« Enamoramiento, Estupefacto, Embrujado »

2.5K 321 114
                                    

—Luces estupendo. No puedo esperar a que los demás te vean.

Kyungsoo no se puede ver, pero adivina que debe lucir aceptable, con la forma en que lo mira Jongin. Su vestimenta es similar a como despertó ese día en la cama, solo que ahora sus pies estaban calzados con calcetas y zapatos igual de blancos que todo lo demás. Sus muñecas y tobillos ya no arden por el apresamiento constante que tenían esos días de negrura, por el contrario, las marcas en esos sectores que pasaban del morado al amarillo eran masajeadas y besadas todos los días por ese hombre demente. Es como si hubiese empezado otra etapa, en donde todo ahora es blanco, con una luz artificial fría desde tantas direcciones que simula casi la del día, como queriendo suplir que en esa habitación no había un solo orificio además de las ventilaciones pequeñas que había muy cerca del techo. Lo que solía ser un ventanal, que estaba tras unos enormes cortinajes, era una pantalla negra y dura que no dejaba ver nada hacia el otro lado.

Jongin le había dicho que ese día irían a otro lugar, algo así como una reunión importante, pero entendió muy poco de esa sarta de palabras que murmuró muy rápido y muy despacio para su comprensión mientras lo obligaba a dejar que le diese un baño. Ya no sabía si su letargo se debía a drogas escondidas en su comida o simplemente era su mente cansada y rendida, cediendo, aturdida de tantas cosas que cambiaron su vida tan repentinamente. Ya no tenía fuerzas para resistirse a Jongin. No cuando sabía que él era más fuerte, y que cualquier intento de escape era inútil y terminaría con él retorciéndose en el suelo del baño con el cuerpo caliente y fiebre alta, desesperado, o tirado sin poder moverse por horas.

De todas formas, el hombre nunca avanzaba más allá de besarlo y tocarlo, para luego encerrarse en el baño y gemir su nombre a través de la puerta. Aunque a veces no lo hacía, se quedaba ahí, al otro lado de la cama cuando pensaba que estaba dormido, y su respiración caliente chocaba con su nuca, pero Kyungsoo se negaba a mover un solo músculo. Se negaba a admitir que Jongin le era atractivo sexualmente, se negaba a rememorar también esas veces en que dejó que lo tocase íntimamente cuando sus intentos banales de rebeldía terminaron con él suplicándole que hiciese que el calor se fuese porque su lívido estallaba por los aires cuando Jongin le daba de esa droga en particular—le avergonzaba demasiado.

El hombre de cabello platinado comienza a vendarle las muñecas luego de días, con una cinta sedosa y suave. Al notar el pánico en sus ojos acaricia su mejilla.

—Es solo para prevenir, no quiero que intentes nada, bebé. Si te portas bien puede que dejemos esto más adelante. —dice, mientras ata una venda similar en su cabeza, cubriendo sus ojos.

Lo guía con una mano en su espalda y la otra en su brazo. Escucha el abrir de los seguros de la puerta antes de ser levantado en brazos. El resto son solo ecos de pasos y múltiples giros y escalones. Ni un poco de aire fresco en todo el trayecto, ni una sola voz de otra persona que no fuese Jongin.


x


La venda de sus ojos pasa a estar amarrada en su cuello delicadamente, y a esta, a su vez, la que estaba en sus muñecas; Jongin sujetando el otro extremo, como si se tratase de una correa. Kyungsoo no dijo nada, solo la observó en silencio. Habían viajado en automóvil, pero no supo cuando tiempo exactamente, ya que se durmió casi al principio del trayecto. Despertó cuando el otro lo tomó en brazos y lo trasladó por lo que creyó, era un subterráneo, hasta que pasaron a otro nivel en donde se escuchaba la presencia de otras personas y lo sentó en un sofá de cuero.

Jongin se inclina, quedando sus rostros muy cerca el uno del otro. Olía más agradable de lo que le hubiese gustado asumir.

—No hables a menos de que te de la orden de hacerlo. Pedir ayuda no te servirá en donde estamos, todos somos parte de esta sociedad. Tu extracción fue como cualquier otra, ejecutada correctamente, por lo que cualquier intento de escapar resultara en personas riéndose en tu cara y yo teniendo que verme obligado a golpearte como castigo y forma de disculpa frente a ellos. Y no queremos que suceda eso. —Kyungsoo se atreve a dar un vistazo a ambos lados, notando la gente que pasaba de largo por esa especie de recepción, también completamente de blanco, con toques de azul rey y plateado. No había cuadros en las paredes, pero estaba adornado con esculturas humanas de alta complejidad. Jongin mueve su mentón al frente, para que vuelva a ponerle atención. —Cuando te pregunten algo, debes responder con la verdad. La mitad de las personas en este salón pueden saber si estás mintiendo desde el primer segundo en que abras tu boquita, así que espero que hayas pensado mi proposición en profundidad. En especial si llegaste al final de mi libro, de lo contrario me decepcionaría mucho. ¿Entendido, amor?

ABECELOSO; KaisooWhere stories live. Discover now