Capítulo XII-1

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LEAN BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD
Segunda parte

Rook la llevó hacia la cama, mientras ésta gemía a causa de las manos intrusas de él sobre y en su sexo, luchaba por controlarse, recordándose así misma que un tipo al que no conocía y probablemente fuera su enemigo se encontraba a unos cuantos me...

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Rook la llevó hacia la cama, mientras ésta gemía a causa de las manos intrusas de él sobre y en su sexo, luchaba por controlarse, recordándose así misma que un tipo al que no conocía y probablemente fuera su enemigo se encontraba a unos cuantos metros de ellos, también sabía que debía confiar en Rook pero aquello, después de tanto, le estaba costando demasiado, nunca había confiado en él de nuevo, no después de todo lo que pasó entre ellos. Aún así, aquí estaba, dispuesta a entregarse a aquel hombre que tanto daño le había hecho pero que, al mismo tiempo, le había dado las ganas de vivir, la emoción, la adrenalina y el amor que nunca tuvo.

Así que sí, se entregaría a él como sabía que él se entregaría a ella. El mundo funciona de maneras muy misteriosas y sabía, en el fondo, que ll de ellos, ese amor tan extraño y a veces, enfermizo, era mutuo porque aún cuando nunca lo había dicho, él la amaba mucho más de lo que cualquiera podía saber, mucho más de lo que él creía llegar a saber.

El sentimiento recorría sus cuerpos como latigazos de corriente eléctrica, sí, eran unos dementes, uno que tenía precio a su cabeza, la otra, que había huído de una vida perfecta para ayudarlo pero todo eso no existía, no existía ya siendo silenciado por el sonido dulce y ronco de los gemidos de la peli negra.

La voz de Rook la hizo volver de sus pensamientos, mientras el placer recorría cada punto de su cuerpo, podía sentirlo, juraba que podía sentir un cosquilleo en la punta de sus pies, que se extendía por sus piernas, hasta llegar al centro de atención del chico tatuado a sus espaldas. Rook la apretaba contra su pecho, la espalda de la chica dando con este, Rook no daba tregua a sus dedos intrusos en la chica, con un terrible va y ven, mientras los introducía y sacaba una y otra vez, una y otra vez.

— Vamos, nena. Por mí, hazlo por mí.

Y sólo eso bastó para que Lía estallara en mil pedazos sobre el cuerpo del chico, descargando su excitación en él.

Respiraba entrecortadamente mientras se giraba y se sostenía de Rook con sus piernas aún algo débiles, sonrió con los ojos entrecerrados por el placer sufrido hacía algunos momentos, sonrió porque sólo era el inicio. De inmediato arremetió contra los labios rosados y ya hinchados del tatuado sin remordimientos, sin miramientos, sin juicio, sólo dejándose llevar por la pasión que recorría sus cuerpos en ese exacto momentom

Rook la enredó en su cintura sin dejar de besarse y ambos suspiraron en el beso al roce de sus sexos, cuando éste se intensificó, Rook la arrojó a la cama, los cabellos largos de Lía se encontraban esparcidos sobre todo el lado izquierdo de la cama, miró a Rook, parado frente a ella y ambos, admirandose, se fueron encontrando en la cama, ella sostuvo su barbilla para besarlo mientras él la recostaba nuevamente, colocándose sobre ella de una vez por todas, deslizó sus manos traviesas por todo el santo cuerpo de la pelinegra mientras que ésta permanecía con las manos en su cuello, en su pelo o en su rostro, queriendo más y más de aquel beso prolongado. Rook comenzó los juegos, dirigiendo su mano a uno de los pezones de Lía, rozó con dos de sus dedos en tope de éste y luego, lo agarró con firmeza provocando en la chica un gemido profundo. Lía no se dejó y sin mucho cuidado, levantó una de sus piernas rozando el miembro de Rook, quien soltó una maldición y mordió el labio inferior de la chica, ésta sonrió.

Rook sostuvo ambas manos de Lía a cada lado de su cuerpo y comenzó a dejar una cadena de besos desde su mandíbula, bajando por su cuello y llegando a sus senos, los cuales mordió, chupó y torturó por un buen rato, Lía se movía casi violentamente por las olas de placer que recorrían su cuerpo, sin embargo, la fuerza que ejercía Rook, la inmovilazaba.

Rook soltó sus manos, finalmente, se dirigió a su abdomen, dejando varios besos y lamenones en éste y comenzó a deslizarse hacia abajo, observó con una sonrisa de pura satisfacción como Lía agarraba de su cabello y lo ponía entre sus dientes, en desesperación por callar sus gemidos, Rook juró que era la mejor imagen que había visto en mucho tiempo.

Sin muchos preliminares, introdujo su lengua en ella, haciendo a Lía tocar el cielo varias veces más aquella noche, hasta que de sus labios salió un pedido ronco y casi agonizante.

— Te necesito, ahora.

Rook besó sus labios, devorandolos una vez más antes de colocarse un condón encontrado en una de las gavetas e introducirse en ella, soltando un ronco gruñido.

Fue tanto para él como para ella, ambos danzaban juntos una melodía imaginaria, juntos se mezclaban en la piel del otro, Lía recorrió con manos ansiosas la espalda de Rook, sólo en busca algo para sostenerse, para de alguna forma aferrase a la realidad mientras su mente se encontraba en éxtasis. 

Rook pronunció tantas veces su nombre que se volvió perfecto.

Ambos llegaron, casi al mismo tiempo y allí, juntos, durmieron.

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Lía despertó al sentir una mano deslizarse en su cabello, aún así no abrió los ojos pero una sonrisa se le escapó.

— ¿Por qué tienes que ser tan terca? — escuchó la pregunta en un susurro y abrió los ojos, Rook no la miraba, miraba al techo mientras con su mano rozaba su cabello, casi peinandolo.

— Porque te quiero. — respondió. Rook la miró, con aquellos ojos verdes intensos que podían envolver al mismísimo demonio entre ellos.

— Quiero que te vayas a casa. — Lía frunció el ceño y se incorporó. Rook también lo hizo.

— Dijiste que me dirías la verdad, no has dicho ni una sola palabra y ¿lo primero que me dices es que me vaya?!— dijo alzando la voz, sólo lo suficiente para hacer notar su enfado.

— Sé lo que dije y lo haré pero aún así, quiero que me prometas que te irás a casa. — le dijo mientras la miraba desde el otro lado de la cama. Se paró y agarró sus pantalones y se los puso.

— No. — le dijo, Rook la miró de nuevo, hasta se paró, entró al baño y le pasó una bata a Lía.

— Pontelo, te contaré todo.

— Tengo que ponermelo para que lo hagas o qué?

— Sí si quieres que me ponga a hablar y no a otras cosas.

Y aunque era lo último que quería, sonrió.




Los amo,

Nos leemos,

Aáron Furst

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