Capítulo IV

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Lust for life - Lana del Rey ft The Weeknd

Despertó algo desorientado, se matuvo quieto mientras comenzaba a ordenar sus ideas recordando todo lo que había sucedido esa noche y a

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Despertó algo desorientado, se matuvo quieto mientras comenzaba a ordenar sus ideas recordando todo lo que había sucedido esa noche y a... Lía. Recordó de inmediato el olor a pólvora y sangre, podría jurar que aún sentía como su mano apretaba del gatillo sin contemplaciones destruyendo la vida de aquellos hombres, aquellos que por cosas del destino querían matarlo.

Sólo te defendiste. Trataba de repetirse eso constantemente, trataba de convencerse a sí mismo de que de toda la mierda que había sido en su vida, la palabra asesino no figuraba pero ya era muy tarde, estaba el sentimiento muy pequeño culpabilidad que presentaba, acompañaba también el instinto de supervivencia más el sentimiento de adrenalina y satisfacción muy confusos que sintió cuando apretó el gatillo.

Su mirada se paseó por la estancia donde se encontraba, el cómodo y apostaba, caro sillón estaba salpicado de sangre, sólo algunas manchas grandes sobresalían, miró hacia su derecha y lo que lo recibió le envío olas de alivio por todo cuerpo. Lía.

La observó dormida sentada en un lujoso sillón cerca del sofá donde se encontraba, si cabeza se encontraba recostada del dorso de su mano sostenido por un brazo del sillón, estaba en una posición muy incómoda, sin embargo, él podía dejar de observarla fijamente, como un tesoro perdido, algo precioso que se había perdido, que él había perdido.

Dejó fuera de sus pensamientos la razón por la cuál se encontraba allí, quería ver sus ojos y rozar su cabello, sabía que era un idiota pero no lo evitó, intentó levantarse y sólo logró lanzar un pequeño gruñido de dolor que no hizo más que alertar a Lía y causar la abertura de sus ojos.

  — Es aún muy reciente, calma.   — su voz sonó muy suave, sin embargo, sus ojos encontraban fijos en él que no hizo más que ponerlo nervioso a sabiendas se que pediría explicaciones que no podría dar y que, posiblemente, no debía darle.
Lía lo miró por varios largos segundos en los que no pudo evitar perderse en aquellos ojos marrones que tanto le gustaban pero observó como sus facciones se endurecían y lo miraba.

— Lía, lo siento.  — salió de los labios de Rook, mirándola con gran sinceridad mientras trataba de averiguar que pasaba en la cabeza de aquella mujer en ese momento.

— Dime qué te pasó. — exigió, sí, lo exigió con el mismo derecho con el que él se había aparecido en su casa con una herida de bala y Rook no pudo decir nada. Ante el silencio que emanaba de Rook, Lía se acercó al sofá, con cuidado y se sentó en un pequeño espacio que el cuerpo de Rook no ocupaba. Lo encaró pero la boca de Rook se mantenía cerrada y sus ojos mirando sus manos, ni siquiera podía mirarla a los ojos. Cobarde - se reprochó así mismo. ¿Pero realmente, qué podía decirle? Sin arriesgarse a que quedara involucrada en toda esa mierda que ni siquiera él sabía como manejar, ya la había arriesgado demasiado a ir a refugiarse allí. No podía involucrarla, si algo le pasara... Y mucho menos por él, no después de todo lo que le había hecho pasar. Su silencio sólo la hizo enojar.

— ¿Ni siquiera piensas mirarme?— silencio.—  Jhonny, mírame.—  le exigió e instantáneamente los ojoa verdosos de Rook conectaron con los mieles de la pelinegra. — Creí que al menos confiabas en mí. — le dijo para levantarse del sofá. La mano extremadamente tatuada del ojiverde la hizo girar y encararlo nuevamente.

— Eres en la única que confío, lo único real que me queda. — y no puedo perderte. Pensó pero no lo dijo. Aún así, Lía ignoró todo aquello que las palabras del chico le provocaron, se soltó de su agarre y se dirigió a la cocina.

Pasaron veinte minutos antes de que una mujer de mediana edad y un señor que parecía ser su esposo se acercaron a él. La mujer traía en sus manos una bandeja con comida suficiente para satisfacerlo y el señor, un botiquín de primeros auxilios bastante bien equipado.

Annie colocó la bandeja en una pequeña mesa cerca del sofá mientras que por Debby llegaba a su lado. Rook permanecía en silencio observando a los desconocidos.

— Rook, yo soy Debby, amiga de Lía. Esta es Annie, quien hace la mejor comida en toda Francia y aquel señor de mala cara es Bastian, ambos viven aquí.  — La jovencita hizo las presentaciones, Rook se limitó a asentir con respeto mientras sentía la mirada pesada del señor Bastian, aún así lo miró fijamente sin dejarse intimidar aunque sabía exactamente los motivos de aquella actitud y también sabía que Bastian y todos los demás tenían la razón. — Yo te voy a curar, Lía debía hacerlo pero recibió una llamada y pues... — dejó la chica en el aire con una sonrisa risueña mientras colocaba todo lo que necesitaba en otra pequeña mesa a su lado. Annie se retiró sin decir palabra y Bastian se recargó en una esquina vigilando al chico.

Debby limpió la herida con sumo cuidado, sus manos eran delicadas y Rook lo agradeció, sin embargo sólo quería a alguien tocándolo.

— No quiere verme, ¿verdad?— preguntó sin pensar. Debby lo miró por varios segundos con melancolía. Ella soñaba con tener a un chico tan sexy y que la quisiera a su lado y su amiga, lo tenía al frente suyo y no se daba cuenta. Debby sonrió y negó con la cabeza.

— No es eso. Recibió una llamada. — Rook no lo creyó pero sí era cierto.
Debby terminó y le ofreció la bandeja con comida que devoró en varios minutos. Lía entró a la estancia algunos después, se le veía más relajada.

— Me iré más tarde, en cuanto pueda caminar. — le dijo serio, ya que lo había intentado y falló.

— No te preocupes, estarás aquí hasta que te recuperes, no te dejaré con una herida así para que mueras después de todo esto. — habló monótona.

— Tampoco es como si pudiera quedarse mucho tiempo antes de llamar la atención de los vecinos. —

— No tienen por qué darse cuenta. — respondió Lía seria dándole una mirada un poco dura al Bastian y retirándose de allí. Debby la siguió.

— No es mi intención causarles problemas. Me iré hoy mismo. — dijo Rook mirando al hombre.

— Eso es lo de menos, muchacho, es lo que le haces a ella que importa. Porque sé que te irás y no quiero ver esa mirada en sus ojos de nuevo. — fue lo último que dijo antes de salir de allí, dejando a Rook solo y con todos sus pensamientos.




















Ay my heart...
Lloro en francés.

¡¡PREGUNTAS!!

💬¿Qué harían si fueran Rook?

💬¿Qué harían si fueran Lía?

💬¿Qué les pareció el capítulo?
Corto pero no se me preocupen, los soprenderé.

💬¿Cuál es su comida favorita?

💬¿Cuál idioma les gustaría aprender y aún no saben ni "hola"?
Koreano.

💬¿Cuál fue la mejor parte de su día?

Los amo,

Nos leemos,

Áaron Furst

Ephemeral loveWhere stories live. Discover now