponía a dar otro paso, pero una especie de luz lo interrumpió, miró hacia la dirección, encontrándose con algo brillante a lo lejos. Estaba confuso, no sabía qué era aquello, pero su curiosidad estaba en aumento, miró al grupo alejarse, sabía de los demás caminos, puesto solía ir aquellas ruinas.

Camino con cuidado, los escombro y piedra le era complicado, algunos pilares que habían caído por medio de los años le hacía de ayuda, alzó su vista hasta aquella luz en donde lo miro.

Miró con asombro era una caja, tipo joyero con decoraciones de oro, estos tenían las figuras de un alacrán, era extraño, parecía que había algo en su interior una vez que lo sostuvo y agito levemente.

Estaba por abrirlo, pero no podía quedarse ahí de pie, simplemente lo hecho a su mochila y prosiguió a seguir al grupo que ya iban un poco más adelantados.

Había pasado un dia muy tranquilo, Grecia solía ser calurosas durante el día y en algunas noches era muy frías, a decir verdad. Viviendo en Grecia desde hace más de cinco años, Camus había podido acostumbrarse, en su tierra natal, los climas eran algo más frescos a comparación de aquellas tierras griegas.

Llegó a su departamento, aquel lugar que había podido comprar con sus ahorros, y qué ahorros, puestos le había costado más que una vida. Tomó asiento en el sofá, dejo su mochila a un lado, dando un suspiro con la sensación de que ya podría estar más que relajado.

Una vez que descanso lo suficiente, Camus se dirigió al comedor, que desde su mochila sacó aquel cofre, lo dejó sobre la madera, miro a detalle aquella caja, realmente quería abrir aquel cofrecito, quería saber su contenido.

Dio un respiro y quitando los seguros que se encontraban en la caja, logrando asi poder abrir aquel pequeña caja.

Al momento que abrió aquella caja, algo extraño se encontraba en su interior, no podía entender, no le encontraba forma, puesta parecía una bolsa de pelusa color morada.

Un pequeño ser, estaba ahí, trato de girarlo, logrando buscar algo que le ayudará a identificarlo, y así fue, era una especie de niño, diminuto niño.

—¿Que demonios...? —pensó mientras intentaba dar una explicación para sí mismo.

Pudo ver cómo el ser se movió, Camus se puso de pie asustado ante tal acción.

—Demonios... ¿Que rayos es eso? —susurro con suma preocupación.

Tomo un libro que tenía cerca, estaba dispuesto a aplastarlo si algo le hacia aquel ser, pero no pasaba nada. Ese pequeño ser seguía durmiendo, a menos eso se creía.

Nuevamente el ser se movió, llamando la atención del mayor.

El pequeño ser se restregó los ojos y alzó su vista hacia el más alto, solamente demostró un poco de terror.

Camus quedó confuso, ¿que rayos era esa cosa? ese rostro era demasiado diferente, sus enormes ojos denotaban un brillo seña de querer llorar, Camus intento ver una manera de no asustarlo, aunque él estaba aún con precaución, puesto aun no soltaba el libro. 

Un... ¡¿Pequeño?! [Libro 1][EDITADA]Where stories live. Discover now