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—¡Harry!— la voz de Kassia inundó la habitación cuando el cantante se había adentrado en ella.
Erik se encargó de ir a buscarla al aeropuerto para luego llevarla a la casa de Harry, mientras él llegaba de la reunión que tenía acordada para ese día.
Y cuando el reloj marcaba las ocho de la tarde, el cantante entró en su hogar y no sintió nada mejor que ver a la chica ahora corriendo hacia sus brazos.
Kassia rodó su cuello con ambos de sus brazos sintiendo como las manos de Harry se colocaba en su cintura.
—¿Cómo estás, cariño?
Ella no respondió y en vez de eso besó los labios de Harry con un poco de timidez. Esperando a que no haya sido demasiado atrevido a besarlo, pero como había extrañado sus labios.
—Bien, un poco cansada, ¿Tú cómo estás?— fue lo que dijo cuando ambos se separaron.
—También cansado pero bien— Harry dejó un casto beso sobre la sien de Kassia y se separaron por completo.
—Quería informarte de algo— dijo Harry mientras acariciaba el cabello de la chica.
—¿Algo anda mal?— ella habla a lo que él sólo niega con la cabeza.
—No es eso, es sólo que tengo una habitación lista para ti—comentó Harry—O no sé si prefieres quedarte en algún hotel... Tu sabes, por temas de privacidad o te parece bien aquí.
—Prefiero estar aquí contigo, si no te molesta
Él sonrió encantado y la volvió a abrazar, más que contento por tenerla en su casa.
—Vamos, quiero que veas el lugar.
Estaba más decir que Kassia se encontraba lo suficientemente sorprendida como para reaccionar bien, por lo que con palabras torpes le dijo que le encantaba el lugar y que tenía muy buen gusto en la decoración.
Harry le indicó su habitación y le ayudó a ubicar las maletas y mientras ella se acomodaba a su manera, el chico llamó a Erik diciéndole que eso sería todo por hoy, que tenía la noche libre.
Decidieron más tarde ir a estirarse en el gran sillón mientras buscaban algo en la televisión y Kassia no podía dejar de pensar en las palabras de Kathe cuando esta se enteró de que viajaría con Harry.
—Esta es tu oportunidad perra, ya te lo dije antes— dijo la chica— Actúa con sensualidad y madurez, una noche no está nada de mal, no estamos en el siglo veinte así que no es pecado alguno.
Sin embargo Kassia tampoco podía dejar de pensar que no quería causar esa imagen de ella, y el hecho de que vayan a pasar juntos la noche en el mismo lugar ya la hacía poner bastante nerviosa.
—Tengo las reservaciones listas en el hotel en París, tu habitación estará literalmente frente a la mía— dice Harry mientras sigue pasando los canales— Y llegaremos muy temprano así que no te preocupes por la prensa.
