Capitulo sesenta y ocho - Treinta y cinco - El mago

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—Fye... Sabía que acudirias a mí... Pero no pensé que fuera tan rápido — la enigmática figura de Yuko se apareció frente a mi luego que le dije a Mokona que queria hablar con ella, me interrogo mucho, al parecer tenia miedo que pida un deseo y el precio me ponga en riesgo. Tan linda. Ahora estaba dormida a petición mía.

—Sé claramente qué quiero pedir.

—Un brazo para Kurogane — me sorprendió.

—Así... Asi es.

—Puedo concederlo... Pero ¿como vas a pagarlo? El precio tiene que ser equivalente al deseo... ¿Que tienes para mí?

— sé como pagaré, pero.

—Está bien, me pagarás luego de recibir el brazo. Mandaré a alguien para que lo traiga.

—Gracias.

—Fye — la Miré atento — el tiempo se está acabando...

— Lo sé... El momento llega y tenemos que decidir.

—La princesa duerme, Shaoran está confundido, Kurogane débil y tu sin recuerdos, es el peor momento y decir más seria pasar de lo permitido pero... Les deseo la mejor de las suertes.

Vi una sombra de preocupación por sus ojos.

—¿Cómo..., cómo está Kimihiro-kun?

—Resistiendo. Suele acompañar a la princesa en el mundo de los sueños. Es un lugar sin tiempo donde puedes pensar tranquilamente.

—Me alegro que Sakura-chan no este sola...

—Deberías ir hoy...

—Entiendo.

—Nos vemos cuando sea el momento del pago.

—Claro.

La transmisión terminó pero Mokona se había quedado profundamente dormida. Miré el cielo.
Sería la última vez que visite el mundo de los sueños.

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