- ¿Cómo lo llamarías?
- Una serendepia. Porque cuando menos me lo espere, un descubrimiento hermoso había llegado a mí.
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•Capítulos largos.
•Historia 100% mía.
•Favor de no copiar o modificar.
Al escuchar aquellas palabras me aleje rápidamente de Park JiMin, me paré de la silla y caminé hasta dónde estaba esa persona que me hizo reaccionar.
Algo común de mí era sentarme encima del escritorio del profesor y así lo hice, dejando colgar mis pies, mire al suelo por unos segundos y comencé a reír.
- ¿De qué te ríes SooMin?- preguntó Jung HoSeok. Se paró frente a mí y me miró enojado.
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- Nada, ¿qué pensaste cuando entraste al salón y me viste?- pregunté, quería saber la respuesta de mi mejor amigo.
- Que ese tipo te iba a besar.- él volteó a ver a Park, ya que éste estaba tan entretenido viendo la pantalla de su celular y al parecer no hizo caso a lo que HoSeok dijo.
- Tonterías.- dije tranquila- Él no sabe con quién se mete. Aparte nisiquiera me gusta.- palme el hombro de Hobi.
- Aveces me preguntó si serás lesbiana.- dijo Hobi rascando su nuca.
- ¿Qué? No, no, yo no soy del otro bando.- respondí.
- Desde que nos conocemos nunca me haz contado de algún chico, espera, ¿acaso te gustó?- preguntó él con una sonrisa pícara formada en sus labios.
- Estúpido.- despeine su cabello - No me gustas.- di un pequeño salto del escritorio al suelo y después pase junto a HoSeok.
Él respondió rápido y jaló de mi brazo, quedé a centímetros de su cara, lo miré a los ojos y por primera vez pude apreciar esos ojos de aquél protector.
- SooMin.- cortó la tensión en nosotros - sabes que lo dije de juego. Yo sólo te veo como a una hermana.- dijo en un tono tranquilo.
- Lo sé.- me aleje de él - Nunca te veré como algo más.- dije fría.
Caminé hacía mi lugar a lo que poco después Hoseok me siguió.
Sonó la alarma para que todos los alumnos entrarán a sus respectivas clases y así fue; todos comenzaron a entrar a mi salón.
Llegué a mi butaca y me percaté que Park seguía ahí sentando apreciando la vista que había del otro lado de las cuatro paredes que me encerraban.
- Muévete.- me acerqué más a él - Te quitas ó ¿te quitó?- le pregunté.
- Quítame.- respondió, volteó a verme y en sus labios formó una sonrisa triunfadora.
- Hijo de. . .
- Tranquila.- me interrumpió Hobi. Lo vi a los ojos y él me dio una mirada de "Yo me encargó". Me paré junto a él y esperé a que lo quitará de mi lugar. - Nuevo, mejor muévete o sino vas a tener muchos problemas apartir de hoy. Ese lugar ya está ocupado por su dueño.- concluyó mi mejor amigo.
Park se puso de pie, caminó entre las filas y terminó por sentarse hasta en frente.
Hobi tomó asiento y yo hice lo mismo, lo vi por unos segundos hasta que tomé su atención, él volteó a verme y me sonrió de una manera tierna.
- ¿Quién es mi dueño? - pregunté, a lo que él inmediatamente se sonrojo.
- Yo.- soltó una carcajada y yo también reí - La verdad ni yo mismo sé quién es.
- Eres un mentiroso.- le dije entre risas.
El profesor de diseño entró al salón a lo que todos guardaron silencio.
Avento sus libros al escritorio junto con algunas escuadras y enseguida su mirada se dirigió a mí.
- Señorita Park.- parecía que a sus ojos le salía fuego - Castigada.
Me hervia la sangre cada vez que me decía eso.
Me puse de pie y caminé con la mirada en alto hasta su escrito, me paré frente a éste, dándole la espalda al nuevo.
- ¿Acaso respirar es una falta de respeto?- pregunté cortante a lo que todo el grupo no tardó en reír.
- SILENCIO.- gritó y todos volvieron a guardar silencio - Encontraron esto en su casillero.- sacó de su bolsillo una bolsita transparente y alcancé a distinguirlo, mis ojos no mentian y mucho menos mis fosas nasales.
Aspire un poco el aroma y sonreí, sí, efectivamente eso era mío. Pero, ¿por qué ese viejo encontró mi hierba?; me pregunté a mí misma.
Tomé aire para responder frente a todos con la verdad, acomode un poco mi cabello y garraspe mi garganta.